Mi respuesta al cuestionario del Papa
1.- Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia sobre la familia,
a) ¿Cuál es el conocimiento real de las enseñanzas de la Biblia, de la (encíclica) 'Gaudium et Spes', de la 'Familiaris consortio' y de otros documentos del magisterio postconciliar (Vaticano II) sobre el valor de la familia según la Iglesia Católica? ¿Cuál es la formación de nuestros fieles para la vida familiar según las enseñanzas de la Iglesia?
El conocimiento de esos asuntos me parece precario y la formación de los fieles mejorable. Y hay una dificultad adicional que tiene que ver con el hecho de que dichos documentos estén redactados en un lenguaje poco comprensible para los no especialistas.
b) Allí donde la enseñanza de la Iglesia es conocida, ¿es aceptada integralmente? ¿Hay dificultades en ponerla en práctica? ¿Cuáles?
En el fondo de la pastoral dirigida a las familias se habla mucho más de prohibiciones y pecados que de acogida o de misericordia. En la forma es muy mal comunicada y eso la hace poco atractiva y menos efectiva. Por eso dichas enseñanzas tienen un alto rechazo y no son llevadas a la práctica.
c) ¿Cómo es difundida la enseñanza de la Iglesia en el contexto de los programas pastorales en el ámbito nacional? ¿diocesano, parroquial? ¿Qué catequesis se hace sobre la familia?
Hay muy poca catequesis familiar. La oferta es escasa y poco atractiva. “Es que la gente no participa”, dicen desde las parroquias. Y no se percatan de que su oferta está basada mucho más en el voluntarismo de quien la imparte que en la profesionalidad de alguien que sabe gestionar el fondo y la forma de lo que quiere trasmitir.
d) ¿En qué medida -concretamente sobre qué aspectos-tal enseñanza es realmente conocida, aceptada, rechazada y/o criticada en ambientes extra eclesiales? ¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de la enseñanza de la Iglesia sobre la familia?
Convivir con la cultura dominante en la sociedad actual no es fácil. Porque se trata de una cultura relativista en la que casi todo vale. El dialogo es, pues, difícil. Pero, aun sabiendo que hay principios irrenunciables que obligan a ir contracorriente, no se debe adoptar, tampoco, una postura cerrada al dialogo. Por ejemplo: estar presentes en el debate público, expresando cuales son los valores de la familia cristiana ¿tiene que implicar el ataque a otras formas de entender o vivir la familia o las relaciones?.
2.- Sobre el matrimonio de acuerdo con la ley natural...
a) ¿Qué lugar ocupa el concepto de ley natural en la cultura civil, tanto en ámbito institucional, educativo y académico, como en ámbito popular? ¿Qué ópticas antropológicas se sobreentienden en este debate sobre el fundamento natural de la familia?
¿?. Me resulta difícil de entender.
b) El concepto de ley natural con relación a la unión entre el hombre y la mujer ¿es comúnmente aceptado como tal de parte de los bautizados en general?
Diría que sí. Pero la respuesta me parece tan evidente que no sé qué es lo que se pregunta.
c) ¿Cómo es contestada en la práctica y en la teoría la ley natural sobre la unión entre hombre y mujer en vistas de la formación de una familia? ¿Cómo es propuesta y profundizada en los organismos civiles y eclesiales?
Los organismos civiles, españoles respetan las uniones entre hombre y mujer. En cambio, los organismos religiosos no reconocen otra unión que la del matrimonio sacramental.
d) En el caso de que pidan el matrimonio los bautizados no practicantes o quienes se declaran no creyentes, ¿cómo afrontar los desafíos pastorales que derivan de ello?
La iglesia tiene el derecho y el deber de dejar claro cuál es el modelo cristiano de vida matrimonial. Pero la pastoral familiar católica no debe presentar ese modelo como una imposición sino que debe contemplar el trato personalizado de cada caso. Olvidar la acogida y la misericordia me parece poco evangélico.
3.- La pastoral de la familia en el contexto de la evangelización.
a) ¿Cuáles son las experiencias surgidas en los últimos decenios en orden a la preparación al matrimonio? ¿De qué manera se ha intentado estimular el deber de evangelización de los esposos y de la familia? ¿De qué manera promocionar la conciencia de la familia como "Iglesia doméstica"?
