No me puedo olvidar de felicitar tampoco.
De mi amigo Giovanni Dulis, un ecuatoriano que ayer Nochebuena y hoy Navidad va a pasar estos días trabajando. Pero trabajando en un asilo de ancianos demenciados por el Alzeimer. Sin duda él necesita que se acuerden de él, y más cuando está en Madrid sin familia y no puede irse a Murcia o a Ecuador a celebrarlo con su familia porque debe trabajar.
Tampoco de estas paraguayas fabulosas, en especial Fidelina. Cuidan ellas a mi abuela como nadie, le hacen la manicura, le cortan y tiñen el pelo, y la ponen guapa a pesar que la enfermedad de mi abuela obliga a tener que asearla continuamente.
Tampoco me olvido de mis tías (Carmen, Marti y Juana) del pueblo Cadalso de los Vidrios que cuidaron de mi bisabuela (su madre) hasta que falleció. Y no puedo olvidar tampoco a mis primos del pueblo, por ser muchos imposible mencionarlos a todos sin olvidarme de alguno.
Tampoco me olvido de otros amigos, como Manuel y Tommi (Peruanos), de Freud Eduardo y Roberto Omar (ecuatorianos), de Pedro y Wall (Mexicanos), de Ruben y Andres (Colombianos), de Carlos (Venezolano), y de otros tantos amigos míos que están aquí trabajando en mi país, con su familia lejana o con unos pocos familiares aquí.
También a Rubén y Gabriel, esa pareja de novios amigos míos. Celebrando donde estén la navidad, con la familia o bien juntando familias. Ellos han luchado mucho contra una adversidad y unos prejuicios.
Tampoco olvido a mis amigos curas, Rafa, Jesús y José Luis. Pues en estos días por sus compromisos religiosos no puede estar con la familia.
Tampoco olvido a mis alumnos, en especial aquellos que me fracasaron. Son la espina que tengo clavada y mi lucha para que no vuelva a ocurrir. En especial recordar a uno que recientemente falsificó las notas y nos engañó a todos.
Tampoco de estas paraguayas fabulosas, en especial Fidelina. Cuidan ellas a mi abuela como nadie, le hacen la manicura, le cortan y tiñen el pelo, y la ponen guapa a pesar que la enfermedad de mi abuela obliga a tener que asearla continuamente.
Tampoco me olvido de mis tías (Carmen, Marti y Juana) del pueblo Cadalso de los Vidrios que cuidaron de mi bisabuela (su madre) hasta que falleció. Y no puedo olvidar tampoco a mis primos del pueblo, por ser muchos imposible mencionarlos a todos sin olvidarme de alguno.
Tampoco me olvido de otros amigos, como Manuel y Tommi (Peruanos), de Freud Eduardo y Roberto Omar (ecuatorianos), de Pedro y Wall (Mexicanos), de Ruben y Andres (Colombianos), de Carlos (Venezolano), y de otros tantos amigos míos que están aquí trabajando en mi país, con su familia lejana o con unos pocos familiares aquí.
También a Rubén y Gabriel, esa pareja de novios amigos míos. Celebrando donde estén la navidad, con la familia o bien juntando familias. Ellos han luchado mucho contra una adversidad y unos prejuicios.
Tampoco olvido a mis amigos curas, Rafa, Jesús y José Luis. Pues en estos días por sus compromisos religiosos no puede estar con la familia.
Tampoco olvido a mis alumnos, en especial aquellos que me fracasaron. Son la espina que tengo clavada y mi lucha para que no vuelva a ocurrir. En especial recordar a uno que recientemente falsificó las notas y nos engañó a todos.