Espíritu Santo: Una mujer, joven efebo

‒ El modelo catedral, en el que todo se organiza desde arriba, de un modo jerárquico y perfecto, para formar un esquema perfecto de belleza, un edificio carrado.
‒ Y el modelo bazar, donde se van entrelazando y completando los impulsos de muchos participantes, empezados en trazar el gran puzle del conocimiento informático, un camino abierto.
Pero el Espíritu Santo ofrece también otros signos más tradicionales:
-- Es brisa y fuego, es paloma
-- Es huracán y tempestad,
-- Es amor mutuo, es mujer…
En esa última línea (de mujer y/o Espíritu Santo) se han movido muchos teólogos modernos, desde H. U. von Balthasar hasta Leonado Boff, como alguna vez he recordado en ese blog. Pero hoy no quiero repetir sus argumentos, sino recoger la aportación de una de las Encíclicas más sabias y famosas de los últimos siglos, que expuso el tema con rigor y con argumentos, que no todos aceptarán (criticando la visión del Espíritu Santo en figura de mujer, como verá quien siga leyendo).

-- Imagen de la Hermana Crescencia, de la Tercera Orden de San Francisco. Fue objeto de gran devoción, se introdujo su causa, pero el Papa Lambertini detuvo el proceso, pues no le parecía clara su forma de ver el Espíritu Santo como "efebo", joven mujer celeste, asexuada y bella, al estilo de la Ilustración...
-- Vida antigua de la M. Crescencia... Promovieron con toda fuerza su culto, pero el P. Lambertini se opuso, no le le pareció conveniente promover su visión del Espíritu Santo como Efebo. Pues bien, el nuevo Pappa Juan Pablo II la canonizó el año 2002, cantando sus virtudes y su devoción al Espíritu Santo (cf. http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20011125_hoss_sp.html).
Crescencia de Kaubeuren, el Espíritu Santo como mujer-efebo
Había defendido el culto a María como Espíritu Santo una monja alemana, llamada Crescencia de Keubeuren, apelando visiones en las que contemplaba al Espíritu Santo como hermosa mujer... (en imágenes que se parecen a la que aparece al principio de este texto). Ella suponía así que el Espíritu Santo es mujer (aunque de hecho las imágenes le presentan como efebo asexuado, un joven casi neutro, hecho de ternura y pureza, maternidad, virginidad...).
Crescencia quiso adorar al Espíritu Santo como mujer-joven, como signo femenino, frente al dominio de los varones (aunque el papa no hable de una mujer, sino de un joven "asexuado").
Pero llegó el momento que, tras su muerte, quisieron beatificarla (como indica la imagen 2), y el obispo de Augsburgo escribió al Papa... y el Papa Lambertini estudió el caso y pensó que no era prudente adorar al Espíritu Santo en forma de mujer.
Lambertini no negó las virtudes de la monja que veía al Espíritu Santo como Efebo celeste, pero esa devoción no le pareció ejemplar para el conjunto de la Iglesia, no quiso que siguiera su proceso.
El tema sigue siendo importante:
-- ¿El Espíritu Santo es más varón que mujer, o no es varón ni mujer? ¿Será mejor dejar el signo del Espíritu más indeterminado, en la línea de la Catedral o del Bazar, del fuego o del viento?
-- Las imágenes de María-mujer: ¿Son imágenes de María como tal, o iconos del Espíritu Santo? Gran parte de las imágenes de la Inmaculada pueden tomarse como imágenes del Espíritu Santo... Tras la encarnación de Dios en Cristo crucificado, Dios aparece como mujer celeste, plenitud de la creación
-- ¿Ha identificado de hecho la Iglesia a la "mujer ideal" (María) con el espíritu Santo? ¿Con qué tipo de mujer? Certeramente, el Papa Lambertini "siente" que la Mujer-Espíritu Santo de la monja Crescencia, la vidente, era un efebo-efeba, más que una mujer real. No le pareció conveniente promover su canonización (¡el fue el papa que marcó el iter y sentido de las canonizaciones en la Iglesia!)
-- ¿Qué tiene que ver la visión del Espíritu Santo-Mujer con la situación actual de la iglesia? ¿Cuál es la mujer ideal en la Iglesia de la actualidad? Es evidente que el tema de fondo de la monja Crescencia y del Papa Lambertini no se ha resuelto todavía.
