Las estrellas sociales se mueven en un mundo diferente al de todo el mundo. Es como si tuvieran dos vidas, una de acuerdo con la vida normal y otra que sólo ellos pueden llevar. Nacen como todos pero viven como sólo viven algunos y sólo algunos viven como ellos. Esto lleva consigo la distinción entre sus derechos como personas y sus derechos como estrellas. Sus éxitos y sus fracasos: las infidelidades, los actos de violencia, las borracheras, el exceso de velocidad, las trampas, las adquisiciones indebidas, las peleas, cuando se casan y cuando se sientan en el banquillo, cuando hacen caridad y cuando delinquen, cuando suben y cuando bajan suscitan un enorme interés, saltan a los medios de comunicación en cuanto ocurren y tienen una enorme resonancia social. Por eso no es lo mismo el paseillote un ciudadano cualquiera que el de una celebridad social. No son como los demás. Unas veces para su gloria y otras para su humillación. Ellos se aprovechan de su fama y la sociedad se divierte a su cuenta.