"Desde aquí alentamos y agradecemos todo servicio a las personas con discapacidad y agradecemos, como no, a las personas con discapacidad su vida, espíritu de lucha, su entrega, su capacidad de amar y ser amadas", añade el 'Área para las personas con discapacidad de la Conferencia Episcopal Española'.
Junto a la nota, se ofrecen algunos párrafos de Dignitas Infinita, de Doctrina de la Fe, en la que subraya cómo la Iglesia "reafirma y confirma absolutamente la dignidad ontológica de cada hombre y de cada mujer", al tiempo que aprecia cómo "la sociedad actual haya ido tomando conciencia de manera progresiva de la centralidad de la dignidad humana y que muestre una sensibilidad especial hacia los más débiles".

"En nuestra realidad existencial, todos somos discapacitados y tenemos necesidad de los demás", añaden, el escrito, que trata de explicar la asociación enfermedad-pecado, que tiene su origen en el Antiguo Testamento, pero que se refiere a todos (no solo a los discapacitados). Al tiempo, añaden que "Jesús curaba toda dolencia al tiempo que perdonaba los pecados".
"Solo desde esta perspectiva puede vincularse la enfermedad al pecado, en tanto que este afecta existencialmente a todo ser humano y abre nuestra vida al amor de Jesucristo, en quien somos sanados y salvados", explica la nota episcopal, que reitera, con el Papa Francisco, la necesidad de reconocer en cada persona con discapacidad "incluso con discapacidades complejas y graves", una contribución singular al bien común a través de su biografía personal, sabiendo que la dignidad de cada persona no depende de la funcionalidad de sus cinco sentidos, en referencia a su encíclica 'Fratelli tutti'.