Cartas de Epifanía. Los Reyes Magos escriben a dos niños
Muchos niños empiezan a valorar más estas cartas que los mismos regalos, pues a través de ellas pueden escuchar una palabra que (sabiendo quizá de un modo genérico que viene de los mismos padres) proviene del misterio de la vida, hecha regalo, que son los Reyes Magos.
He tenido la fortuna de conocer dos de esas cartas y, con el permiso de sus padres (verdaderos Reyes Magos) he querido presentarlas en este blog, al lado del Manifiesto de Epifanía, que he publicado en otro postal. Los niños de estas cartas son hermanos. Uno de ellos (Ignacio) tiene ocho años, es inquieto, creativo, rebelde… El otro (Francisco) tiene once, es tranquilo, pensativo, obediente al orden de la casa.
Los dos se complementan. Son niños buenos, con una mezcla de ingenuidad y protesta, dentro de una familia muy cristiana. Su madre ha querido escribirles estas cartas, con los regalos de la navidad, que ellos recibirán mañana al despertarse. Evidentemente, Francisco sabe que los Reyes son los padres, pero quizá por eso mismo espera los regalos con mayor ilusión; necesita saber lo que los padres piensan de él. El pequeño (Ignacio) quizá no sabe todavía que los Reyes son los padres (o no quiere saberlo), para sentirse así más libre ante los regalos.
Los Reyes de Oriente. Melchor, Gaspar y Baltasar
Ciudad de Megabalta, 5 de Enero de 2013
Querido Ignacio:
Hemos advertido por nuestros registros digitales y angélicos que tienes ya ocho años cumplidos, y que eres un niño trabajador e inteligente, que tienes muchas dotes y eres muy cariñoso. Pero consta también por esos mismos registros que, siendo tan bueno, te vuelves a veces algo caprichoso, te enfadas con tu hermano mayor, gritas a tus padres y olvidas de los buenos modales.
No eres malo, sino todo lo contrario: Tienes un buen corazón, estamos contentos de ti, y así nos lo ha dicho la misma Virgen María. Tenemos la esperanza de que, haciéndote mayor, serás persona muy buena, pero debes corregir algunos defectos, para que así cumplas nuestra esperanza y llegues a ser lo que mereces, dando felicidad a tu hermano y a tus padres.
Estábamos preocupados, pues no llegaba la carta que nos escribes cada año. No sabíamos habías tenido poco tiempo, con tantos deberes de colegio, o es que te gusta poco eso de leer y de escribir, todo lo que sea trabajar. Nos ha parecido que era eso último, y por eso te rogamos que seas más diligente, pues si no te esfuerzas nunca alcanzarás los conocimientos que nosotros tenemos y que tú puedes lograr, si es que te lo propones. Y para el próximo año, no cambies tu pedido en el último momento, pues aunque somos magos, nos has vuelto algo locos, cambiando las cosas que teníamos para ti, porque son muchos los niños a los que debemos llevar regalos, e imagínate qué pasaría si todos hicieran lo que haces. Por este año vale, pero el próximo escribe la carta mucho antes.
Teniendo en cuenta eso, hemos querido dejar en tu casa un regalo personal que te sirva para disfrutar y para madurar en tu comportamiento, corrigiendo defectos y aprendiendo nuevas actitudes, y hemos pensado en un libro de conducta… Verás, es un libro hermoso para ver, por sus bellos dibujos; es un libro instructivo para leer y ejercitarte en la lectura… Además, tiene un contenido que te puede servir, si es que te esfuerzas.
Sabemos que cuando quieres, tienes un comportamiento bueno y delicado, de manera que te haces querer por todos, pero a veces te olvidas de ello. Por eso, para refrescar tu memoria y mejorar tu voluntad, te regalamos este libro, y esperamos que lo leas con tus padres, y lo disfrutes y te sirva. Sé que ellos están dispuestos a ayudarte en todo, pero tienes que colaborar y cambiar, pues de lo contrario puedes terminar siendo un egoísta sin remedio, condenado a sufrir y hacer sufrir a los demás por tu egoísmo.