Benedicto XIV, una Carta sobre el Arte (La mujer y el Espíritu Santo)
Se llamaba Prospero Lambertini, y fue uno de los papas más cultos y prudentes de todos los tiempos. Gobernó la Iglesia del 1740 al 1758 y se ocupó de temas canónicos y doctrinales, con gran sabiduría, aunque también con fuertes y dolorosos errores, como fue el de la condena de los ritos chinos y malabares.
Era un papa abierto y dialogante en otros campos, pero venía del Derecho Canónico y no podía admitir unos “ritos” que no fueran los romanos. Así condenó los ritos chinos en su Bula “Ex quo singulari” (11 de Julio de 1742), y también los malabares (Omnium sollicitudinem; 12 de Septiembre de 1744). En ambos casos, sus soluciones fueron a la larga negativas para las iglesias.
Fue un papa culto, y más de una vez he pensado que el más teólogos de todos, el que más ciencia de Dios tenía entre los papas, desde León Magno (siglo V) hasta Benedicto XVI (siglo XXI).
Entre las cuestiones de las que trató está el tema de la imagen femenina del Espíritu Santo, que algunos empezaban a representar como mujer. Desarrolló el tema en un Breve titulado Sollicitudini Nostrae (1745), dirigido al obispo de Augsburgo, que le había planteado unas preguntas sobre la conveniencia de aprobar el culto de cierta imagen en la que, por impulso de una religiosa llamada Crescencia (a la que algunos querían beatificar), el Espíritu Santo aparecía representado bajo la figura de un hermoso joven de carácter axesuado (quizá más femenino que masculino).
El Papa aprovechó la ocasión para desarrollar con gran rigor la doctrina de las imágenes de la Trinidad, siguiendo la tradición de la Iglesia y teniendo en cuenta el parecer de los mejores teólogos y estudiosos de la pintura de su tiempo y de los dos siglos anteriores. Entre los autores a los que cita y sigue están los grandes teólogos y pensadores hispanos, como F. Suárez e Interián de Ayala.
En esta semana de Pentecostés me ha parecido conveniente evocar esta carta, con su reflexión sobre las imágenes del Espíritu Santo. Sirva este post de motivo de reflexión para aquellos a quienes les sigue intrigando el tema de la figura y acción del Espíritu Santo, que es Bazar y es Catedral, que es Paloma y Viento, que es Fuego y Palabra… que es mujer, aunque el Papa Lambertini no lo viera claro.
Pequeña bibliografía sobre el tema (con el Card. Bertone como especialista)
Cf. F. BOESPFLUG, Dieu dans l'art. Sollicitudini Nostrae de Benoit XIV (1745) et l'affaire Crescence de Kaufbeuren, Cerf, Paris 1984, 21-61.
Sobre Benedicto XIV, cf. Benedetto XIV (Prospero Lambertini), en
M. Cecchelli, Arri del Convengo internazionale di studi sotorici (Conte, 6-9 dicembre 1979),I-II Ferrara 1981.
T. BERTONE, Il goberno della Chiesa nel pensiero di Benedetto XIV (1740-1758), Biblioteca di Scienze Religiose, 21, Roma 1974.
A. CASIERI, La perfezione cristiana in Benedetto XIV, Città del Vaticano 1979.
Para situar el tema en el contexto teológico de los siglos XVII y XVIII cf.
E. TOURÓN DEL PIE, La iconografía mercedaria en Interián de Ayala, O. de M. (1657-1730) Estudios 151 (1985) 357-380 y La Trinidad en el Arte, SET, Salamanca 2004.
Para el tema de las imágenes trinitarias en el arte: GERMÁN DE PAMPLONA, Iconografía de la Santísima Trinidad en el arte medieval español, CSIC, Madrid 1970
EXTRACTO DE LA CARTA de BENEDICTO XIV
(Motivo de la carta. La representación del Espíritu Santo).
