Y luego quieren negociar.

Les propongo lo siguiente. Tienen ustedes una persona que necesita por alguna casualidad de su ayuda, que necesita de su continua generosidad, ustedes como seguro que son buena gente se la prestan encantados. Pero ahora bien, imaginemos que esa persona habla mal de ustedes, les monta conflictos y problemas disparatados, les difama públicamente y a los cuatro vientos y para más colmo encima se alia con sus rivales (o enemigos, si las cosas están feas), ¿darían su ayuda ustedes con esa persona? Seguramente no, salvo si estuviese en vida o muerte.

Pues me hago yo la siguiente pregunta, ¿a que coño aspiran algunos obispos insultando al gobierno y a parte de la población española? Tras lo que hizo el Cardenal Arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, le siguió la corriente el obispo de Jaca-Huesca Monseñor Jesús Sanz. Con semejantes despropósitos episcopales, lo que se consigue es incrementar un odio hacia la iglesia, fomentar un enfrentamiento social, y hacer un flaco favor a los laicistas que día a día crecen con más virulencia.

Luego se extrañan que el gobierno no quiera tratar con la Conferencia Episcopal, o que salga mal lo de la clase de religión.

Señores obispos, modérense, que las cosas se pueden decir con palabras cuidadas y moderadas, sin buscar ofender a nadie. No se metan donde no les llama nadie, la política, salvo si quieren pedir moderación y dialogo. Pero escribir esas homilías tan ofensivas es irresponsable y atenta contra los intereses y buena imagen de la iglesia.
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