La insoportable levedad del ser (Camino)
Como el que cometió en noviembre pasado, cuando sacó el debate sobre los políticos católicos. Este mediodía, después de tratar de capear el temporal a cuenta de su falta de concreción respecto al aborto y la actitud del Rey -con lo fácil que hubiera sido remitirse a la realidad, esto es, que el Rey sanciona pero no es responsable. ¿Acaso le molesta no poder decir que don Juan Carlos no queda fuera de la comunión?-, se destapó pidiendo a los periodistas que no desviáramos la cuestión importante: "la atención del día de hoy hay que centrarla en el hecho triste y grave de una ley que convierte el aborto en un supuesto derecho", dijo, y con razón. ¡Pero es que fue él quien irresponsablemente cambió de tercio y dejó de hablar del mal del aborto para lanzar condenas contra los diputados y senadores! Qué lástima que ésta sea la única voz de la Iglesia que aparezca en los medios. Y qué bendición que él no sea la voz de la Iglesia. Mal que le pese. Ya es hora de cambiar de portavoz. Por el bien de todos.
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