La propuesta no eliminaría la clase de Religión, aunque sí admite materias comunes Los obispos plantean al Gobierno la creación de un Área de Filosofía y Valores en la que se integre la educación religiosa

Los obispos plantean al Gobierno la creación de un Área de Filosofía y Valores en la que se integre la educación religiosa
Los obispos plantean al Gobierno la creación de un Área de Filosofía y Valores en la que se integre la educación religiosa

Primera vez, la Conferencia Episcopal admite la necesidad de una asignatura de “Valores Cívicos”, que también deben recibir los alumnos católicos, y en la que se impartan “aquellos valores que sean comunes a todos”

Los obispos han propuesto “integrar un espacio objetivo, un ámbito, igual que hay en Ciencias Naturales, en Primaria y Secundaria”, donde se planteen los distintos “horizontes de creencias”, en “el respeto de la conciencia de los niños y de su identidad, su cultura y tradición”. También, para los no creyentes

Argüello lamentó que la discusión sobre el tema "puede llevar a la clase de Religión a vivir en una especie de guetto, y que se imparte como un favor, o porque existen los Acuerdos Iglesia-Estado"

"La visita de Pedro Sánchez al Papa podría ser una buena oportunidad para acoger el pacto educativo global en una concreción en la propia vida española"

Es una propuesta en ciernes, como ya adelantó hace unas semanas RD. Los obispos han planteado al Gobierno, por el momento sin respuesta, la creación de un Área educativa que incluya Filosofía, Educación en Valores y en la Constitución, y en la que se inserten la educación confesional. La propuesta, que no eliminaría como tal la clase de Religión, si admite, por primera vez, la existencia de "materias comunes" que recibirían todos los alumnos, independientemente de su confesión.

La propuesta, en fin, no es más que todos los alumnos estudien una suerte de ‘valores morales’, dentro de un área con temario común (en valores cívicos y constitucionales). Así, por primera vez, la Conferencia Episcopal admite la necesidad de una asignatura de “Valores Cívicos”, que también deben recibir los alumnos católicos, y en la que se impartan “aquellos valores que sean comunes a todos”.

Luis Argüello, durante la rueda de prensa
Luis Argüello, durante la rueda de prensa

La propuesta, que aún no ha recibido respuesta por parte del Gobierno, fue planteada por el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello; y el obispo de Lugo y responsable de Enseñanza de la CEE, Alfonso Carrasco Rouco, dentro de una “propuesta educativa global”, tal y como la plantea el Papa Francisco en su Pacto Educativo Global.

Que no desaparezca la educación religiosa

“La idea es que todos los alumnos tengan un área, un espacio para la dimensión personal y de moralidad”, subrayó Carrasco Rouco, quien mostró su intención de que “no desaparezca la educación religiosa”. Todo ello dentro de la negociación que se está llevando a cabo con el Gobierno de cara a la futura ley educativa.

“En el fondo, la idea principal, de base, debe haber un ámbito de la dimensión personal que afecte a la moralidad, las creencias, el desarrollo de la persona como tal”, apuntó el obispo, quien abogó por impartir “un conjunto de valores comunes a nuestra cultura”.

De este modo, los obispos han propuesto “integrar un espacio objetivo, un ámbito, igual que hay en Ciencias Naturales, en Primaria y Secundaria”, donde se planteen los distintos “horizontes de creencias”, en “el respeto de la conciencia de los niños y de su identidad, su cultura y tradición”.

Alfonso Carrasco Rouco
Alfonso Carrasco Rouco

En este sentido, y por primera vez, los obispos admiten “varios itinerarios formativos”, siempre que uno de ellos sea el católico. También para los no creyentes. “Unos mínimos de competencias -Valores cívicos y constitucionales, legislación, cuidado de la naturaleza, relación con el prójimo, justicia, tolerancia...- deberían ser determinados por el Estado”, apuntó Carrasco Rouco, quien admitió que la propuesta “no está muy elaborada. Es el deseo de abrir caminos, de salir de una situación de discusión perpetua sobre cómo situar la Religión Católica”.

Del guetto a Pedro Sánchez

Una discusión que, como lamentó Argüello, “puede llevar a la clase de Religión a vivir en una especie de guetto, y que se imparte como un favor, o porque existen los Acuerdos Iglesia-Estado”.

“En este sentido, la visita de Pedro Sánchez al Papa podría ser una buena oportunidad para acoger el pacto educativo global en una concreción en la propia vida española. El camino de las enmiendas tendría que dar un giro”, incidió Argüello, quien insistió en la necesidad de “reconocer las identidades”.

“Queremos una educación integral y valorar a la persona, y defendemos que hay muchas identidades en una España plural”, finalizó.

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