Claves del viaje papal a Armenia

Hay un excelente artículo de análisis en el National Catholic Register esta semana en el cual el corresponsal Victor Gaetan proporciona las claves del viaje a Armenia que el Papa Francisco emprenderá mañana, día 24, y que durará hasta este domingo, día 26.

Dedico mi artículo de hoy a una libre adaptación de las ideas que Gaetan ofrece al seguidor del periplo papal, suplementada, en ocasión, con información extraída de otras fuentes.

Ecumenismo

“Lo llamativo del itinerario de Francisco”, observa Gaetan, “es el grado hasta el cual la Iglesia apostólica armenia le esté hospedando”. Incluso el logo adoptado por la visita, como comenta este analista, incorpora los colores y variados símbolos de estas dos iglesias.

La razón por la que será la Iglesia armenia y no la católica la que actuará del anfitrión del papa obedece al hecho de que, de los 3 millones de personas que viven en Armenia, sólo alrededor de 15.000 son cristianos romanos. En cambio, algunos 2.8 millones de ciudadanos armenios son miembros de la Iglesia apostólica nacional -una comunidad que, además, mantiene muy buenas relaciones con la Iglesia católica, las cuales extienden a un reconocimiento de los sacramentos y órdenes de Roma.

Al viajar a Armenia el Papa Francisco estará también siguiendo los pasos de Juan Pablo II, quien firmó declaraciones conjuntas sobre puntos de acuerdo con la Iglesia armenia tanto con el actual catolicós, o patriarca, Karekin II, en 2001, como con su predecesor en el cargo, Karekin I, en 1996. El viernes 24 está previsto que Francisco rezará con Karekin II en la Santa Madre catedral de Echmiadzín y que luego los dos líderes mantendrán una reunión privada -un gesto por el entendimiento entre las dos iglesias que se repetirá el sábado y el domingo en un servicio de oración ecuménica y una divina liturgia estos dos días, respectivamente.



Relaciones con Turquía

Después de que Francisco, en abril del año pasado, se convirtiera en el primer papa en calificar de viva voz la masacre de 1.5 millones de armenios a manos del Imperio otomano entre 1915 y 1923 de “genocidio” -lo cual provocó que Turquía retirara su embajador ante la Santa Sede- hay mucho interés en saber si el papa vuelve a utilizar la expresión durante su visita. Tal y como hizo Juan Pablo II, Francisco visitará el monumento nacional a las víctimas del exterminio en Ereván el sábado por la mañana -pero como comenta John L. Allen Jr. en Crux, se espera que en vez de “genocidio” para describir la atrocidad el pontífice utilice más la expresión armenia medz yeghern, la “gran calamidad”, y así eluda malentendidos innecesarios.



La situación en el Cáucaso

Pero incluso si el Papa Francisco consiguiera evitar un nuevo conflicto con Ankara con razón del legado de la masacre armenio, este no será el único desafío diplomático que tendrá que sortear en la ocasión del presente viaje.

Como bien explica Gaetan, detrás de la disputa actual de Armenia y Azerbaiyán por el territorio disputado del Nagorno-Karabaj -el cual, pese a que se halla dentro de las fronteras azerbaiyanas, está poblado por ciudadanos armenios- Turquía y Rusia se encuentran enfrentados en una especie de guerra subsidiaria. Por eso, insiste el analista, habrá que entender esta visita del papa a Armenia -un país mayoritariamente cristiano, y por tanto apoyado por Rusia- en el contexto de otro viaje que tiene planeado para finales de septiembre 2016 a Georgia y Azerbaiyán: nación musulmana esta última y, como tal, una aliada de Turquía.

La dificultad para el papa en esta coyuntura armenia, por tanto, será la de encajar el apoyo del Vaticano a los cristianos de este país -tanto los católicos como los de la Iglesia apostólica nacional- dentro de las prometedoras relaciones que la Santa Sede mantiene con Azerbaiyán desde hace cinco escasos años. Y esto -conviene subrayar- siempre respetando tanto los intereses turcos en la región como la presencia de Rusia: país este último del cual -a pesar de la persecución histórica de los cristianos a manos de los sóviets- el Vaticano depende hoy en día para apoyarla en la defensa de las iglesias amenazadas del Oriente medio.



Un reconocimiento personal

Hay un detalle más que es importante para la lectura de este viaje papal a Armenia, según Gaetan, y este es la estrecha relación que Francisco mantiene con la Iglesia armenia desde hace años, aun estando en Buenos Aires.

El corresponsal del NCR recuerda el episodio en 2010 en el que el arzobispo Bergoglio colocó una cruz armenia tallada de forma tradicional -conocida como un jachkar- en la catedral bonaerense, en la ocasión del 95 aniversario del martirio armenio. Es más: Gaetan rememora la revelación de 2013 del arzobispo Kissag Moradian, el primado de la Iglesia apostólica armenia de Argentina y Chile, al efecto de que el cardenal Bergoglio incluso expresó un deseo de que se le enterrara bajo semejante tallado, tal es el grado de su admiración por, e identificación con, los cristianos de esta tradición. “La verdad es siempre mejor que la negación o la mentira”, Moradian luego observaría, en 2015, acerca de la actitud del entonces arzobispo de Buenos Aires -y, en particular, de su afán de trabajar por un reconocimiento digno de los sufrimientos históricos de la Iglesia armenia.

La gran medida en la que se siente identificado personalmente con esta comunidad ya aparte, es la determinación del actual papa de trabajar por la paz y la reconciliación lo que podría ser el factor determinante de la visita que iniciará este viernes. A propósito de las palabras que Francisco usó, en 2015, para recordar el “genocidio” armenio, Moradian dijo que su amigo “estaba preparado para enfrentarse con Turquía”: “es muy valiente y muy convencido de sus convicciones; no cambiarán por nada”, observó el arzobispo armenio del papa reinante. “Se mantiene firme con la justicia y la verdad”.

Ahora toca ver, por tanto, en qué se traducirán esta peculiar valentía y convencimiento de lo justo que tiene Francisco -y esta apreciación personal por las tradiciones de una Iglesia histórica- en el contexto del difícil encaje de Armenia en el Cáucaso.

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