Cañizares pide perdón

"Lo primero que hago, con toda sinceridad y de buen grado, es pedir perdón a los refugiados, perseguidos y emigrantes venidos a España en los últimos meses, -para mí muy queridos todos, sean de la condición que sean y vengan de donde vengan y como vengan-, si tales declaraciones les han podido producir algún daño", dice Cañizares, si bien después trata de reivindicarse, justificarse y denunciar un "linchamiento" hacia su persona. De todo ha habido, pero quien encendió la mecha fue el propio arzobispo de Valencia con sus palabras, que a muchos extrañaron, porque -como dijimos y reafirmamos- no se corresponden con su actitud y sus decisiones como pastor.
En todo caso, Cañizares encendió este fuego. Y ha tenido, dos días después, la valentía de querer apagarlo. Para mí es suficiente. Lo importante, con todo, es seguir trabajando por los que huyen, perseguidos, de la guerra y el odio en Oriente Medio. Y en su ateción y acogida, Cañizares y todos los hombres y mujeres de bien debemos estar juntos.