8. Me habéis escrito sobre la publicación y vasta difusión de ciertas imágenes en las que el Espíritu Santo aparece bajo la forma de un hermoso joven, con la leyenda Veni Sancti Spiritus (Ven Espíritu Santo). Dado que esas imágenes se han multiplicado y extendido de algún modo por muchos sitios, se plantean dos cuestiones que deben resolverse. (a) Si la hermana Crescencia ha creado, aprobado y vulgarizado estas imágenes. (b) Si, dejando a un lado su autor, el uso, producción y veneración de este tipo de iconos puede ser admitido al interior y al exterior de las iglesias. Ahora no tratamos de la primera cuestión... 10. Sobre la segunda cuestión, queremos alabar y aprobar ante todo el celo apostólico con el que habéis procurado que las imágenes de ese tipo sean retiradas y alejadas de los lugares públicos: monasterios, coros e iglesias.
(Imágenes de Dios).
(11). Pues a nadie se le oculta que sería un error impío y sacrílego, indigno de la naturaleza divina, que alguien pensara que puede representar por medio de colores al Dios Óptimo Máximo tal como es en sí mismo. Pues para ello habría que pintar y representar su imagen como si fuera una sustancia material, provista de figura corporal y de miembros. Si alguien le atribuyera a la naturaleza divina estas cualidades caería sin más en el error de los antropomorfitas. (12) Sin embargo, a Dios se le puede representar tal como leemos en la Sagrada Escritura, donde se dice que se apareció a los hombres... (15) Porque, si las mismas Escrituras Sagradas dicen que Dios se dejó ver por los hombres de esta o de aquella forma ¿por qué no podrán representarle de ese modo los pintores?
(Imágenes del Espíritu Santo: paloma, llamas de fuego...).
(16) Una vez que han quedado claros los principios anteriores, será fácil precisar la forma en que los pintores pueden presentar la imagen del Espíritu Santo, de manera que se distingan las imágenes que pueden aprobarse y aquellas que no... En los Santos Evangelios se cuenta que, con ocasión del Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo descendió sobre él en apariencia corporal, como una paloma... (18) Por lo que toca a la cuestión que nos ocupa, dado que el Espíritu Santo se apareció visiblemente en forma de paloma, será así como debe ser representado... (21)
En las páginas sagradas del Nuevo Testamento se lee además que, tras la Ascensión de Jesús al cielo, mientras los apóstoles y discípulos estaban reunidos con María, la Madre de Jesús, "se les aparecieron como lenguas de fuego y se posaron sobre cada uno de ellos y todos fueron llenos del Espíritu Santo [Hech 2]... Por eso está permitido pintar pequeñas llamas de fuego, en forma de lenguas, descendiendo sobre sus cabezas..., pues el Espíritu Santo manifestó por este signo visible su venida... Las formas de la paloma y las lenguas de fuego... simbolizan las propiedades del Espíritu Santo.
(El Espíritu Santo no aparece en la Escritura en forma humana).
(22) Pero, se dirá, si se admite la representación del Espíritu Santo en forma de Paloma, esto constituye sin duda un argumento a favor de la representación del Espíritu santo como un joven hermoso. Pero a eso contestamos como sigue...: Si, conforme a la Escritura, se puede representar el Espíritu Santo como paloma o como lenguas de fuego..., no es lícito presentarle en forma de adolescente o de varón, pues la Escritura no dice en ningún lugar que se haya aparecido a los hombres de esa forma.
(Sobre las formas de representar la Trinidad) (24)
Pero... los partidarios de la representación humana del Espíritu Santo creen que pueden apoyarse en las imágenes donde la Santa Trinidad aparece en figura de tres hombres, que son idénticos por su aspecto y por su edad. Esto nos da ocasión para una segunda investigación, que consiste en examinar si es lícito pintar la Santísima Trinidad empleando para ellos colores y distinguir entre las imágenes de la Trinidad aquellas que han de condenarse, aquellas que no han sido desaprobadas del todo y aquellas que han sido aprobadas y permitidas. (25). Conforme a la opinión común de los teólogos, la Santísima Trinidad se puede pintar con colores...
