El religioso de San Viator
José Ángel Arregui, preso en Chile acusado de tenencia de material pornográfico infantil, acaba de ser
condenado a 817 de prisión (más de dos años) Arregui deberá cumplir
la pena de forma efectiva, sin beneficios ni remisión posible. Descontando los seis meses que lleva en prisión, le queda por cumplir año y medio de cárcel. El propio Arregui
ha admitido su culpabilidad y limitado su condena, sin éxito, a lograr algún tipo de redención de condena. La fiscalía pedía para él la pena máxima por el delito de almacenamiento de pornografía infantil: tres años de prisión.
El camino de la redención comienza por la admisión de la culpa, y el cumplimiento de la pena. Un abrazo para los clérigos de San Viator, que tan mal lo están pasando y tan buen ejemplo de honestidad, claridad y transparencia nos han dado en estos días.
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