Sobre la parroquia de entrevías.

Me gustaría y sería mi deseo poder defender la continuidad de la labor de los tres sacerdotes de la parroquia de San Carlos Borromeo. No conozco a sus curas personalmente, pero tengo muy buenas referencias como grandes personas que son y lo entregados que están a su labor. Debo reconocérselo.

Antes de hacer este post he consultado con mis fuentes próximas al Cardenal, fuentes que son tan progresistas como yo y tratan constantemente con el Cardenal. Y aunque mucho me gustaría defender a esos tres curas me temo que no podré hacerlo dado lo que me han contado.

No es creíble las informaciones de los turrones y las rosquillas. El señor Cardenal recibe casi a diario informaciones falsas sobre supuestos abusos litúrgicos. Hay laicos que son auténticos cabronazos, cuando les cae mal un sacerdote buscan cualquier cosa para perjudicarles frente a Rouco, y Rouco ya ha tenido que salir en más de una ocasión a defender a sus sacerdotes y su pastoral. Mi arzobispo tiene sus cosas buenas y malas, pero no es un crédulo que se cree lo primero que le dice un laico imbécil. Lo de las rosquillas y turrones en la misa de creíble nada, más creíble es lo del pan e incluso hasta cierto punto pueden transigir desde el arzobispado, pero si se tensa constantemente el hilo sobreviene el palo.

Con todos mis respetos hacia Enrique de Castro, que estoy seguro es una gran persona, pienso que sin embargo cometió errores que nunca debió cometer. Una cosa es que un cura oculte un grupo disidente en una parroquia, el Cardenal puede saberlo y hacer la vista gorda. Siempre he creído que Rouco sabía donde nos reuníamos los de Somos Iglesia y nunca ha habido amonestación alguna. Pero otra cosa es como párroco alardear y poner en evidencia al propio arzobispo, y ahí es donde entra en juego uno de los defectos de Rouco, si se la juegas la has pifiado.

Luis Fernando Pérez Bustamante recoge en su blog comentarios realizados por el propio Enrique de Castro. Si Don Enrique afirma eso yo no le criticaré por ello, pero debo reconocer que se ha expuesto al castigo que le ha caído, y creo que recurrir ante tribunales eclesiásticos puede ser hasta peor. Ha jugado con fuego y se ha quemado.

Rouco ha actuado como tenía que actuar, no se lo puedo reprochar. Hizo la vista gorda durante una década, pero si se le tira tanto de la cuerda ya se sabe lo que pasa. Siempre he aconsejado a todo cura que conozco que jamás se exponga contra el cardenal, alguno tiene la confianza con Rouco de decirle lo que piensa y Rouco la capacidad de respetarle como voz crítica. Pero ponerle en evidencia públicamente tiene consecuencias.

Me encantaría poder decir otras cosas, y me encantaría que esa parroquia continuase con su labor solo que corrigiéndose detalles en la misma. Pero mejor es que los tres sacerdotes se aferren a lo que hay ya que por otro camino se puede empeorar la situación.
Volver arriba