Lourdes 2. Un signo y tarea de Iglesia

Lourdes no es solamente la Gruta sobre el agua. El Hueco de Roca de Masabielle, con las plantas y el río, es importante, pero no lo es todo. Hace falta una Niña Bernadette que vea y nos haga ver , que descubra allí de la Virgen-Señora, de Azul-Blanco, que le acompaña y protege, que le mira y le sonríe, mientras ambas rezan el rosario, las cuentas repetidas de la vida (¡Agur María!), y ella, la niña Bernadette descubre esa Señora que es vida y belleza está curando su alma.
Ante el hueco de Lourdes estuvo la Bernadette, y vio, sintió, dio testimonio de Presencia de la Señora, Inmaculada y Madre de Jesús, ante Sacerdotes y Obispos, Gobernadores y Gentes.
La despreciaron algunos, la amenazaron otros, pero mantuvo fiel su testimonio y, venciendo todas las pruebas, logró que aquel lugar y tiempo de Francia (y Europa) se llenara de Presencia de Dios por María, con su oración cercana, con la esperanza de curación, su alegría fuerte de niña enriquecida por la gran Presencia.
Bernadette y Lourdes. Madre de la iglesia
Muy pronto, cuando las gentes se acercaban a Lourdes, en vez de convertirse en comerciante rica de ricos milagros (como otros que vinieron luego y siguen allí, con su comercio sagrado...), Bernadette se retiró, cumplida su labor, como religiosa oculta de servicio a los enfermos, mientras el pueblo venía y venía a la Cueva-Gruta de la Virgen para implorar una presencia más alta de vida, con el agua que cura… y la Iglesia organizaba la gruta y santuario como centro de peregrinaciones (Santuario) y el pueblo pequeño se convertía en Ciudad-Santa, Mercado de santidades.