Te traemos además otros regalos comunes, que debes compartir con tu hermano Francisco: Un Juego de Estrellas y Constelaciones, para que puedas estudiar y conocer el universo, así como el cielo, con todas sus estrellas; y también un Astrolabio, para que aprendas a calcular el giro de los astros. Van también los guantes de Iker Casillas, para que sepas encajar los golpes, y no protestar…. Tu hermano, te enseñará no sólo a poner en línea el Astrolabio antiguo, sino a compartir el Juego moderno de Estrellas y Constelaciones.
Son regalos comunes para los dos, pues lo que importa es que quieras mucho a tu hermano, que colabores con él, y que nunca te enfades, ni pretendas salirte siempre con la tuya, pues también nosotros, Melchor, Gaspar y Baltasar, cabalgando con nuestros camellos veloces, los cambiamos e intercambiamos con alegría. Así lo has de hacer tú también, intercambiando los juegos con tu hermano. Tienes que mirarle como amigo, no querer vencerle siempre en todo. Aprende a dejarte ganar, a perder… De lo contrario serás infeliz y harás sufrir a los demás.
Tenemos otro secreto para ti. Hemos descubierto que te gusta la magia, y que quieres ser experto en ella. Sabes que nosotros lo somos, y por eso nos llaman Reyes Magos. Si te parece y estás preparado, quizá el año que viene podamos enseñarte algunos secretos. Pero queremos decirte que la mejor de todas las magias es la del buen corazón, y tú lo tienes; cuentas con una buena base, así que podremos enseñarte mucho y tú aprenderás, si estás dispuesto. Nos gustaría que un día fueras mago y así pudieras acompañarnos como nuestro paje, y nos ayudaras a repartir regalos e ilusionar a los niños más pequeños ¿Te parece? Pero la magia verdadera es la bondad de corazón, es el respeto a los demás niños, es la ternura por todos tus amigos y amigas.
Sabes que en cielo hay muchas estrellas. Una es la tuya, y además de estar en el cielo, la llevas tú dentro de tu corazón, con Jesús que te quiere mucho, igual que tus padres y tu hermano, que nos lo dicen nuestros libros más secretos. Por eso, porque eres un niño con estrella, como Jesús, hemos venido a traerte regalos y a decirte que estamos contentos contigo… Pero contentos sólo en parte, pues tienes que cambiar, y querer de verdad a tu hermano, y aprender a ganar y a perder.
No olvides este día que hay muchos niños que no tienen regalos. No se los podemos llevar, porque están en sitios remotos, porque tienen problemas en casa… Piensa en esos miles y miles de niños sin regalos. Aprende a compartir con los demás lo que tienes, y así tú mismo serás un pequeño rey mago en el colegio, en el barrio, en tu casa…
Aprovechamos la oportunidad para desearte un buen año, con salud, buenas notas en el colegio, y con mucha felicidad en tu casa. Esperamos que en el próximo reencuentro tu carta nos haya llegado antes, y así podamos responder mejor a tus deseos.
Si hay algo que no entiendes en estos regalos, puedes preguntárselo a a tus padres. Y no olvides, en fin, que la mejor estrella es la que brilla en tu corazón, aunque a veces parezca algo escondida. También los corazones de aquellos que te quieren son estrellas que brillan en la oscuridad. Lo sabrás ver cuando seas mago, como nosotros.
Con un abrazo muy grande te despiden tus amigos
Melchor, Gaspar y Baltasar
Sus Majestades los Reyes de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar
Ciudad de Megabalta
5 de Enero de 2013, Víspera de Nuestra Fiesta
Querido Francisco:
Pasaremos esta noche de fiesta por vuestra casa de campo, y pararemos un momento en ante su puerta. Lo hacemos así porque allí las estrellas de la madrugada pueden brillar mejor que en Madrid, y hemos querido mirarlas una vez más, antes de ponerte los regalos. Tienes once años, eres mayor, ya sabes muchas cosas. Queremos escribirte así como Reyes y como Padres tuyos que somos, mezclando ambas cosas. Por ahora no dejes leer esta carta a tu hermano. Es para ti. Él todavía parece que no sabe que los verdaderos Reyes somos, como tiene que ser, los mismos padres.
Nos ha parecido muy apropiada la carta que nos mandaste, y nos alegramos de que te guste nuestro oficio de astrónomos y magos, pues como sabrás somos observadores del cielo. Pasamos gran parte de nuestra vida mirando a las estrellas, y cuando vemos que nace alguna que es más bella (o más pequeña o más pobre) vamos allí, porque se ha producido un nacimiento importante, para llevarle nuestros dones.