Lo que se ofrece desde algunos ámbitos son modelos cerrados, prohibitivos y nada dialogantes. En otros casos la oferta es light, con miedo a asustar y generar rechazo. Y el resultado, tanto en unos casos como otros, es que pasa sin pena ni gloria.
¿Cómo hacerlo?: me parece imprescindible una pastoral matrimonial que ponga énfasis en la familia como el lugar donde se vive la fe con esperanza y alegría. Donde se deben enseñar y trasmitir unos valores y una concepción de la vida que emana del evangelio. Esa pastoral debe ser trabajada y extensa, en cantidad y calidad. Enseñar que la convivencia es más difícil de lo que parece. Que en la misma hay primaveras y veranos pero también otoños e inviernos. Y hacerlo a la luz de la fe y la vida cristiana que emana de ella.
¿Quién hacerlo?. Gente profesional, que la hay. Haciendo desde las parroquias la labor de captación, selección y apoyo a estas personas, en su mayor parte laicas.
b) ¿Se ha conseguido proponer estilos de plegaria en familia que consigan resistir a la complejidad de la vida y cultura actuales?
Hay cada vez más proyectos pastorales, publicaciones etc. que promueven la participación de los niños en la vida de la Iglesia y algún tipo de religiosidad en la familia.
c) En la crisis actual entre generaciones, ¿cómo las familias cristianas han sabido realizar la propia vocación de transmisión de la fe?
Hay familias que se lavan las manos y delegan, a la escuela católica, la educación en la fe de sus hijos. Porque no saben, o no quieren o no pueden. Y la vida laboral estresante de los padres les empuja a hacer ese traspaso.
Hay familias con posturas educativas cerradas y fundamentalistas, en las que se corre el riesgo de pasar de la obediencia ciega a la ruptura total con aquellos principios que no han sido interiorizados sino impuestos.
Hay, también, familias convencidas de que su propuesta de familia cristiana sigue teniendo vigencia y validez en el mundo de hoy. Y conscientes de que la clave es predicar con el ejemplo.
d) ¿En qué manera las Iglesias locales y los movimientos de espiritualidad familiar han sabido crear caminos ejemplares?
Hay muchos caminos de ejemplaridad. El riesgo está en los movimientos que creen que su camino es el único válido para una familia cristiana.
Las Iglesias locales tienen un reto importante para integrar movimientos. Poniendo énfasis en lo que une y en lo que suma. Haciendo ver que la misión es común; que no se puede apropiar de ella nadie ni verla de forma sectaria. Entendiendo y explicando la pluralidad y los distintos carismas. Logrando que haya una sola partitura, aunque sea interpretada por distintos instrumentos que se complementan.
e) ¿Cuál es la aportación específica que parejas y familias han conseguido dar respecto a la difusión de una visión integral de la pareja y de la familia cristiana que sea actualmente creíble?
Predicar con el ejemplo
f) ¿Qué atención pastoral ha manifestado la Iglesia para apoyar el camino de las parejas en la formación y de las parejas en crisis?
Hay algunas acciones de apoyo a parejas muy loables. Pero hay mucho más por hacer. De manera preventiva: los cursillos postmatrimoniales. Un trabajo centrado en dar apoyo grupal y en pareja para realimentar la comprensión, la reconciliación y el perdón mutuos, desde la óptica del amor. Y de manera correctiva: apoyo para abordar situaciones de crisis. Para gestionar rupturas, sin dejar desamparadas a esas personas que toman la difícil decisión de optar por una separación o un divorcio.
Eso solo se puede hacer con una implicación fuerte de los laicos. Porque si los sacerdotes no tienen la formación requerida sí hay muchos laicos que la tienen. Pero los cauces para integrarlos y que colaboren son pocos y mal gestionados. Porque, desde muchos ámbitos eclesiales, ante el miedo a integrarlos se limitan a rodearse de lo que vulgarmente se conoce como “perritos falderos” o “meapilas” que se limitan a hacer lo que se les manda.
4.- Sobre la pastoral para afrontar algunas situaciones matrimoniales difíciles,
a) La convivencia "ad experimentum" (experimental), ¿es una realidad pastoral de relieve en la Iglesia particular (local)? ¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente?
Es una realidad social pero no es una realidad pastoral.
b) ¿Existen uniones libres de hecho, sin reconocimiento ni religioso ni civil? ¿Hay datos estadísticos fiables?
