Jesús no existió, fue Julio César, según F. Carotta (Xabi)

Entre los habituales de este blog está Xabi/XABIER Deop (tocayo mío y profesor universitario) que ha venido comentando hace días la hipótesis de F. Carotta, según el cual Jesús no existió sino que fue una recreación judía de la historia mitificada de Julio César. Esa hipótesis ha venido difundiéndose en algunos círculos clericales y no clericales en España. Le he pedido a Xabi/Xabier que nos escriba unas páginas sobre el tema y lo ha hecho con toda amabilidad. Aquí van. Veréis que es un hombre que sabe lo que dice, aunque no es profesor de teología ni de historia, sino de otras materias. tar en la base de una interpretación política e imperial del cristianismo. Gracias, Xabier. Aquí tenéis su texto (la foto es de Carotta).

Entre los autores que defienden que Jesús no existió, uno de ellos, Francesco Carotta, en su libro Jesus was Cesar defiende que, en realidad, la biografía de Jesús es una copia de la vida de Julio César. Esto se llama transposición diegética, que consiste en trasladar una obra a otra época y lugar. Un ejemplo clásico es el Ulises de James Joyce.

El autor es lingüista y fue codirector de una editorial, lo cual me hace sospechar que únicamente pretende vender libros. Para su proyecto contó con la colaboración de otras personas, entre ellas, el sacerdote español Pedro García González, que fue (ignoro si lo seguirá siendo) párroco de Rascafría y capellán del Centro Educativo Santa María del Castillo (Madrid). Pedro García tradujo el libro de Carotta y, en estos momentos, por desavenencias con Carotta, ha roto con él y amenaza con publicar un libro titulado “El robo del Cristo” en el que dirá que Jesús fue creado en Roma a lo largo de 4 siglos.

La razón por la que el Rdo. Pedro García se ha separado de Carotta es la siguiente: “las investigaciones mías de hace cinco años están en la versión inglesa aunque apropiadas y reescritas por el Sr. Carotta, pero entre ambos ya no existe ninguna vinculación... He traducido buena parte del libro al español, pero me he negado a publicarlo porque el autor no quiere incorporar las investigaciones mías” Si nos fiamos de su palabra, el Rdo. Pedro García fue utilizado por Carotta y, para desquitarse, amenaza con un libro en el que pretende ir por otros derroteros, aunque sin salirse de la teoría de la transposición.

Las hilarantes afirmaciones que realiza el Rdo. Pedro García en otro blog de Religión Digital y en la web www.atriumlibertatis.org podrían ser merecedoras de otro artículo, por lo que me voy a centrar en Carotta. Los argumentos que utiliza para decir que Jesús fue César son, de modo resumido, los siguientes:

1. Paralelismos en sus biografías: ambos comienzan su carrera en un país vecino, al norte (Galia y Galilea), ambos deben atravesar un río fronterizo (Rubicón y Jordán), ambos descienden a lo largo del mar (Adriático y Mar de Galilea), ambos tienen buenas relaciones con mujeres (Cleopatra y María Magdalena), ambos tienen encuentros en la noche (César con Nicomedes y Jesús con Nicodemo), ambos tienen una entrada triunfal, ambos se llevan mal con las autoridades (Senado y Sanedrín), ambos son asesinados, fueron divinizados póstumamente y dejaron un heredero póstumo adoptado (Octavio y el Discípulo Amado), César fue apuñalado por Longinus y Jesús fue lanceado por el centurión Longinos, etc.

2. Existencia de nombres similares en los relatos de César y Jesús: Galia/Galilea y Corfinium/Cafarnaum.

3. Leves parecidos en algunas frases de Jesús y de César. La coincidencia más parecida es la siguiente: Quien no está en ninguna parte, está de mi parte (César) / Quien no está contra nosotros, está con nosotros (Jesús). El resto de las coincidencias es un reflejo del slogan “imaginación al poder” e invito a los lectores a leerlas sin intermediarios. Basta con teclear Carotta en Google.