Así fuimos una vez, hace más de dos mil años al portal de Belén, guiados por la estrella del Niño Jesús, que estaba con María y José, y le llevamos oro, incienso y mirra, como habrás leído en los evangelios. Sabemos que te gustan los telescopios con los que se ve mejor el cielo, con sus millones de estrellas. Una estrella fue la de Jesús en Belén, otra es la tuya, que nosotros veremos desde nuestro cielo. Un día podrás verla tú también. Por eso queremos regalarte este libro para que estudies mejor el universo, de manera que un día, siendo algo mayor, podrás ser nuestro ayudante, paje de primera, para descubrir estrellas y ayudarnos a repartir regalos a los niños.
Hemos traído, además, para que los compartas con tu hermano Ignacio, unos utensilios especiales que nosotros empleábamos hace tiempo, cuando no había telescopios como los de ahora, para calcular los rumbos astrales: Un Astrolabio, para medir la variación de los giros de los astros en las diferentes estaciones, de manea que sepas situarte en el espacio, como hacían los navegantes antiguos, cuando surcaban los mares lejanos, buscando las Américas; verás que os hemos traído también un Juego de Estrellas y de Constelaciones, para que podáis comprender mejor el Universo, y por supuesto los guantes de Iker Casillas...
Queremos, además, cursarte una petición. Le hemos regalado a Ignacio un libro de buenos modales. Nos gustaría que tú también lo leyeras y lo aprovecharas, pues, aunque sabemos que te portas bien, puedes hacerlo aún mejor. Eres su hermano mayor, y además de quererle, como haces, has de darle siempre buen ejemplo, como procuras hacer, aunque quizá puedas mejorar, de manera que os eduquéis uno al otro.
Sabemos que tus modales son, en general, bastante buenos, pues sabes comportarte. Pero también tú debes progresar, como tu hermano, no sólo en los estudios, sino en todos los aspectos de la vida, pues nosotros queremos mucho a todos los niños, pero nos complacen de un modo especial aquellos que son como Jesús, cuyas fiestas de Navidad has celebrado con tus padres, tus abuelos y tus demás familiares.
Eres ya casi grande, y nos alegramos de ello. Pero deseamos que no pierdas nunca tu alegría, tu deseo de aprender, tu ilusión en la vida. No olvides que somos amigos de los niños; por eso te decimos que, haciéndote mayor, permitas que tu corazón siga corazón de niño al que Dios quiere mucho. Esa es nuestra verdadera Estrella, la que un día nos llevó a Belén: la Estrella del buen corazón, del amor a los demás, del amor a la vida.
Pero ahora que sabes ya que tus padres son los Reyes Mayos (y que esta carta es de ellos) queremos decirte que te queremos muchos. Te hemos dado y te damos lo mejor que tenemos, pero quizá no te hemos enseñado a compartir tus regalos y tu vida con los niños más pobres. Esa será tu tarea: Ser Rey Mago y amigo de todos, ir creciendo en amor, para que en el mundo haya más cariño y más justicia.
No sabemos a veces cómo hacerlo, la vida nos ha cogido un podo desprevenidos, y aunque te hemos dado lo mejor que tenemos no estamos seguros de haberlo hecho todo bien. Tú eres nuestro regalo, con tu hermano, y nosotros queremos ser el mayor regalo para ti… Hasta ahora has sido todo nuestro, pero de ahora en adelante irás aprendiendo a vivir por ti mismo. Nosotros sufriremos algunas veces, pero te animaremos siempre para que así vayas descubriendo tu camino.
Sólo queremos que sea un camino de bien, para bien tuyo, para bien de tu hermano Ignacio, para bien de los otros niños del colegio… Tú has sido y eres con tu hermano nuestro verdadero Rey Mago. ¡Nos has enseñado tantas cosas! Gracias, hijo, por haber sido así. Por eso te damos nuestro corazón… No olvides que la mejor estrella es la que llevas en tu corazón, y en los corazones de tu hermano, de tus padres, de tus abuelos y de todos los que te quieren. Con un abrazo
Tus padres (Melchor, Gaspar y Baltasar)