Los políticos, cuando le ven las orejas al lobo, nos dicen: “Tenéis razón para estar enfadados”, “hemos hecho las cosas mal”, “el gobierno que dirijo es el responsable de esta chapuza que tantas molestias os está causando”. Lo dicen para disponernos a su favor, para identificarse con nosotros, para que les sigamos votando. como clase social, como grupo, como clan, imitan al diablo quien sabe más por viejo que por diablo; por eso, como dice San Ignacio, “entra con la nuestra para salir con la suya” (Ejercicios espirituales).