Tiempos de mucha incertidumbre y zozobra Los peligros del “shown” de Trump en Sharm el-Sheikh

Según algunos observadores del conflicto, se ha creado una situación peligrosa en la que quienes tienen la llave de la seguridad regional y la reconstrucción de Gaza son los países que apoyan a Hamás, lo financian y lo han defendido a lo largo de los años, es decir Qatar y Turquia.
Por eso es necesario poner de relieve quiénes no estaban allí: Arabia Saudí y Emiratos árabes....Es una declaración política clara y rotunda. Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos dejaron claro de antemano que su participación en el plan de rehabilitación de Gaza se basa en una simple condición: desarmar a Hamás y expulsarlo de Gaza como movimiento político y militar.
Poco después del inicio de la aplicación del acuerdo, ya están llegando informes desde Gaza: Hamás ha vuelto a demostrar su poder, amenazando a la población, eliminando a miembros de las milicias que se crearon con la ayuda de Israel e intentando tomar el control de los mecanismos de distribución y ayuda.
¿Y si Hamás no se desarma y sigue gobernando Gaza? Y si depone Hamás las armas y transfiere el control de Gaza a otros. (¿A quién exactamente? ¿Alguien lo sabe?). Tiempos de mucha incertidumbre y zozobra.
Poco después del inicio de la aplicación del acuerdo, ya están llegando informes desde Gaza: Hamás ha vuelto a demostrar su poder, amenazando a la población, eliminando a miembros de las milicias que se crearon con la ayuda de Israel e intentando tomar el control de los mecanismos de distribución y ayuda.
¿Y si Hamás no se desarma y sigue gobernando Gaza? Y si depone Hamás las armas y transfiere el control de Gaza a otros. (¿A quién exactamente? ¿Alguien lo sabe?). Tiempos de mucha incertidumbre y zozobra.
| José Luis Ferrando Lada
Después del “shown” de Trump en Sharm el-Sheikh hace unos días las esperanzas de paz se van poco a poco desvaneciendo. Anunciado a bombo y platillo, entendíamos que se iniciaba un nuevo orden diplomático. Se suponía que la cumbre marcaría un momento histórico de esperanza, con el fin de la guerra, la liberación de los rehenes y el comienzo de una nueva era de mayor seguridad para la región. Un época dorada para el Medio Oriente, con pingues beneficios para todos. Sin embargo, según algunos observadores del conflicto, se ha creado una situación peligrosa en la que quienes tienen la llave de la seguridad regional y la reconstrucción de Gaza son los países que apoyan a Hamás, lo financian y lo han defendido a lo largo de los años, es decir Qatar y Turquia. ¿Recuerdan a Netanyahu hablando por teléfono con el Emir de Qatar para pedirle perdón delante de Trump, y diciéndole que no se volvería a repetir el bombardeo en Doha? Y Turquía que juega a todas las barajas posibles sin enterrar el odio a Israel.
Por eso es necesario poner de relieve quiénes no estaban allí: Arabia Saudí y Emiratos árabes. La ausencia del heredero saudí, y del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, no es una cuestión marginal. Es una declaración política clara y rotunda. Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos dejaron claro de antemano que su participación en el plan de rehabilitación de Gaza se basa en una simple condición: desarmar a Hamás y expulsarlo de Gaza como movimiento político y militar. Aunque el acuerdo condujo al fin de los combates y al regreso de los rehenes, no garantiza el fin de Hamás y no provocará su caída. Esta importante condición previa simplemente desapareció del acuerdo de Trump. Por eso Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos describieron acertadamente la redacción del acuerdo como «comprometida» y «demasiado flexible» hacia Hamás.
En la opinión de muchos expertos, mientras Hamás permanezca en Gaza, la región no estará fuera de peligro, ya que lo consideran un brazo peligroso de la Hermandad Musulmana y de Irán, una organización terrorista que elimina cualquier posibilidad de estabilidad a largo plazo y de paz genuina en la región. Trump ha jugado a aquello de que yo he hecho lo posible, ahora los demás que se apañen. Y si fracasa el Plan no será mi culpa…

Por el contrario, parece que Hamás se está rehabilitando y reorganizando y vuelve a operar desde las ruinas de Gaza. Qatar, el país que sirvió a Hamás antes y después del 7 de octubre como fuente de financiación y propaganda, y Turquía, están ahora a cargo del «día después» en Gaza, en lugar de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, países árabes más moderados.
Esta situación supone una verdadera amenaza para la seguridad de Israel y para el Plan de Paz, que puede saltar por los aires, y por lo tanto, el regreso del genocidio, ahora con renovadas excusas.
Poco después del inicio de la aplicación del acuerdo, ya están llegando informes desde Gaza: Hamás ha vuelto a demostrar su poder, amenazando a la población, eliminando a miembros de las milicias que se crearon con la ayuda de Israel e intentando tomar el control de los mecanismos de distribución y ayuda. Ahora, a menos de una semana después del regreso de los rehenes que quedaban con vida, Hamás blande sus armas. Una vez más la población palestina atemorizada y secuestrada por Hamás, y a tiro de Israel. Y la impotencia ante una situación imposible. La cuadratura del círculo.
La liberación de los rehenes era el objetivo nacional más importante del Estado de Israel. Para lograrlo, argumentaban los opositores al Gobierno, tenían que estar dispuestos a pagar cualquier precio. ¿Y si Hamás no se desarma y sigue gobernando Gaza? Y si depone Hamás las armas y transfiere el control de Gaza a otros. (¿A quién exactamente? ¿Alguien lo sabe?). Tiempos de mucha incertidumbre y zozobra.
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