Existen y muchas. No tengo datos concretos.
c) Los separados y divorciados que se vuelven a casar ¿son una realidad pastoral relevante en la Iglesia particular? ¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente? ¿Cómo se afronta esta realidad a través de programas pastoral adecuados?
Sí.
d) En todos estos casos, ¿cómo viven los bautizados sus irregularidades? ¿Son conscientes de ellas? ¿Manifiestan simplemente indiferencia? ¿Se sienten marginados y viven con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos?
Si están desatendidos (como lo están en muchos casos) acaban abandonando la fe, después de verse expulsados de la práctica sacramental.
e)¿Cuáles son las peticiones que las personas divorciadas y vueltas a casar dirigen a la Iglesia, respecto a los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación? Entre las personas que se encuentran en esta situación, ¿Cuántas piden estos sacramentos?
Ante una experiencia tan dura y dolorosa como una separación o un divorcio hay personas que buscan alivio en su fe para rehacer su vida. Pero si al encontrar otra persona con la que fundar una nueva familia comprueban que eso es incompatible con vivir su fe dentro de la Iglesia se sienten traicionados.
f) ¿La simplificación de la praxis canónica, respecto al reconocimiento de la declaración de anulación del vínculo matrimonial podría ofrecer una real contribución positiva para la solución de los problemas de las personas implicadas? En caso afirmativo, ¿de qué manera?
A mi entender la anulación matrimonial es dificultosa, dolorosa y lenta. Se cree en la calle (desconozco si con razón o no) que su tramitación se puede acelerar con dinero. Si es así hay que agilizar los procesos canónicos y hacerlo sin corruptelas. Y hay que reconocer, como ha hecho el mismo Papa, que muchas personas se casan sin estar lo suficientemente preparadas.
g) ¿Existe una pastoral para acercarse a estos casos? ¿Cómo se desarrolla tal actividad pastoral? ¿Existen programas sobre ello en ámbito nacional y diocesano? ¿Cómo se anuncia a separados y divorciados vueltos a casar la misericordia de Dios y cómo se concreta el sostén de la Iglesia en su camino de fe?
Creo que aunque no se haga oficialmente en la práctica sí que hay actividades pastorales que integran a las personas divorciadas y vueltas a casar. Pero mientras que estas personas no sean consideradas, formalmente, familias católicas no llegarán a sentirse plenamente integradas.
5.- Sobre las uniones de personas del mismo sexo...
a) ¿Existe en vuestro país una ley civil que reconozca las uniones de personas del mismo sexo equiparadas de alguna manera al matrimonio?
Sí, desde 2005.
b) ¿Cuál es la actitud de las Iglesias particulares y locales tanto frente al Estado Civil promotor de uniones civiles entre personas del mismo sexo, como frente a las personas implicadas en este tipo de unión?
Las declaraciones de algunos obispos españoles contra el matrimonio gay me cuesta creer que sean compatibles con la misericordia que propugna el evangelio.
c) ¿Qué atención pastoral es posible tener hacia las personas que han elegido vivir según este tipo de uniones?
Hay personas gays que se consideran cristianos y que tratan de compatibilizar su fe con su forma de vivir su sexualidad. Creo que merecen la misma atención pastoral que cualquier otra persona bautizada. No se puede considerar a los homosexuales como desviados ni como enfermos.
d) En el caso de uniones de personas del mismo sexo que hayan adoptado niños, ¿cómo comportarse en vistas de la transmisión de la fe?
La Iglesia debe dejar claro cuál es el modelo de familia cristiana que ella propugna. Pero su actitud ante otras realidades que existen no puede ser la condena. Ni a la pareja ni mucho menos a los niños que, por diversos medios, nacen fruto de esas uniones. Me parece obvio que esos niños tienen el derecho a recibir la fe. Y la comunidad cristiana el deber de ayudar a su familia a trasmitírsela, por poco convencional que ésta sea.
6.- Sobre la educación de los hijos en el seno de situaciones matrimoniales irregulares...
a) ¿Cuál es en estos casos la proporción estimada de niños y adolescentes con relación a los niños nacidos y crecidos en familias regularmente constituidas?
Actualmente, muy baja
b) ¿Con qué actitud los padres se dirigen a la Iglesia? ¿Qué solicitan? ¿Solo los sacramentos o también la catequesis y la enseñanza en general de la religión?