4. Parecidos en algunas monedas u obras de arte entre la iconografía romana y la cristiana.

El libro de Carotta también contiene otras perlas como comparar a Pompeyo, enemigo de César, con Juan Bautista, adversario de Jesús según Carotta, en contra de los datos que suministran los evangelios, en los que se aprecian diferencias entre Juan y Jesús pero ningún atisbo de rivalidad.
La tesis de Carotta es científicamente insostenible por varias razones:

1. Cita dos parecidos en los nombres de una ciudad (Corfinium/Cafarnaum) y un territorio (Galia/Galilea), pero son mucho más abundantes las disimilitudes. ¿Se parecen Jerusalén y Roma, Jesús y César, el río Rubicón y el Jordán?

2. Las coincidencias entre las vidas de Jesús y César no son mayores que las coincidencias entre la campaña de Rusia de Napoleón y la invasión de la URSS por Hitler en la Segunda Guerra Mundial, aun así, muchas supuestas coincidencias no son tales. Para no cansar a los lectores, voy a citar sólo unas pocas:

• César fue asesinado sin un juicio previo, mientras que Jesús fue juzgado previamente.
• César fue asesinado ostentando el poder, mientras que Jesús fue asesinado por el poder.
• No se menciona en ningún lugar que Jesús estuviese casado ni que tuviese amantes.
• César no resucito.

3. Carotta mezcla churras con merinas y, cuando le conviene, cita el Evangelio de Marcos y, en otras ocasiones, cita el Evangelio de Juan. Incluso cita a Longinos como el autor material de la lanzada a Jesús, cuando su nombre aparece citado en un evangelio apócrifo de alrededor del siglo IV.

Puesto que cita varias obras, Carotta debería responder a la siguiente pregunta: ¿por qué la conversión de César en Jesús se hizo por muchos narradores y, de forma colateral, por un autor que practicaba el género epistolar?

4. Los parecidos entre la iconografía cristiana y romana son de fácil explicación y aparecen en cualquier manual de Historia del Arte. En una época de persecución de cristianos, éstos hacían imágenes que pudiesen significar algo para ellos y para los romanos, para no ser sospechosos. Por ejemplo, representaban a Jesús como un joven pastor imberbe que podía significar el Buen Pastor para los cristianos y el Moscóforo para los romanos.

5. Carotta no dice nada acerca de la datación de los evangelios, por lo que un lector no sabe cuándo se hizo la conversión. Sobre la datación, Carotta obvia por completo la existencia de los códices y papiros del Nuevo Testamento, entre ellos, el famoso P52, que contiene un fragmento del Evangelio de Juan y ha sido datado hacia el año 125. Si la vida de Jesús es una copia de la vida de César, ¿en qué periodo de entre el año 36 y el 125 se hizo la transposición? ¿Y por qué razón?

6. Carotta también obvia toda la literatura cristiana (canónica o apócrifa) y no cristiana en la que se habla de Jesús o del Cristianismo. Obviar toda esta obra es mirar el árbol y no el bosque.

Podría extenderme mucho más y cualquiera que sepa un poco de la vida de Jesús podría escribir un libro dedicado única y exclusivamente a desenmascar las afirmaciones de Carotta, del mismo modo que se han escrito libros con el fin de poner de manifiesto los errores y falsedades del Código da Vinci. De todas formas, basta para desacreditar su obra el que no date los evangelios. Si los data en el siglo I, debería explicar qué interés tenían los romanos en presentar a Julio César convertido en un hombre judío matado por los romanos y por qué lo hicieron entre varios autores, entre otras cuestiones. Si los data en épocas posteriores, su tesis es insostenible mientras no demuestre que el Testimonio de Flavio Josefo es totalmente falso cuando la mayoría de los filólogos cree que es auténtico pero con evidentes interpolaciones cristianas, que la datación del P52 en el año 125 es incorrecta o que la literatura cristiana (Papias, Ireneo y un largo etc.) es falsa. Mientras no lo haga, su libro es como las casas de paja y palos del cuento de los 3 cerditos.
Volver arriba