El arzobispo de Madrid abre la Semana de la Palabra Cardenal Cobo: "No basta escuchar, es necesario que la Palabra llegue al corazón"

La diócesis de Madrid ha arrancado el curso pastoral con la Semana de la Palabra, que se celebra del 21 al 27 de septiembre, y que propone a parroquias, asociaciones, movimientos y comunidades un itinerario de oración
El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, ha presidido la Eucaristía de apertura este domingo 21 de septiembre en la catedral de la Almudena y ha animado a los fieles presentes y a toda la iglesia diocesana a vivir estos días como una oportunidad para volver a las fuentes y escuchar la voz de Dios en comunidad
(Archimadrid).- La diócesis de Madrid ha arrancado el curso pastoral con la Semana de la Palabra, que se celebra del 21 al 27 de septiembre, y que propone a parroquias, asociaciones, movimientos y comunidades un itinerario de oración «y hacerlo guiados por el Señor, a la escucha de la Palabra y movidos por su gracia», como se subraya desde la convocatoria. El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, ha presidido la Eucaristía de apertura este domingo 21 de septiembre en la catedral de la Almudena y ha animado a los fieles presentes y a toda la iglesia diocesana a vivir estos días como una oportunidad para volver a las fuentes y escuchar la voz de Dios en comunidad. «La iglesia que peregrina en Madrid comienza esta nueva etapa con ilusión», afirmó, «como comunidad de bautizados, miembros de Cristo, buscando caminar juntos, sinodalmente, y cultivando nuestro sentido diocesano, de Iglesia local y unida».
"Encontrando el tesoro"
El lema de este año, «Encontrando el tesoro», quiere resaltar la riqueza inagotable de la Palabra de Dios. «La Palabra de Dios revelada es, ante todo, el mismo Jesucristo, el Verbo de Dios, la Palabra hecha carne. Por eso, decía san Jerónimo, que “conocer las Escrituras es conocer a Cristo. Pero no basta con leer las escrituras, es necesario escuchar a Jesús mismo que habla a través suyo”». En este sentido, citó la exhortación Evangelii gaudium: «Nosotros no buscamos a tientas ni necesitamos esperar que Dios nos dirija la palabra, porque realmente Dios ha hablado, ya no es el gran desconocido, sino que se ha mostrado. Acojamos el sublime tesoro de la Palabra revelada».
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La Palabra, denuncia y compromiso
El arzobispo subrayó quela Sagrada Escritura «siempre es concreta, es viva y eficaz, siempre actual», y puso como ejemplo al profeta Amós, quien desde su vida sencilla fue capaz de reconocer la injusticia y anunciar la Palabra con valentía: «Amós sabe que un día el Señor le había dicho “ve y profetiza”; y, sencillamente, eso es lo que hace. Denunciará a poderosos y a mercaderes que se aprovechaban con medidas falsas y a todos los que despreciaban a los pobres. Dios mismo aparece jurando que no se olvidará de esas acciones en perjuicio de los más vulnerables».
"Amós, desde su vida sencilla fue capaz de reconocer la injusticia y anunciar la Palabra con valentía"
Esa denuncia sigue vigente hoy: «Hoy esa palabra pronunciada sobre Amós nos lleva a enfocar la mirada y no olvidar a tantos lugares y situaciones de nuestro mundo donde se maltrata y se masacra a los más indefensos, como en Gaza, Ucrania y tantas guerras olvidadas... o lugares donde la misma Iglesia es perseguida y martirizada como Nigeria, Nicaragua y tantos otros sitios». El cardenal, aludiendo al salmo proclamado en la liturgia también aseguró que: «Ante la injusticia que intentamos ocultar, Dios se define porque Él “levanta del polvo al desvalido y alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes de su pueblo”. La Palabra no se encarna si no se hace opción por los últimos».
