Se podría pedir a los políticos que reduzcan las listas pero eso es inútil porque no están dispuestos suprimir ninguna de las plazas de las que cualquier uno de ellos pueda disfrutar un día. La única posibilidad de los electores para obligar a los políticos a reducir las listas hasta dejar sólo los necesarios es no votar. Los políticos son una casta que defiende con unas y dientes sus privilegios. Hasta el momento ha resultado ilusorio, a pesar de la crisis, que los políticos eliminen plazas innecesarias de políticos que se mantienen sólo para colorar y recolocar a políticos y amigos. La mayoría de los elegidos para el Parlamento europeo sólo hacen acto de presencia cuando los requieren para votar; son absolutamente innecesarios.