Manifiesto a favor de la poligamia (Aguafiestas)

Varias veces le he dado la palabra a Aguafiestas. Quiero decir ya desde aquí que su argumento no me convence, desde la perspectiva del cristianismo actual y desde la experiencia del amor como encuentro interpersonal complejo, profundo, gratuito y definitivo. Creo que sólo en la comunión/comunicación de un ser humano con otro ser humano, en radicalidad, para siempre, puede revelarse y se revela aquello que a mi juicio es lo divino. Sólo en el amor de una persona hacia otra puede darse una experiencia plena de alianza y fidelidad que nos permite descubrir la hondura de la Vida. Pero, dicho eso, debo añadir varias cosas.

(1) Que Jesús no se casó (que se sepa), de manera que no tuvo la experiencia de un amor centrado y total de una persona humana con otra persona humana, en exclusividad y fidelidad, para siempre. Eso significa que puede haber algo limitado en el amor entre dos, sólo entre dos. Existen, sin duda, otras dimensiones de amor y de encuentro personal (como la Iglesia católica afirma en el celibato, entendido como amor comunitario).

(2) Que el símbolo clave del amor divino es el Padre/Madre, es decir, un despliegue generador de vida y un encuentro entre dos personas. Según eso, el amor no es sólo encuentro de dos entre sí, sino de dos en apertura hacia otros (en generación, en amistad o en otras formas de relación).



(3) Que se han dado y se seguirán dando en la historia formas distintas de amor familiar y de relación entre personas. Venimos de un pasado múltiple... No parece que se pueda afirmar que otras formas de amor "no-monógamo" sean anti-naturales. En ese contexto se puede afirmar que, dado lo dado, dado lo que había, en ciertas circunstancias un tipo de poligamia podía ser buena de hecho, para hombres y mujeres, a pensar de los conflictos que podía suscitar.

(4) Conforme a lo anterior, y rechazando en la actualidad, desde mi perspectiva personalista, un tipo de poligamia, debo confesar que ella ha podido tener un sentido en otros momentos y culturas (y lo puede seguir teniendo en otras circunstancias sociales).

(5) Por otra parte, ciertas formas de amor actual constituyen un tipo de banalización y destrucción humana más fuerte que la que ha podido ofrecer la poligamia.

(6) Por eso, a pesar de que no me convencen los argumentos de Aguafiestas, ellos me ayudan a pensar con realismo y libertad. Los que le acusan sin más deberían ser conscientes del eco que suscitan sus escritos que pueden ser y son justamente criticados por otros con-tertulios o con-blogeros. Aquí van de nuevo unas largas reflexiones de Aguafiestas…

Feliz reflexión y discusión a todos… Como las intervenciones en torno a Aguafiestas se multiplican, si a alguien le importa, al final de la serie “poligamia” puedo juntarlas a todas… y ofrecer, al fin, mi visión del tema. Todo lo que sigue es de Aguafiestas... Es largo, no lo leáis de un tirón. Lo dejaré colgado dos días.

Al final siempre se encuentra uno con la pregunta:


(1) ¿Y por qué no la poliandria?


Por supuesto, por qué no, pero es que hay unas cuantas diferencias, y para que no me tachen de machista citaré tres casos en los que yo apoyaría la poliandria: el primero real, el segundo típico y el tercero de un cuento. Después de lo cual seguiré diciendo que poliandria y poligamia son bastante distintas y una no implica la otra.

El caso real es de la España de los años 50, lo que la hace más sorprendente, por el apoyo que encontró en su medio: se trataba de un soldado español repatriado de Rusia que volvió enfermo y se encontró a su mujer casada con otro. Los tres vivieron juntos un tiempo y se citaba con aprobación que el segundo marido había cuidado ejemplarmente al primero. Es decir, la sociedad española de entonces tendría grandes dosis de machismo, pero el sentido común y la humanidad estaban por encima de ese machismo.

El caso típico y repetitivo es de los gemelos univitelinos, que se enamoran de la misma mujer, con lo que en todas pares se crean tremendos conflictos. Una vez salió en el periódico de dos que se habían cado en Nigeria con la misma mujer y enseñaban, orgullosos, su primer hijo (genéticamente imposible saber de quién era y, además, daba igual). Me parece una crueldad absurda que no se admita la poliandria en casos semejantes.

El cuento era de dos niños y una niña, que son amigos desde pequeños. Luego la niña. Ya mujer, se casa con uno y los tres están muy tristes. Repito lo anterior.

