Domingo 2 1 10. Nada de medias tintas: ¡Expulsad a las mujeres extranjeras!

Domingo 3 Tiempo Ordinario. Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10. El pasado domingo (17 1. 10) los católicos hemos “celebrado” el día del emigrante y yo colgué en mi blog una reflexión “pertinente”, con foto de hispano emigrante de maletas de los años cincuenta o sesenta. El evangelio de hoy (Lucas 1, 1-4; 4, 14-21) ofrece un prodigio de apertura, como he comentado en este blog hace tres años (20. 01. 2007). Ahora quiero detenerme en la primera lectura, tomada del libro de Nehemías, que no suele leerse mucho ni estudiarse, pero que es de luminosa claridad (o, mejor dicho, oscuridad), aunque la liturgia oficial la manipule.
El tema es lo más actual, en España y en el mundo. Los emigrantes son un problema, como sabe el ayuntamiento de Vic, el Gobierno de España, algunos portavoces del PP y otros muchos ciudadanos. Por eso, hay que encontrar una solución, Veámosla con un poco de ironía:
a) Una primera solución es la del Ayuntamiento de Vic: no empadronarles, no darles servicios sociales (y, si se puede sin demasiado escándalo, expulsarles), que eso es lo legal (a pesar de lo digan, porque tienen que decirlo, algunos del Gobierno), como añaden muchos del PP.
b) Pero esa solución de Vic no basta, como sabe el libro de Nehemías… Ciertamente, hay que dejar que los hombres queden por un tiempo, pues necesitamos que trabajen, pues nosotros no estamos ya para labores sucias. Pero que vengan sólo ellos, hombres. Que no traigan mujeres y que nadie de aquí se case aquí con mujeres extranjeras, pues ellas traen luego hijos negros o morenos o achaparrados… y destruyen nuestro identidad nacional. Que vengan sólo hombres y “curren” por un tiempo, pero que vayan a Mali o Bolivia a casarse, que vayan por un mes cada año, si hace falta (con avión pagado), pero que no traigan aquí a sus mujeres y a sus niños. Que los hombres extranjeros sean nuestros criados, por un tiempo, y nosotros los señores de la casa.

c) Ésta solución de Nehemías forma una de las leyes básicas de la Biblia Judía, como quiera verlo quien lea todo el libro (libros) de Esdras-Nehemías. ¿Por qué no la aplicamos aquí, al pie de la letra? Podría pensar que los obispos no protestarían demasiado, con la excepción sabida de Mons. Sánchez, que está para eso, y además fue emigrante de maleta en los buenos tiempos de Alemania.
d) ¡Ojo para mareantes hispanos! Por favor, no acusemos a la Biblia judía, que esa ley de expulsión de extranjeras se aplicó (y nunca del todo) hace casi 2.500 años (hacia el 440 a.C.). Nosotros la hemos cumplido anteayer, como buenos católicos, expulsando a judíos y moriscos (hombres y mujeres) entre el 1492 y el 1615… Y por eso es tamos aquí, buena gente….
e) Pero quiero dejar este tono de ironía fácil y pasar a los textos: el texto de la liturgia del domingo (bien castrado) y lo que falta (el texto bíblico en sí), para iluminar el tema.
La Biblia litúrgica del domingo, un texto castrado:
Leían el libro de la Ley, explicando el sentido
En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley.
Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "Amén, amén."
Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: "Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis."
Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: "Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza." (Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10)
Ése es el tema: se dice que “leían el texto de la ley”, pero no se dice qué texto de esa ley (debían ser los pasasjes de Éxodo y Deuteronomio donde se manda matar-expulsar a las mujeres extranjeras). Se dice que leían piadosamente y que estaban dispuestos a cumplir la ley sagrada, pero no se dice qué ley (eso viene después y no se cita)… Se añade que comían tajadas buenas y bebían vino dulce…, pero no se añade que lo hacían al comprometerse a expulsar a las mujeres extranjeras.
Ciertamente, tal como lo “recorta” la liturgia oficial, éste es un texto piadoso y bueno, y creo que es conveniente leerlo, para que seamos más piadosos. Pero después hace falta volver a la Biblia entera y ver lo que a ese texto se le ha cortado, convirtiéndolo en “Biblia Castrada”.
El problema real de los libros de Esdras y Nehemías
a. De las “memorias” de Nehemías
el problema de las mujeres extranjeras. Nehemías viene como delegado del Emperador a solucionar los problemas de Judá y Jerusalén entre el 458 y el 428 a. C. y encuentra el problema de las mujeres extranjeras, que amenazan con destruir la identidad de Israel:
Asimismo, en aquellos días vi a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, de Amón y de Moab. La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod; no sabían hablar el hebreo, sino el de aquellos otros pueblos. Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos, les arranqué los pelos y les hice jurar por Dios, diciendo: ¡No daréis vuestras hijas a sus hijos, ni desposaréis sus hijas con vuestros hijos ni con vosotros! ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?... ¡Que no volvamos a enterarnos de que cometéis la infamia de casaros con mujeres extranjeras? Uno de los hijos de Yoyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el horonita; por lo que lo alejé de mi lado. ¡Acuérdate de ellos, oh Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas! (cf. Neh 13, 23-30)
b. El llanto de Esdras
Según el texto actual de la Biblia, Esdras viene también de Babilonia, como sacerdotes y escriba, con poderes del gran rey, para arreglar el tema de la identidad nacional y encuentra el problema: los judíos se están casando con extranjeras y están perdiendo su identidad. Ésta es la causa del llanto:
Mientras Esdras oraba y hacía confesión llorando y postrándose ante la casa de Dios, se juntó a él una multitud muy grande de Israel: hombres, mujeres y niños; y el pueblo lloraba amargamente.
