Cuando Fraga se enteró que, al día siguiente, yo iba a tomr posesión de la dirección del Instituto Padre Sarmiento de Santiago perteneciente al CSIC cogió el teléfono, se puso en contacto con la presidencia del CSIC y dijo que no me quería al frente de aquel instituto. La dirección del CSIC se bajó los pantalones y dijo que yo no estaba nombrado para tal puesto. Y la Delegada de entonces del CSIC en Galicia dijo no sabía quien era yo. Fraga ha sido alguien que ha marcado un momento de la historia reciente de España. Una cosa es estar de acuerdo con sus ideas y otra reconocer su valía. En un artículo en Galicia Internacional, posterior a los hechos antes referidos, defendí que seguramente era el mejor presidente posible para Galicia en su momento. Descanse en paz.