Pero lo típico de la poliandria es que su utilidad o capacidad para crear una familia feliz con personas felices, así como para resolver los problemas humanos, pienso yo, que se reduce a casos concretos, lo que no tiene nada que ver con la poligamia. Y es que “las leyes de la evolución” conspiran para hacer a la poligamia, no sólo posible, sino necesaria, en una minoría de los casos, algo así como el 10% de los matrimonios.

Comenzaré con un argumento darviniano, que demuestra que radicalmente, poligamia y poliandria son totalmente diferentes: imaginémonos que al principio de lo que queramos, por ejemplo, los homínidos o los neandertales o el hombre moderno, hubiese habido tantas mujeres con deseos poliándricos como hombres con deseos poligámicos. Bueno, pues esas mujeres no se hubiesen reproducido más que las otras, pero esos hombres sí que hubiesen tenido más hijos que los otros, por lo que, con el tiempo, el número de mujeres que quieran tener más de un marido (y de hombres que disfruten compartiendo su mujer), será siempre una pequeña fracción, mientras que el número de hombres que quieran tener más de una mujer (y de mujeres que disfruten compartiendo su marido), tenderá a crecer. ¿Hasta cuántos? Hasta, por lo menos, el número de hombres (y de mujeres) que puedan satisfacer este deseo, que nunca pasará de ser una minoría, porque la combinación entre equilibrio aproximado hombre-mujer en los nacimientos, más la mayor mortalidad masculina hace que lo típico a lo largo de los últimos (100.000 años, si nos quedamos en el hombre actual) sea un exceso del 10% de mujeres sobre el de hombres.

Fíjense Vdes. lo sabia que es la Naturaleza: si la relación mujeres-hombres hubiese sido de 2 a 1 (para que todos los hombres pudiesen ser bígamos), la población hubiese crecido explosivamente. Si la medicina y las condiciones hubiesen sido perfectas, habría habido prácticamente equilibrio. Como la historia de la humanidad ha estado llena de problemas, cuando éstos se presentan, mueren más hombres que mujeres, aumenta el número de hombres polígamos y la población tiende a recuperarse, con lo que la poligamia hace de estabilizador automático de la población. Y de más cosas: si las muertes han sido por guerras, el exceso de mujeres entre los vencidos hace que los vencedores sean polígamos con mujeres vencidas, con lo que vencedores y vencidos se integran en la misma familia y los hijos de las vencidas tienen un padre entre los vencedores: es la forma definitiva de restablecer la paz y hacer que se olvide el odio.

En todo esto, puesto que lo normal es que el exceso de población sea femenino, la poliandria no tiene ningún papel que jugar y, si bien puede tener algún papel positivo a nivel individual, como he dicho al principio, no tiene ningún papel social.

Por ello, la poliandria aparece históricamente sólo en pueblos muy pobres, en lo que los hombres no se pueden permitir el lujo de tener una mujer y los hijos que resulten, sino que tienen que repartírsela entre dos o más, lo que tiene una implicación que se quiere pasar por alto: para ello es necesario asesinar a las mujeres sobrantes, lo que se hace al nacer, como ha ocurrido históricamente y sigue ocurriendo en India y China. Por ejemplo, hace poco saltó a los periódicos que en los últimos 20 años se ha asesinado en la India a 10 millones de niñas recién nacidas y que, como hay un déficit de mujeres, está surgiendo la costumbre de tener dos o tres hermanos la misma mujer.

Si esto ocurre ahora, podemos entender la “mala fama” de la poliandria, por ejemplo, en Oriente Medio en tiempos bíblicos. Entendemos también por que fue Hamurabi el que prohíbe la biandria, existente hasta entonces: cuando se desarrolla la economía del Imperio Babilónico, quiere poner fin a la costumbre de asesinar niñas, “que ya no hacía falta” y que constituía un freno innecesario a la expansión de la población. Si seguimos pensando, nos llamará la atención el por qué de la homosexualidad de todos los habitantes de Sodoma: posiblemente se controlaba también la población asesinado niñas y los hombres tenían que satisfacer el sexo entre ellos. Eso hace que entendamos la drástica condena a Sodoma y sus prácticas homosexuales: había algo más que sexo en todo ello.

Por ello es una absoluta insensatez la exclamación “feminista” de que la Biblia es machista por admitir la poligamia y no la poliandria. La Biblia se escribe cuando se está eliminando la costumbre de asesinar niñas, que es imprescindible para que la poliandria tuviese una dimensión social apreciable (donde no ha llegado la Biblia, como en la India y China, se sigue asesinando niñas y se reaviva la poliandria). La Biblia fomenta la poligamia, precisamente, para que las mujeres sobrantes no se mueran de asco, si es que no las han matado antes.