Una Palabra que interpela
El arzobispo de Madrid explicó que Jesús confronta a sus discípulos con la parábola del administrador injusto: «Si alguien injusto es capaz de pensar así para sobrevivir y buscar vínculos y amigos por encima del dinero y el tener, ¿cómo es posible que los hijos de la luz, los que creemos en Jesús, no seamos capaces de ver la vida desde Dios y de poner el dinero y cuanto oculta a Dios en su sitio?».
Y añadió dos advertencias: «La primera, que es preciso ser fieles en lo poco para serlo en lo mucho; tenemos que evitar bajar los listones de las exigencias evangélicas». Y la segunda: «No se puede servir a dos señores al mismo tiempo. En el fondo, la parábola de hoy nos invita a una decisión fundamental: ¿a quién sirves en tu vida?: ¿a Dios o al dinero? ¿al egoísmo o al amor? ¿a la injusticia o a la justicia?».
📖 El @CardenalCobo abre la Semana de la Palabra:
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) September 21, 2025
1️⃣ No basta escuchar: la Palabra debe llegar al corazón y dialogar con Dios
2️⃣ Llamada a descubrir la grandeza de la misión compartida
3️⃣ Invitación a vivir la fe como compromiso comunitariohttps://t.co/FTOmsU8EStpic.twitter.com/HvVD3t1Mnw
"Escuchar y dialogar con Dios"
El cardenal invitó a cultivar la escucha sincera de la Palabra, que siempre se da en el contexto de la oración: «La oración debe acompañar la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable el diálogo entre Dios y el hombre; porque a Él hablamos cuando oramos, y a Él oímos cuando leemos las palabras divinas» . Por eso, insistió: «No basta escuchar: es necesario que la Palabra llegue al corazón y nos haga discípulos y profetas. Con el corazón encendido y enraizado en la Palabra descubrimos la grandeza de la misión que compartimos y a la que somos convocados».
La Palabra como brújula y alimento
En este sentido, animó a hacer de la Escritura una guía cotidiana: «No dejéis de poneros delante del Señor y escuchar sus palabras. Frecuentad la lectura de las Escrituras diariamente, ponedlas en el centro de las reuniones, aprovechad la lectio divina, que nos ayuda a acoger la Palabra no como una receta prefabricada, sino como una brújula que ilumina la vida real, con sus dudas y búsquedas». Recordó también que la Biblia «es una carta personal de Dios a cada uno y a su Iglesia. Pertenece a todos los cristianos, convocados para escucharla y reconocerse en esa Palabra que nos une».
"No dejéis de poneros delante del Señor y escuchar sus palabras. Frecuentad la lectura de las Escrituras diariamente, ponedlas en el centro de las reuniones, aprovechad la lectio divina, que nos ayuda a acoger la Palabra no como una receta prefabricada, sino como una brújula que ilumina la vida real, con sus dudas y búsquedas"
Por último, invitó a toda la diócesis a poner en el centro de la vida pastoral los dos grandes alimentos de la fe: «Pongamos en el centro de la vida pastoral de nuestra diócesis el Pan de la Eucaristía y el Pan de la Palabra. Que ambos nutran y alienten nuestro caminar en este inicio de curso, para juntos aprender a servir al Señor y practicar su justicia».
"Una Palabra que no hace ruido, pero transforma"
Como invitación final, el arzobispo lanzó una llamada a toda la comunidad: «Volvamos a la Palabra para ofrecer al mundo el agua viva que calme su anhelo de infinito. Mientras la sociedad y las redes sociales acentúan la violencia de las palabras, nosotros acogemos y celebramos una Palabra que no hace ruido, pero que nos confronta y penetra hasta lo más hondo del corazón». Además, agradeció «el trabajo callado de los estudiosos de la Palabra, de los sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, y de todos los laicos que la predican, la anuncian y dan testimonio con su vida», así como «a la oración cotidiana de tantos que leen la Palabra en su oración y así fecundan a la Iglesia».

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