V Lunes de Cuaresma. Salvados

V LUNES DE CUARESMA
(Dn 13, 1-9. 15-17. 19-30. 33-62; Sal 22; Jn 8, 1-11

TRES LLAMADAS

“-«Dios eterno, que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda; tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir, siendo inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí.»
El Señor la escuchó.” (Dn 13, 42-43)

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan (Sal 22).

-«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?»
Ella contestó: -«Ninguno, Señor.»
Jesús dijo: -«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.» (Jn 8, 11)

CONSIDERACIÓN

La Biblia nos propone historias emblemáticas con las que iluminar la travesía del desierto de la vida.

La Sagrada Escritura nos ayuda a trascender nuestra propia historia y a convertirla, desde la luz de la revelación, en experiencia del acompañamiento del Señor.

Al igual que narran el libro de Daniel, el salmista y el Evangelio, el creyente tiene la posibilidad de experimentar el acompañamiento misericordioso y liberador gracias al sacramento del perdón.

SALVADOS

Cuando se llega al límite de lo que dan de sí las cosas y las personas y se siente el acoso de circunstancias adversas, que se creen insuperables;

cuando por fragilidad se ha cometido algún error, que parece insufrible y se ha mordido el polvo de la derrota;

cuando todo se oscurece y la noche se cierne amenazadora, con presentimientos negativos;

cuando amenaza el desengaño, la traición, la infidelidad, y parece que no hay otra salida que el abismo,

en esas circunstancias, la oración de súplica, el grito de angustia, la apelación a la misericordia divina devuelven la serenidad y la esperanza.

En esas circunstancias, el abandono en manos de Dios, la certeza de su mirada y la fidelidad de su promesa, conceden paz y confianza.

En esos momentos, fortalece traer a la memoria la Historia de Salvación.
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