Muchos niños pedirán a sus padres todo lo que se les antoje viendo la televisión que no parará hasta Reyes de bombardearlos con anuncios muy bien estudiados. Los padres
se lo comprarán para que no les den la abarra aunque para ello tengan que empeñarse. Los padres matarán el deseo de los niños, esencial para el crecimiento, y los niños se aburrirán de asco porque no tendrán que desear. Sin deseo no hay esperanza ni futuro y sin ellos no se puede vivir. Los padres que conceden todo a sus hijos, están asesinando su futuro