Un respeto para Carmen Bellver.

Leo por mensaje de un lector, que desde una web LGTB se ataca a mi compañera blogger Carmen Bellver por unos comentarios publicados en su blog. Yo leí esos comentarios, y que puedo decir, hay cosas que no me gustan o no me parecen correctas.

Ahora bien, si voy a decir que ciertos colectivos gays son bastante intolerantes con la religión, hasta el punto que uno de ellos llegó a expulsar a su grupo cristiano. Pero no hagamos leña de ese asunto. Carmen Bellver es una magnífica persona, sus escritos, su moderación, sus preocupaciones, etc, lo dicen todo sobre ella. Puede que sobre alguna cosa no sepa, yo tampoco sé de muchas cosas, pero lo importante en mi opinión es como ella se asoma al mundo, y más que hacerlo con la idea de condenar lo hace con su preocupación e incertidumbre.

Es muy difícil que mucha gente conservadora deje de ver a los colectivos LGTB como una amenaza, no por amenazar a sus esquemas, sino porque ven amenazada su esfera de lo personal. Hasta a mi me empieza a parecer una amenaza social la FELGT y muchos de sus colectivos satélites.

Los colectivos de inmigrantes luchan contra el racismo, la xenofobia y la discriminación. Los colectivos discapacitados contra la discriminación a sus representados o por bajar el bordillo de las aceras o colocarle un pito a los semáforos. La FELGT ya ha conseguido el más importante de sus objetivos, ya solo le queda luchar contra gente concreta que promueve pegar palizas a homosexuales o transexuales, o contra calamitosos funcionarios que no se inhiben en causas de matrimonio gay o adopciones y en se dedican entonces a sabotear diciendo que lo hacen en el nombre de la justicia o los intereses de un menor.

Que un matrimonio gay adopte un niño, será porque ha pasado una idoneidad y se ve que el pequeño gozará del cariño de una familia. No se le entregará un crío a una “loca”, pues en muchos casos no son ejemplo ni de educación ni de estar equilibrados, claro que seguro habrá “locas” que luego serán la excepción, pero para eso que lo decidan los expertos en adopciones que son quienes conocerán a los futuros padres. Pero me preocupa mucho que los colectivos LGTB vayan a por los niños en las escuelas. Esa no es su labor.

En las escuelas se debe reconocer la labor educativa del profesor en primer lugar, que hoy está denostada y criticada, y luego hablar sobre los valores educativos que transmitirá un profesor. A mi me parece correcto eliminar de la escuela insultos como maricón. A un excompañero mío lo acosaron así durante muchos años y al final hoy está saliendo con una chica guapísima. Pero además hubo gente que sabiéndose gay tuvo que reprimirse hasta que salió del colegio. Y solo un chaval fue capaz de declararse abiertamente homosexual y gozó del favor y protección de las monjas de mi colegio, que ante todo quisieron evitarle pesares.

Me preocupan los materiales didácticos de los colectivos LGTB y a las edades a las cuales pretenden dirigir estos materiales. Si con los niños de 8 años no se habla de sexo, ¿por qué dirigirles a ellos dichos materiales didácticos? Es más, a un niño de esa edad se le dicen que los juguetes se los trae el ratoncito Pérez o los Reyes Magos, y que a los bebes los trae de Paris la cigüeña (y no hablo por mi abuelo adoptivo). Hay temas complicados que requieren una madurez para poderlos hablar, la mente sencilla de un crío no comprende y no distingue muy bien en numerosas ocasiones los complejos temas de los adultos. Así si un padre pega a una madre, hay críos que creen que es porque su padre se quemó con la sopa por un descuido de mama y por tanto la culpa es de ella, no creerán que su padre es un cabrón.

A mi me preocupa que se incite a los críos a comportamientos impropios de su edad. Y de ciertos temas se habla y los hablan los profesores y los padres cuando se llega a una cierta edad y madurez, y en esos temas hay que buscar palabras adecuadas y no viñetas obscenas como algunos colectivos LGTB proponen.

Además hay otra cosa. No comprendo bien porque los colectivos LGTB quieren luchar contra los sitios de Internet de citas cristianas que no toleran las relaciones entre personas del mismo sexo. A mi eso me parece un disparate. Hay gente dentro de estos colectivos que busca esos sitios para provocar un pleito judicial. La tolerancia y el respeto se ganan con tolerancia y respeto. Cuando uno tiene razón no se dedica a restregar la razón como un estropajo sobre la cara de otra persona que no la tiene. Y es preferible no practicar la intolerancia que no quieras o no desees que practiquen contigo un día. Hay hombres que buscan mujeres y no desean que un hombre les tire los tejos, o bien no desearían tirarle los trastos a una lesbiana (no saben ustedes lo que es eso y reacciones puede tomar una lesbiana).

Además, los colectivos LGTB han empezado a trasnocharse y a defender absurdos que no tienen que ver con su causa. El aborto es algo que no le incumbe a estos colectivos y debieran desistir de mear fuera del tiesto. Tampoco les incumbe el maltratar el idioma cambiando los neutros por femeninos. A mi me molesta mucho todo eso. Hay femeninos neutros, como periodista, señoría y persona humana, y bastantes masculinos neutros usados en diversos contextos. De hecho las ciencias son femeninas, química, biología, medicina, física, matemáticas, etc, incluso la Tierra y la Luna. Es absurdo meterse a hacer el indio con el idioma, y no sé que tendrá eso que ver con la causa gay.

En definitiva, si la van a tomar con Carmen Bellver, que la tomen conmigo antes. Carmen merece muchísimo respeto, y si les ha ofendido algo, diríjanse a ella con muchísima cordialidad y respeto. Como con mi abuelo Paco Pepe. Son personas adultas, personas con ideas propias y tal vez no cambien nunca de mentalidad, lo cual no me parece malo, pero son sobre todo personas que reconocen a quienes se dirigen a ellos con respeto, y hasta son capaces de hacer un esfuerzo por expresarse de un modo que hieran menos sensibilidades.
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