La idea del documental, en el que han invertido tres años de trabajo, surgió del periodista catalán David Casals tras la muerte de su abuela, Rosa Mora, protestante, que falleció a los 89 años en marzo de 2018.

David Casals

En una entrevista, Casals ha recordado cómo su abuela le explicó muchas veces que tenía que participar en cultos clandestinos por ser protestante y consideró que testimonios como ese no podían dejarse escapar "sin darlos a conocer al gran público".

"La persecución contra todos los protestantes por el franquismo es algo que se conoce internamente entre las familias que la han padecido, pero que es un episodio muy desconocido para la población en general y por eso hemos rodado el documental", codirigido por el propio Casals, Julia Solé y Sergi Martí y rodado bajo un "prisma divulgativo-periodístico".

Producido por la productora Clack, el filme arroja luz al poco conocido episodio de la exclusión de España, impulsada por el presidente norteamericano Eisenhower, de la reconstrucción europea de posguerra.

El filme, de 52 minutos, documenta cómo, después de que el senador estadounidense Alvin O'Konsky lograra que la Cámara de Representantes aprobara el 30 de marzo de 1948 la inclusión de España en el Plan Marshall, Eisenhower, de confesión baptista, vetó al régimen de Franco por la persecución que ejercía contra los protestantes.

Ataques contra los protestantes

El presidente norteamericano supeditó la entrada de España a que hubiera en el país libertad religiosa, recuerda Casals, que enumera cómo en aquella época numerosos templos protestantes eran atacados, saqueados e incendiados, excepto los que pertenecían a consulados extranjeros.

"Por eso, muchos cultos se celebraran clandestinamente en casas particulares, y si eran descubiertos o denunciados por algún vecino sus participantes eran multados", según Casals.

El exdirector del Hospital Evangélico Armand Urrútia, miembro de la Asamblea de Hermanos de la calle Terol de Barcelona, explica en el documental como en su iglesia aún tiene "fotos de la puerta con un precinto que ponía Juzgado conforme no se podía entrar".

"Nos reuníamos en las casas. Y con cuidado de que no hubiera un vecino que nos denunciara por reunión clandestina. Recuerdo, cuando era pequeño, que se presentó la policía en medio de la reunión y tomó datos de todos los asistentes, que después fueron multados", relata Urrútia.

El historiador y crítico de arte Daniel Giralt-Miracle, miembro de la iglesia baptista de la calle Verdi de Barcelona, apuntala: "Entrábamos discretamente, separados, no cantábamos, había un espíritu de célula clandestina, de resistencia. Fue un periodo muy duro por la confusión que el nacionalcatolicismo hacía de todo lo protestante".

Otro episodio de represión que documenta el filme es el caso del pastor de la Iglesia Metodista, Enric Capó, que en 1973 fue procesado por el Tribunal de Orden Público por repartir folletos evangélicos en el estreno en España de la película Los diez mandamientos.

"Los niños de padres protestantes eran estigmatizados en las escuelas y las parejas evangélicas que querían casarse tenían muchas dificultades para conseguirlo. Muchos buscaban juzgados que fueran más flexibles en otros barrios o ciudades y se empadronaban en casas de familiares o amigos de su jurisdicción para poder inscribir su matrimonio", recuerda Casals.

Estreno del documental

El documental también relata cómo hasta hace relativamente pocos años los miembros de comunidades protestantes eran enterrados en zonas separadas de los católicos en los cementerios tradicionales, junto a suicidas o excomulgados.

"El régimen franquista confundía y metía en un mismo saco a comunistas, masones, judíos, sindicalistas y protestantes", remarca el codirector del documental, que quieren también proyectar en Madrid el próximo año.

La jerarquía de la iglesia católica, que apoyó el alzamiento del dictador Franco, "no decía nada, aunque muchos católicos lo veían mal", porque era una manera de conservar el monopolio religioso, y eso duró hasta la apertura del Concilio Vaticano II", dice el codirector del filme.

De hecho, en el documental, el monje capuchino Joan Botam, considera que la Iglesia Católica debería hacer algún tipo de reconocimiento de su papel en aquellos tiempos, en los que un encuentro ecuménico como el reciente en el templo de la Sagrada Familia era impensable.

El documental, que se estrenará en la Muestra de Cine Espiritual de Cataluña, recoge también testimonios de Noemí Cortés, miembro de la comunidad de la calle Terol de Barcelona, y del ex vicepresidente catalán Josep-Lluís Carod-Rovira, en su faceta de estudioso del protestantismo.

Protestantes, la historia silenciada se enmarca dentro de la línea de trabajos vinculados a la memoria histórica desarrollados por Clack como Peiró42, La última cinta desde Bosnia o Patrimoni7.

"Una de nuestras líneas de acción como productora es contar historias ocultas, que han quedado en los márgenes, en la periferia del discurso oficial, y la historia de los protestantes en Cataluña es uno de esos temas que nos ha parecido que valía mucho la pena de recuperar", según Joan Salicrú, productor ejecutivo del documental.

El documental ha contado con ayudas de la Dirección General de Asuntos Religiosos, el Memorial Democrático de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Fundación Pluralismo y Convivencia del Ministerio de la Presidencia.

Muestra

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