(Peio Sánchez).- El planteamiento promete por la complejidad e interés de las cuestiones abordadas. Por el elenco técnico y artístico. Por la inteligencia del guión que a través de diferentes personajes permite afrontar esta historia de un tiempo difícil para los cristianos mexicanos.
Ambientada en la Guerra Cristera, la acción se desarrolla en México cuando en 1926, el Presidente de México Plutarco Elías Calles impone el artículo 130 de la Constitución con se propone imponer cuotas y requisitos especiales a los "ministros del culto". Un grupo de laicos y algunos clérigos organizan una resistencia armada en los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de Zacatecas, en la Ciudad de México, y en la península de Yucatán. Este momento especialmente complicado para la fe se enfrenta con la coherencia frente al uso de la violencia.
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