Era un secreto a voces. Un paso más en la estrategia para cambiar el rostro de la Iglesia en Euskadi, ya iniciada con el pontificado de monseñor Munilla en San Sebastián. Un buen pastor, mejor persona, conservador y no nacionalista, pero vasco de pura cepa, Mario Iceta, sustituye oficialmente a Ricardo Blázquez como obispo de Bilbao. Tomará posesión el 11 de octubre, festividad de la Virgen de Begoña, en la catedral. Desde 2008, Iceta ya se encontraba en la diócesis vizcaína obispo auxiliar. De la mano de Blázquez, tuvo la oportunidad de conocer, y trabajar, con la realidad del clero y el laicado de Bilbao. Una Iglesia viva y encarnada en la realidad del sufrimiento de su diócesis, y tal vez la menos marcada por el nacionalismo excluyente.

Desde hacía cuatro meses -momento en que Blázquez se hizo cargo del Arzobispado de Valladolid-, Mario Iceta ya ejercía, de facto, como obispo diocesano. No se esperan grandes revoluciones -Iceta no es, ni de lejos, Munilla-: la designación del nuevo obispo, pese a todo, no ha sido recibida con grandes disgustos ni plantes, aunque no han faltado algunas protestas (bien fundamentadas, y que no han perdido la eclesialidad) sobre la conveniencia de unos pastores más conocedores de la realidad de Euskadi.

Mario Iceta es un buen nombramiento. Al conocer la diócesis y sus sacerdotes y, sobre todo, con el ejemplo del pontificado de Ricardo Blázquez, le será más fácil continuar haciendo Iglesia en Bilbao.

Un breve currículum de monseñor Iceta nos cuenta que nació en Gernika (Bizkaia) el 21 de marzo de 1965, siendo ordenado sacerdote en 1994. Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra, también es Doctor en Teología por el Instituto Juan Pablo II para el estudio sobre el Matrimonio y Familia de Roma (2002), master en Economía por la Fundación Universidad Empresa de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid (2004) y miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba en su sección de Ciencias morales, políticas y sociales desde 2004. Así mismo es miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao desde junio de 2008. Es uno de los mayores expertos en Bioética con los que cuenta la jerarquía eclesiástica española y, como tal, forma parte de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal.

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