(26) Pero los teólogos siguen diciendo que los pintores no pueden atreverse a representar la Santísima Trinidad a su capricho, de cualquier forma que sea... (27) Entre las imágenes prohibidas... ha de hallarse in duda aquella en la que aparece la Virgen Deípara llevando en su seno a la misma Trinidad, como si toda la Trinidad hubiera tomado carne humana en el seno de la Virgen... (28) En cuanto a la figura en que aparece un cuerpo humano con tres cabezas (aunque algunos la defiendan...), ella debe ser condenada, porque viene a presentarse como algo monstruoso...
[El Papa estudia después la figura en que la Santísima Trinidad aparece representada por tres hombres. Para ello empieza presentando las diversas opiniones, favorables y desfavorables sobre el tema, reflexionando sobre todo, con la tradición patrística y teológica, sobre el texto de Gen 18: los tres hombres o ángeles que se aparecen a Abrahán. Significativamente, deja el tema abierto, aunque partiendo de Gen 18 tiende a pensar que esa representación es legítima: núms.].
(Imágenes aprobadas).
(32). Las imágenes de la Santísima Trinidad que han sido comúnmente aprobadas y que se permiten emplear sin peligro son las siguientes. (a) O bien aquellas que muestran la persona del Dios Padre en figura de anciano (cf. Dan 7, 9)..., teniendo en su seno a su Hijo único, Cristo, que es Dios y hombre, y entre los dos al Espíritu Santo en forma de paloma. (b) O bien aquellas que presentan a dos personas, con un pequeño espacio de separación: la una como un hombre de más edad, evidentemente el Padre; la otra el Cristo; y en medio el Espíritu Santo en forma paloma, como en el caso anterior... (c). En relación con la primera manera de representar a la Trinidad está aquella en que Cristo aparece como muerto, en el seno del Padre... [a pesar de las objeciones de algunos].
(El Espíritu Santo en figura humana).
(33) El mejor argumento a favor de la imagen del Espíritu Santo en forma de joven es el que ofrece el uso de aquellos cuadros donde la Santísima Trinidad aparece en forma de tres personas que son idénticas en cuanto a la estatura, la fisonomía y los rasgos... [El Papa vuelve a presentar los argumentos a favor y en contra de esa representación, partiendo de Gen 18]... (34). Pues bien, aun en el caso de que la costumbre de pintar la Santísima Trinidad en forma de tres personas iguales sea legítima y haya sido aprobada por la iglesia, aún en el caso de que la aparición de los tres ángeles a Abrahán en Gen 18 aluda a la adorable Trinidad, de aquí sólo se puede inferir que es legítima y tolerable esta forma de representar a la Trinidad empleando para ello la imagen de tres hombres del mismo aspecto, con el mismo rostro.
Pero de aquí no se puede deducir que sea lícito representar al Espíritu Santo en forma de un hombre o de un joven al que se le pinta separado de las otras dos personas. Porque la aparición a Abrahán no fue la de un solo ángel, sino la de tres y en ningún otro lugar de la Sagrada Escritura se nos dice que el Espíritu Santo se haya aparecido en forma de hombre o de joven, independientemente de los otros dos que representan las otras dos personas de la Santísima Tríada... (35) Por tanto, la imagen del Espíritu Santo de la que estamos tratando aquí no se puede aceptar en modo alguno...
(Conclusión).
(36) Por tanto, la imagen de la Santísima Trinidad, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, puede pintarse representando al Padre al lado del Hijo o al Hijo en el seno del Padre y entre ellos, siempre, el Espíritu Santo en forma de paloma, como lo hemos dicho antes. También se puede pintar al Padre independientemente de las otras personas, pues Adán escuchó la voz del Señor Dios paseándose en el paraíso (Gen 3), porque Él se apareció a Jacob, en la parte superior de la escala mística (Gen 28, 13)... De un modo semejante, puede pintar al Hijo eterno independiente del Padre y del Espíritu Santo, porque se ha hecho hombre, porque ha vivido entre los hombres...
Al Espíritu Santo, en fin, se le pinta también separado de las otras dos personas, sea descendiendo del cielo en forma de lenguas de fuego en Pentecostés, sea bajo el aspecto de una paloma. Pues estas son las figuras de sus apariciones, conforme al recuerdo de la Escritura. En ningún lugar puede encontrarse que la Tercera Persona que haya aparecido jamás bajo la semejanza de un hombre o de un joven, fuera de la compañía de las otras dos personas.