Pentientes de estreno (I) Bonhoeffer, agente de la gracia

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Acercamiento al pastor y teólogo luterano Dietrich Bonhoeffer que además de importante intelectual y renovador espiritual fue militante de la resistencia al nacionalsocialismo y especialmente opuesto a la colaboración de las iglesias con el nazismo.

Parte la historia en su estancia en EEUU en los momentos previos al comienzo de la Guerra Mundial ya en pleno ascenso de Hitler. Pronto Bonhoeffer (Ulrich Tukur) siente la llamada de regresar a su patria para luchar contra la barbarie que se avecinaba. Conocemos su entorno familiar y su servicio en el seminario para pastores de la Iglesia Confesante así como su relación con Maria von Wedemeyer (Johanna Klante) que será su prometida. Pronto al conocer la persecución a los judíos se une a un grupo clandestino de la resistencia, que incluía militares de alto rango encabezados por el almirante Wilhelm Canaris y el general Hans Oster (Christian Doermer) , querían derrocar el régimen nacionalsocialista matando a Hitler. El complot se descubre y es arrestado en abril de 1943. Acusado de conspiración, es encerrado en la cárcel de Tegel, en Berlín, durante un año y medio. Allí le vemos infundir ánimos y escribir sin descanso. Descubierta su vinculación a la resistencia es conminado a traicionar a sus amigos o a escaparse poniendo en riesgo a su familia. Todo ellos lo rechaza para no dañar a otros. Ya a punto de acabar la guerra es ahorcado desnudo pero convencido que aquel final será un principio.

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Eric Till , un especialista en series televisivas, dirige esta cinta (2000) por encargo de grupos protestantes alemanes como más tarde lo hará con Lutero (2003). Siguiendo la estela de las miniseries italianas de Lux Vide, el guionista Gareth Jones ha trabajado en las películas sobre los amigos de Jesús en concreto en los capítulos sobre Tomás, Pablo de Tarso, María Magdalena y José Nazaret nos ofrecen un productor sencillo pero digno para la finalidad que pretende: dar a conocer al gran público la vida de este intelectual protestante que termino convirtiéndose en opositor al régimen nazi desde la coherencia de su fe.

La figura de Bonhoeffer va desvelándose progresivamente. Al principio, aparece dubitativo en un tiempo confuso, profundo a la vez que ingenuo. Pero poco a poco, las pruebas y dificultades van mostrando una fe profunda, arraigada en Dios pero atrevida y lúcida para afrontar las luchas y la prisión a la que se ve sometido. Su coherencia ética está arraigada en su experiencia orante. La escena de la oración con el texto de una carta del 16 de Julio de 1944 es excepcional. Recordemos sus palabras:

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"¿Quién soy yo? Me dicen a menudo
que salía del encierro de mi celda
sereno, alegre, con firmeza,
cual hacendado de su rural vivienda.

¿Quién soy yo? Me dicen a menudo
cuando hablaba a mis guardianes
libre y amigable, claramente,
como si fuese yo quien diera las ordenes.

¿Quién soy yo? También me dicen
que soportaba los días de infortunio
tranquilo, sonriente, dignamente,
como acostumbrado a ganar siempre.

Pero ¿soy realmente lo que otros dicen que soy?
¿O soy solamente lo que yo mismo conozco de mí,
inquieto y anhelante y enfermo, cual pájaro enjaulado,
luchando por respirar, como si unas manos
me oprimieran la garganta,
suspirando por los colores, las flores, el canto de los pájaros,
sediento de palabras cariñosas, de compañía,
moviéndome agitado, a la espera de grandes acontecimientos,
temblando impotente por amigos infinitamente alejados,
cansado y vacío al orar, al pensar, al actuar,
débil y presto a despedirme de todo?

¿Quién soy yo?
¿Éste o el otro?
¿Soy una persona un día y otra al siguiente?
¿Soy las dos al mismo tiempo? ¿Soy un hipócrita ante otros
y ante mí mismo un infortunado y despreciable cobarde?
¿O hay algo aún en mí, parecido a un ejército vencido
que huye desordenado de una victoria ya alcanzada?

¿Quién soy yo?
De mí se burlan estas solitarias preguntas mías.
Quienquiera que yo sea, tú lo sabes, oh Dios, soy tuyo."

Otro de los logros de la película es la actuación de Ulrich Tukur que va ganando en credibilidad tras el paso del intelectual sorprendido por una historia desbocada y dramática al creyente cuyo coraje llega a superar sus propias fuerzas. Lo mismo podemos decir de su prometida interpretada por Johanna Klante que sirve de contrapunto para mostrar afectiva del personaje y al final se erige en el testigo del futuro.


Del guión hemos de destacar la voluntad de trasponer al momento actual la aportación teológica de Bonhoffer. Su confesión de Dios en medio de la prueba y el sufrimiento se convierte en una sugerente predicación postrera a un grupo variopinto de condenados, un ateo ruso, un flemático inglés y un arrepentido médico nazi. Sus palabras son pronunciadas en una iglesia destruida y hablan de un nuevo cristianismo que es un testimonio para enfrentar el sufrimiento en un mundo que vive sin Dios. Propone un nuevo lenguaje para presentar la centralidad de la salvación de Jesucristo y ofrecer futuro a una humanidad necesitada más que nunca de esperanza. Así pues una presentación moderada de su propuesta de un cristianismo sin religión.

Concluyendo, se trata de una producción que ofrece una buena pista para conocer la actualidad de la vida, el testimonio y la teología de Bonhoeffer. Realizada para el gran público es atractiva y puede invitar a profundizar en la lectura de textos importantes como "Vida en comunidad", "El precio de la gracia" o "Resistencia y sumisión", recopilación de sus cartas en la prisión.

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