La conversión de la Gruta en Santuario fue en proceso bastante fácil, porque el momento ayudada y porque ayudaba todavía más la Memoria de María, mirando a Bernadette, rezando con ellos y ofreciendo el agua de la fe que cura/consuele a los enfermos. Y así llegaron muy pronto, de toda Francia, con el nuevo tren, cientos y miles de devotos de María y de Milagros, buscando salud para los enfermos y presencia de Dios (del Dios de María) para para cientos y miles de personas necesitadas de nuevos signos cristianos. Y Lourdes se convirtió de esa manera en el Gran Santuario de Francia, en uno de los lugares emblemáticos de la encrucijada católica (cristiana) de la segunda mitad del siglo XIX, de todo el siglo XX e incluso de principios del siglo XXI.
Allí se ha organizado el culto mariano con la gruta y el río en el centro de todas las miradas, como signo de santidad (presencia de Dios), con piscinas de esperanza “probática” (como la de Jerusalén) para los enfermos que buscan un “impulso” de salud, una gracia de presencia, con la procesión del Santísimo a la tarde y la del Rosario y las antorchas en la noche. Me han dicho más de una vez que se trata de una exhibición de enfermos, del cultivo de una falsa esperanza de salud…, pero nunca lo creído. Se trata, a mi juicio, más bien, de una elevación de los enfermos, que se sienten dignificados, apareciendo como centro de atención de la comunidad cristiana, de la sociedad humana… traídos, curados por los camilleros que son los auténticos sacerdotes y creyentes de esta religión del Agua de María de Lourdes (como en Mc 2, 1-10 y Jn 5, 2-5).
No tengo opinión clara sobre las curaciones… Es evidente que hay casos llamativos de sanaciones y transformaciones, que pueden compararse con las de Jesús en los evangelios y que, por ahora, no se entienden bien desde una perspectiva científico. Pero tampoco conozco los alcances de la ciencia, ni la capacidad de curación del ser humano… Sólo sé que la vida es compleja y la enfermedad una dimensión de la salud humana (que es proceso que incluye la muerte…). Sólo sé que la enfermedad es digna… que miles y miles de enfermos se han sentido elevados, dignificados en Lourdes (a pesar de que el proceso de deterioro ha seguido avanzando en la mayoría de los casos). Sólo sé que allí el Lourdes, en la procesión y en la misa, ante la gruta de la Virgen, hay muchos enfermos que se descubren acompañados, bendecidos, incluso sanados.
En ese contexto, sólo puedo afirmar una cosa: Bernadette es con Teresa de Lisieux el signo más grande de la Iglesia (de la vida cristiana) en la Francia moderna. Ella ha logrado enriquecer en catolicismo francés, por encima de todos los movimientos eclesiales… Ella es con Teresa de Lisieux la Madre de la Iglesia de Francia.
Las Iglesias de Lourdes
Lourdes sigue siendo una especie de santuario nacional francés, de Templo internacional Católico, con misas y cultos y cantos en casi todas las lenguas. Allí se superponen los estilos de Arte Moderno…, con la Basílica Superior de la Inmaculada… y la inferior del Rosario, con la Iglesia/Salón de Bernadette al otro lado del río, lugar por donde ella venía buscando la leña…, y con la inmensa Basílica/Concentración subterránea de la llanura, donde estaba antes la isla, bajo la pradera, en forma ovalada, para más de treinta mil personas, al estilo multitudinario de Juan Pablo II, dedicada a San Pio X.
Ésta es la Basílica Final, no sé si harán otras, no parece probable… Esa basílica inferior es una especie de gran explanada cubierta, bajo una pradera inmensa, donde peregrinos y enfermos pueden compartir la eucaristía y la experiencia de fe, al cubierto de la lluvia y de la nieve… Del óvalo de roca al aire libre, sobre el río, con la niña descalza buscando protección, se ha pasado al óvalo inmenso bajo tierra, como signo de una Iglesia poderosa y grande que recoge en su seno (bajo la inspiración de un Papa como Pío X) a los fieles que vienen de todos los lugares a invocar a la Virgen de la Roca… como lugar donde pueden reunirse 20.000, 40.000 personas (miles y miles de enfermos) para celebrar la fe en el Dios de la Salud, para sentirse iglesia grande y solidaria.
Cada uno tiene su sensibilidad… Muchos se encuentran felices al cubierto de la inmensa basílica, en una celebración presidida normalmente por docenas de obispos...

Sin duda, en el centro de la Fiesta de María y de Jesús (y de San Pío X) siguen estando los enfermos y el signo de la Virgen de la Roca de Massabielle, pero yo he tenido la impresión de ella Bernadette y su Virgen de Óvalo de Roma al aire libre, sobre el río… podría perderse. Un lugar así es necesario para que se junten al amparo del viento miles y miles de personas, con el espíritu de Juan Pablo II… Pero quizá no es el más apropiado para sentir a la Señora al Aire Libre de la Roca y el Agua de Masabielle, con Bernadete.
Cada uno tiene su sensibilidad… La mía es, sin duda, muy especial… Pero tras un largo tiempo de gran celebración en la Gruta Artificial Subterránea, con docenas de obispos y decenas de miles de devotos…, (¡ tas haberme descubierto universal, con algunos grandes santos de la tradición católica) he salido de nuevo a la explanada, al aire libre del sol y del viento, y he corrido al lugar del Óvalo de Roca, donde está su signo, junto al río… y he sentido al Dios del Mundo y de la Vida, que se expresa por Jesús…

De esa manera, al aire libre, como ante Cueva de Leze de Egino, he sentido la presencia de Madre de la Vida, que se expresa y refleja en la Señora de Blanco y Azul, el Dios-Madre en quien nacemos. Me he sentido feliz porque siga existiendo Lourdes, un lugar que a pesar del negocio de la religión (toda la ciudad externa es un mercado) puede ser signo de una Presencia amorosa de Vida, con Bernadette y su Señora de la Roca.