Entonces intervino Secanías hijo de Yejiel, de los descendientes de Elam, y dijo a Esdras: «Nosotros hemos actuado con infidelidad contra nuestro Dios, pues hemos tomado mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra. Pero a pesar de esto, aún hay esperanza. Despediremos a todas las mujeres y a los hijos nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios…». Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis actuado con infidelidad, porque tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así a la culpa de Israel. Ahora pues, haced confesión a Yahvé, Dios de vuestros padres. «Cumplid su voluntad, y apartaos de los pueblos de la tierra y de las mujeres extranjeras».
Entonces toda la congregación respondió y dijo en voz alta: «Sí, haremos conforme a tu palabra…». Ellos se comprometieron a despedir a sus mujeres... De los hijos de Imer: Hanani y Zabadías; de los hijos de Harim… (sigue una larga lista de jefe de familia que expulsaron a sus mujeres extranjeras, apareciendo así como fundadores del nuevo judaísmo…). Todos estos habían tomado mujeres extranjeras y algunas les habían dado hijos (Es 10, 1-3. 10-12. 19-44).
Ley de expulsión…. El Pacto de Nehemías
Desde ese fondo se entiende la gran “ley de la expulsión de las mujeres extranjeras”, que forma de alguna manera el acta de nacimiento del judaísmo nacional, cerrado en sí. Volvamos al problema:
Nehemías era un alto funcionario persa (de origen judío), que vino a Jerusalén para “arreglar” los temas de la “colonia”. Sus relaciones con Esdras (que aparece como figura principal en el texto litúrgico antes citado hay que precisarlas mejor. Pero aquí voy a suponer que ambos (Esdras y Nehemías) decían y querían lo mismo. En ese fondo se entiende el “contenido de la Ley” (de la Biblia) que los judíos de Jerusalén, avalados por el “Emperador” persa se comprometen a cumplir. Pues bien, el primer mandamiento de esa pacto (de esa ley de Nehemías) consiste en expulsar a las mujeres extranjeras, aunque se hayan casado con judíos, para proteger así la identidad nacional. Al lado de esa primera ley hay otras tres, relacionadas con la identidad judía.
(a. Liturgia de la ley) Entonces se reunió todo el pueblo (ha´am) como un solo hombre en la plaza que hay delante de la Puerta del Agua y dijeron a Esdras, el escriba, que trajese el libro de la Ley de Moisés que Yahvé había prescrito a Israel. Y Esdras, el sacerdote, trajo la Ley ante la asamblea (qahal) de varones, de mujeres de y todos cuantos eran capaces de entender… Y estuvo leyendo (del libro de la Ley)… y los levitas explicaban la Ley al pueblo, mientras el pueblo se mantenía en pié (Neh 9, 1-8).
(b. Pacto básico). Y así nosotros concertamos un pacto (´amana) y lo pusimos por escrito y lo sellamos: jefes, levitas y sacerdotes. Lo firmaron Nehemías, hijo de Jecalías, y Sedecías… Y el resto del pueblo… con sus mujeres, con sus hijos e hijas, todos los capaces de comprender… hicieron promesa y juramento.
(c. Leyes del Pacto de Nehemías). Nos comprometimos a caminar en la Ley de Dios que dio a Moisés (y asumimos estos compromisos).
(1) No dar nuestras hijas a extranjeros, ni a sus tomar a sus hijas para nuestros hijos. (Expulsar a todas las mujeres extranjeras que se hayan casado con israelitas).
(2) No comprar en sábado mercancías y especialmente cereales a los extranjeros…
(3) Renunciar (a la cosecha) el año séptimo y a cualquier tipo de deudas.
(4) Entregar cada año un tercio de siclo para el culto del templo… y traer cada año para el Templo de Yahvé las primicias de nuestros campos (Neh 10, 1-2.29-35)
Conclusión y aplicaciones.
Estas leyes del pacto básico de los libros de Esdras-Nehemías (o, quizá mejor, de Nehemías) se centran en una: Expulsar a las mujeres extranjeras, para que no se contamine la “raza” santa de los judíos. Desde aquí, tres observaciones finales:
1. Esa fue una “ley antigua” de una parte del judaísmo, una ley de hace 2.500, pensada y aplicada para salvaguardar la identidad del pueblo judío. Muchos piensan, de un modo o de otro, que debería aplicarse hoy… ¡Que vengan extranjeros, sí, pero que no se queden! ¡Que vengan a trabajar, pero no a casar, que no queden aquí sus niños! ¿Cómo podríamos aplicar hoy, en España, en la Iglesia Católica, esa antigua ley judía?
2. La liturgia, al citar la parte “piadosa” del texto y esconder la parte “legal-social” (expulsar a las mujeres) está haciendo un flaco servicio a la comprensión de la Biblia y del Cristianismo. Habría que leer todo… y explicarlo luego, desde la situación antigua, superando sus limitaciones. Sólo leyendo todo podemos entenderlo mejor… y ver las implicaciones de estos pasajes bíblico.
3. El problema de fondo era y sigue siendo muy serio. Estoy convencido de que hoy la solución judía o cristiana no es expulsar a las mujeres; pero eso nos exige cambiar radicalmente de actitud social y religiosa.
4. Si alguien quiere estudiar en su conjunto los textos y el tema de la expulsión de las mujeres en los libros de Esdras y Nehemías, puedo ofrecer mañana una visión de conjunto.