Nueva teología política europea (curso)

Capítulo Tercero

Teología fundamental práctica


3. Una teología práctica

Si bien es verdad que ya los santos Padres se fijaron en el comportamiento humano en su reflexión teológica, y lo mismo cabe decir de los escolásticos, sin embargo, su atención se centró en la subjetividad de la persona, para conformarla a la ley de Dios. Por tanto, su reflexión, en este sentido, fue más bien de orden moral que dogmático.

De ahí que en la Contrarreforma, cuando la teología se divide en varias ramas (exégesis bíblica, dogmática, moral y apologética), el tema del comportamiento humano se encomendara a la moral. El interés de la teología por la acción práctica es reciente, pero apenas en unas décadas hemos visto aparecer un gran número de teologías referidas a muy diversas actividades humanas: teología del trabajo, del desarrollo, teología de la cultura, de la revolución, teología política y de la liberación, de la violencia... Todas ellas llamadas " teologías de la praxis".

El impulso a esta teología de la praxis le viene dado de un giro significativo que se da en los años treinta, en que comienza a abandonarse la teología de finales del siglo XIX y primeros del XX, que era fundamentalmente bíblica, patrística o litúrgica, y comienza a elaborarse lo que se llamaría una "teología de la acción". De ordinario el renacimiento teológico viene ligado a nuevos despertares evangélicos y a las exigencias de la vida apostólica o sencillamente a la renovación de la vida cristiana .

Metz también se ha referido a este despertar de la teología en los años treinta del siglo XX, en que la teología dogmática comienza a liberarse de la neoescolástica, reemprendiendo el diálogo con las filosofías modernas y las teorías históricas en un largo camino que llevaría a la tendencia que hoy se agrupa bajo el lema de "teología política". En la actualidad su principal mentor ha puesto todo el interés en la dimensión práctica de la teología. Es decir, busca una teología que promueva la praxis cristiana, asumiendo la problemática del mundo en su globalidad.

La misma inquietud siente Moltmann, quien ha aprendido en Dilthey que la hermenéutica teológica será abstracta y estéril, si no se convierte en una teoría que tenga su cumplimiento en la práctica . Alfredo Fierro considera asimismo la praxis como la matriz de la nueva teología política, ya que aparece como reflexión de la fe sobre la praxis política de nuestro tiempo, particularmente, sobre la praxis de los cristianos .

3,1. Razones de su aparición

El aprecio actual por la realización práctica, suele esgrimirse como primera razón. El desarrollo de la ciencia y la técnica en el siglo XVIII, cuya influencia se mantenía en un cierto letargo, irrumpe en el XX con mucha pujanza. El hombre se hace consciente del inmenso poder que tiene a su disposición y comienza a valorar más las realizaciones prácticas.

También los teólogos ven la necesidad de verificar a la luz del mensaje cristiano el sentido y el valor del comportamiento humano en la sociedad. La segunda razón es consecuencia de la primera. Se huye de la vía especulativa, es tiempo de hacer más que de filosofar. El hombre abandona la metafísica y se dedica a la actividad científica, después de comprobar que la ciencia ha logrado resolver problemas, que inútilmente esperó durante mucho tiempo que resolviera la metafísica.

En el campo de la filosofía Horkheimer abre la década de los años treinta del siglo pasado con su trabajo sobre la Filosofía de la Historia, en el que la filosofía no aparece como un asunto meramente teórico, sino teórico-práctico: el pensamiento ha de hacerse historia para cumplir su cometido. La filosofía social superándose a sí misma, ha de convertirse en "investigación social". Este era el nuevo nombre de la praxis capaz de alumbrar una nueva sociedad. Lo que el filósofo de la escuela de Francfurt materializó más adelante en su Teoría Crítica .

Todo esto ha llevado a los teólogos a prestar atención a la vida del mundo, a los aspectos científicos, a las relaciones sociales, económicas y políticas entre los hombres y a buscar la respuesta que el mensaje cristiano ofrece a los nuevos problemas. Evidentemente ni la filosofía escolástica ni el pensamiento existencial-personalista eran ya adecuados como mediación para la interpretación del mensaje cristiano en la situación actual.

Este hecho motivó a los teólogos a buscar procedimientos operativos inmediatos, que respondan a las circunstancias sociales y políticas del hombre de hoy. Todo lo cual ha sido posible gracias a la concienciación de que el mensaje cristiano no reviste un carácter privado e individualista, sino social y público; que no es especulativo ni abstracto, sino práctico y concreto. Como consecuencia de ello surge esta teología práctica, cuyo objeto fundamental es manifestar el carácter concreto, social y político de la revelación.