Me parece obvio que buscando aceptación acogida y plena integración.
c) ¿De qué manera las Iglesias particulares se acercan a la necesidad de los padres de estos niños para ofrecer una educación cristiana a los propios hijos?
Oficialmente no hay acercamiento. En la práctica sí. Pero es incómodo, para quien acoge, saber que lo hace en contra de lo que oficialmente dice la jerarquía eclesiástica.
d) ¿Cómo se desarrolla la práctica sacramental en estos casos: la preparación, administración del sacramento y el acompañamiento?
Supongo que con mucha mayor dificultad.
7.- Sobre la apertura de los esposos a la vida...
a) ¿Cuál es el conocimiento real que los cristianos tienen de la doctrina de la (encíclica) "Humanae Vitae" sobre la paternidad responsable? ¿Qué conciencia hay de la evaluación moral de los distintos métodos de regulación de los nacimientos? ¿Qué profundizaciones se podrían sugerir sobre ello desde el punto de vista pastoral?
La visión predominante acerca de la postura oficial de la Iglesia en este asunto es que prohíbe cualquier uso de control de la natalidad, salvo el natural. Esto para algunos creyentes es un trauma importante, en la medida que no ven compatible su vida de pareja con el seguimiento de lo que la Iglesia dice. En otros casos prevalece la voz de su conciencia, sin que ello les suponga ningún trauma. Pero sí les incomoda esa postura oficial. Y en su dialogo con no creyentes les avergüenza que se entienda que la propuesta de su Iglesia es “tener todos los hijos que Dios quiera”.
A la petición de sugerencias respondo que desde el punto de vista pastoral hay que dialogar y profundizar sobre lo que debe ser una paternidad responsable.
b) ¿La doctrina moral es aceptada? ¿Cuáles son los aspectos más problemáticos que hacen difícil su aceptación en la mayoría de las parejas?
Muchas personas que se consideran creyentes y practicantes asocian la doctrina moral a prohibiciones, y muchas de ellas cuestionables.
c) ¿Qué métodos naturales se promueven de parte de las Iglesias particulares para ayudar a los cónyuges a poner en práctica la doctrina de la "Humanae vitae"?
La abstinencia, que se propugna como método natural, es antinatural. Es un insulto al amor. Porque mientras el sexo puede ser una poderosísima manifestación de amor a la otra persona la abstinencia es una barrera al amor.
El control del calendario menstrual es un insulto a la inteligencia. Porque está demostrado, científicamente, que el margen de error es muy grande.
d) ¿Qué experiencia hay sobre esta cuestión en la praxis del sacramento de la penitencia y en la participación en la eucaristía?
¿?
e) ¿Qué contrastes se evidencian entre la doctrina de la Iglesia y la educación civil a este respecto?
Totalmente alejadas.
f) ¿Cómo promover una mentalidad mayormente abierta a la natalidad? ¿Cómo favorecer el aumento de los nacimientos?
Educar en torno a lo que es una paternidad responsable y en la que los hijos sean deseados. Crear las condiciones que favorezcan la conciliación de la vida familiar y profesional.
8.- Sobre la relación entre la familia y la persona Jesucristo revela el misterio y la vocación del hombre:
a) ¿la familia es un lugar privilegiado para que esto suceda?
Claro que el misterio y la vocación del hombre tienen en la familia un marco adecuado para desarrollarse.
b) ¿Cuáles situaciones críticas de la familia en el mundo actual pueden constituir un obstáculo para el encuentro de la persona con Cristo?
Situaciones críticas de la familia, que constituyen un obstáculo para el encuentro de la persona con Cristo, son: la familia “light”, sin valores y en la que todo vale; el consumismo; el maltrato; la escasa preparación para afrontar dificultades y crisis.
c) ¿En qué medida la crisis de fe que pueden sufrir las personas inciden en su vida familiar?
La fe es un pilar fundamental en la vida de una persona. Y su ausencia hace más difícil afrontar las dificultades que surgen en la vida familiar.
9.- Otros desafíos y propuestas.
¿Existen otros desafíos y propuestas respecto a los temas tratados en este cuestionario, que sean consideradas como urgentes o útiles de parte de los destinatarios?
Es un desafío loable el haber palpado la opinión de todos los creyentes. Haber dado la oportunidad de escuchar, de dar participación, de hacer camino juntos.
La propuesta es que se tenga en consideración lo dicho. Que sirva para hacer una Iglesia de todos y para todos.