Cambios en 13TV

No es -ni será- mi papel encontrar las soluciones a 13tv, ni ponerlas en práctica, pero sí dar mi opinión cuando me la piden. Tampoco es mi función, al menos por el momento, destacar cuáles serán finalmente las decisiones que se tomarán -aunque ya se están tomando, y más que se conocerán en los próximos meses-. Pero no rompo ningún pacto secreto si expongo en público la misma opinión -salvando algunos nombres, que seguramente en breve descolgarán el teléfono- que di en privado. Al no tratarse de un encuentro prefijado, las ideas surgieron a medida que se establecía el diálogo, y no están sistematizadas. Pero lo estarán en breve:
1.- 13TV es necesaria. Pero como una televisión que muestre a la Iglesia, no a la derecha eclesiástica o política. Exportar el modelo de Intereconomía sólo lleva al fracaso y a la identificación de los católicos españoles con un modelo socio-económico que no responde al Evangelio. Y que limita la propia catolicidad -se puede ser Iglesia de muchos modos- y la capacidad de evangelización.
2.- Hay que abrirse a otras voces: debemos abandonar -en 13tv y también en el nuevo estilo de Iglesia que se avecina- el sentido de que sólo son católicos "de primera" algunos. La cadena de la Iglesia debe dejar que todas las voces de Iglesia se expresen.
3.- La crítica es necesaria, y construye. Los seguidores de Jesús que critican -como está haciendo el Papa, por otro lado- a los que se creen en posesión de la única verdad, los que se encierran en guettos, los que no dejan ni las migajas al resto, no son "enemigos de la Iglesia". Son parte de ella, y necesarios para construir.
4.- Hay que eliminar la imagen -fomentada en algunos programas de 13tv, como antes en la Cope- de una Iglesia enfadada y condenatoria. El mensaje del Evangelio es de una actualidad plena, y estratégicamente relevante. Y atractivo. Fundamentalmente porque es un mensaje de alegría y de propuesta. Se puede defender la vida, pero el único razonamiento no debe ser, por poner un ejemplo, que el aborto es un pecado con conlleva la excomunión. La defensa del Evangelio tiene que ser propuesta, y no imposición. También en la televisión episcopal.
5.- Potenciar los informativos. Y hacerlos con mayor presencia de la información social: inmigración, educación, familia, crisis.... Programas como Misioneros por el mundo son un buen ejemplo, que podrían ampliarse a tantas acciones de personas, instituciones y ONG con inspiración en el Evangelio.
6.- Promover los debates plurales: los actuales son demasiado escorados hacia la derecha política. Y fomentar "atrios de los gentiles" en televisión, siguiendo modelos como el de Cañizares-Zapatero. ¿Por qué no aprovechamos la oportunidad de una televisión nacional para abrir el campo a debates sobre temas concretos, atractivos, propositivos y donde también se escuchen las voces críticas?
7.- El magisterio del testimonio. Los espectadores precisan más testimonios y menos doctrina, que además de presenta de modo muy aburrido.
8.- Aprovechar las sinergias. Un buen programa de deportes, por ejemplo, con los mimbres de Cope, sería atractivo y económicamente viable. Hay muy buenas productoras a las que se podría abrir las puertas, sin que su confesionalidad tuviera un sesgo tan vinculado a movimientos como las que actualmente llevan a cabo distintos programas.
9.- Dar más paso a profesionales en la toma de decisiones. No puede ser que el comité de renovación de contenidos esté formado, en buena medida, por personas que sólo representan un modelo que se ha demostrado caduco, poco profesional y alejado de los intereses de la mayoría de los creyentes de este país. Corremos el riesgo de perpetuar una imagen oscura, justo ahora que, desde Roma, el Papa Francisco no está pasando a toda velocidad en este y otros puntos.
y 10.- 13tv sólo tendrá sentido si se convierte en una televisión generalista, cuyos valores y espíritu estén marcados por el Evangelio de la Alegría y la Esperanza. Los cristianos, también en los medios de comunicación, debemos ser ciudadanos orgullosos de ser creyentes, con propuestas constructoras de sociedad y atractivas. Si no somos capaces de hacer esto en nuestros medios, no podremos pretender ser fermento de Evangelio. Y si no somos capaces de "utilizar" la Buena Noticia en los medios, es que algo está fallando en nosotros. No puede ser que el mensaje de Jesús "no sirva" para estas lides.