Asimismo el fenómeno de la secularización ha permitido prestar más atención a un componente fundamental del mensaje cristiano, que no se había valorado suficientemente: el interés por la justicia social, la paz, la guerra, el desarrollo de los pueblos, el trabajo, en fin, todo lo que atañe a la vida del hombre y del mundo. De ahí que la teología política se encuentre presente en las obra teológica de Harvey Cox, uno de los iniciadores de la secularización de la teología.

Un factor muy relevante en la aparición de la teología de la praxis ha sido el concilio Vaticano II, que en la Constitución pastoral sobre la Iglesia, Gaudium et spes, afronta los principales problemas sociales, culturales y políticos que aquejan a la humanidad hoy. A su luz la teología se ha orientado hacia la esfera social y política, ante la urgencia de dar solución a los problemas de algunos pueblos, como Hispanoamérica y los países en vias de desarrollo en su totalidad.

Todas estas causas, y otras que no podemos recoger, han impulsado en estos últimos años a teólogos católicos y protestantes de Europa y América Latina a elaborar varios tipos de teología de la praxis. De manera que hoy se puede decir que la teología que mejor desempeña el papel diaconal, que defendemos, es una teología que se define más por la ortopraxis que por la ortodoxia. Lo mismo católicos que protestantes abogan hoy por la ortopraxis teológica. Schillebeeckx justifica su preferencia por ella, basándose en que la interpretación correcta de la expresión reino de Dios incluye mejorar el mundo, en donde el reino tiene su primera manifiestación .

A su vez los teólogos protestantes de la Asamblea de Upsala de 1966 insisten en la acción como criterio para la interpretación de la palabra. Incluso se piensa que la incidencia de la acción sobre la significación va a suscitar un nuevo tipo completamente nuevo de teólogo . Es el tipo de teólogo enfrentado a la acción que anunció Bonhoeffer en su día, al que nos hemos referido en las primeras páginas.

El Vaticano II corrobora cuanto hemos dicho en la constitución Dei Verbum cuando dice: "La praxis, el actuar real de los cristianos ... es un dato básico para encontrar el sentido y la autenticidad de una palabra que se presenta como palabra de Dios" (DV, 2).

Otro argumento en favor de la teología práctica es que el cristianismo no es contemplación ni espera pasiva del reino, sino que implica la transformación del mundo. Es así como se realiza la esperanza escatológica del mundo nuevo que esperamos. De manera que, en la preferencia manifiesta de la teología política por la praxis, Metz no duda que la mera teoría conduce a un estadio precrítico, por eso, solucionar los problemas que existen en la realización fe y praxis social es algo esencial en su teología.

Esta misma necesidad de la praxis la descubre el teólogo protestante Miguez Bonino, quien no ve posible un camino directo de la revelación a la teología; la mediación de la praxis la considera inevitable el teólogo italiano afincado en América Latina. Una teología que quiera alimentarse y reproducirse a sí misma desvinculada de la praxis histórica no tiene sentido para él .

Dumont en el artículo citado la nota anterior avala esta tesis, porque la hermenéutica bíblica está my ligada al acontecimiento histórico y la misma fe cristiana se fundamenta sobre un hecho histórico.

Bibliografía:
B. Momdini, Teología de la praxis, BAC Madrid 1981.
J. Comblim, Hacia una teología de la Acción; MD. Chenu, La théologie au XIIe siècle.Paris 1957
JB. Metz, "La autoridad eclesiástica frente a la libertad" en Metz, Moltmann y Oellmuller, en
Ilustración y teoría teológica (Salamanca 1977)
A. Fierro, El evangelio beligerante, (Estella 1975).
M. Hoarkhaimer-T. Adorno, Dialéctica de la Ilustración
E. Schillebeeckx, La théologie en Schillebeeckx (Bruges 1969).
C. Dumont, "De trois dimensions de la théologie ", en Nouvelle Revue Théologique 92 (1969).
G.Gómez Arango, "La teología política según JB Metz", el Ecclesiástica Xaveriana (1973).
J. Miguez Bonino, "Praxis histórica e identidad cristiana", en R. Gibellini, La nueva frontera de la teología en América Latina (Salamanca 1977).
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