Ya han comenzado, y no pocos católicos se han extrañado por el hecho de que el ministro de Justicia,
Francisco Caamaño, haya recibido primero a judíos, evangélicos y musulmanes para explicarles los cambios en la
estructura del Ministerio -la crisis también ha llegado a los altos cargos, y la dirección general de Relaciones con las Confesiones se convierte en subdirección, aunque la influencia de
José María Contreras sigue en pie- y los futuros pasos de la
Ley de Libertad Religiosa, que colateralmente ya han comenzado con el Proyecto de Ley de las Fuerzas Armadas. No se preocupen: por protocolo, el primer encuentro debía ser con la Iglesia católica, pero el
viaje del cardenal Rouco a Roma para presentar al Papa al patronato de la Fundación Madrid Vivo lo impidió. En los próximos días sabremos de dicha reunión, aunque el cardenal de Madrid ya habrá sido informado por Benedicto XVI de las intenciones de este Gobierno.
Un nuevo paso en la nueva vía de relaciones abierta desde la visita del cardenal Bertone a España en febrero de 2009. Dejemos que el cardenal viva su momento de gloria, dentro de un año, y mientras tanto construyamos el futuro, deben pensar en Roma y Moncloa. Y que Bailén hable con Justicia.
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