De ahí se ve que la típica contestación de “¿Si los hombres pueden ser polígamos, por qué las mujeres no pueden ser políandras?”, es una perfecta tontería: por supuesto que pueden serlo las que quieran si encuentran hombres que compartan sus deseos, pero, ni va ser fácil que muchas lo quieran –a no ser de boquilla, para expresar algún cabreo- ni la pirámide poblacional va a jugar en su favor.

Lo siguiente que va a haber que escucharse y que se oye de vez en cuando, es lo del matriarcado. En alguna época feliz, las mujeres vivían con sus hermanos e hijos y todos los hombres de la tribu cohabitaban con todas las mujeres que quisiesen. Los hijos eran de la madre y nadie estaba sometido a esa tortura del matrimonio ni a esas pesadísimas obligaciones de fidelidad. De vez en cuando aparece un antropólogo que afirma que así es en un remoto pueblo del Turquestán o en alguna isla del Pacífico. Luego vino el patriarcado y nos fastidió a todos tan ideal paraíso.

Realmente llama la atención el que si ese paraíso era tan perfecto, tuviese que surgir la aburrida sociedad patriarcal con sus tabúes sexuales. Pero bastan unos minutos de reflexión para darse cuenta de dos cosas: 1. Cuál es el tremendo fallo de ese paraíso 2. Realmente tuvo que costar, quizá, centenares de miles de años salir de él, porque era enormemente cómodo y, además, no era tan fácil ver su fallo. Quizá aquí se encuentre la explicación de por qué el Neanderthal, más robusto y con mayor capacidad craneana que el Cromañón (que es lo que somos nosotros), permaneció estancado, nada menos que unos 300.000 años.

Lo primero que aprende el homínido que se hominiza en algún momento es a evitar el incesto. Los chimpancés lo practican, pero en el cromañón, el tabú del incesto es común a todas las tribus y civilizaciones. Ya sabemos por qué: causa enfermedades y anormalidades genéticas.

Pues ahí está el problema del paraíso matriarcal: como todas las mujeres cohabitan con los hombres que quieran y no forman una familia con el hombre con el que cohabitan, siembran la generación siguiente de medio-hermanos, que no crecen juntos y no saben que lo son. A la generación siguiente, el incesto entre los medio hermanos se ha generalizado y las enfermedades genéticas y los retrasos mentales son endémicos.

Es tan cómodo y práctico el paraíso matriarcal, por una parte, y es tan difícil que unas tribus de, por ejemplo, neandertales cayesen en la cuenta de lo que estaba pasando, que es lógico que pasase mucho tiempo hasta que a alguna tribu se le ocurriese la idea de que los matrimonios podían ser de varios hombres, varias mujeres o de grupos de hombres y mujeres, pero grupos cerrados, es decir, que los que cohabitasen tenían que vivir juntos y que los hijos de todos los que cohabitaban debían convivir y crecer como hermanos, para que luego no cohabitasen de mayores. En ese momento tuvo que aparecer la familia patrilineal, el concepto de matrimonio y el considerarse el adulterio femenino como un crimen contra la tribu, porque al introducir en una familia hijos de otra, estaba poniendo una bomba genética dentro de la tribu.

Fijémonos en dos cosas:

1. He dicho adulterio femenino y no poliandria: si la mujer tenía más de un marido no había problema, porque ya estaba claro que los hermanos no podían casarse con las hermanas. No se trataba de “reprimir” a la mujer, sino de cerrar el matrimonio.

2 He dicho adulterio femenino y no masculino, porque el adulterio masculino hubiese sido con una mujer soltera y, o bien se incorporaba como otra esposa a la familia o bien, si no se incorporaba, “era su problema”, porque quedaba identificada como mujer que tenía hijos de origen incierto y, a la siguiente generación, el que se casase con sus hijos ya sabía a lo que se exponía (y, normalmente, esas mujeres eran consideradas “prostitutas” y apartadas de la sociedad). Y 3. Por supuesto que ese adulterio masculino era muy poco caritativo, pero lo que estoy tratando de explicar es que el que se haya considerado de siempre peor al adulterio femenino que al masculino es por razones eugenésicas o de salud o de autodefensa de una tribu.

Y si alguien dice: “También el hombre con el que la mujer había cometido adulterio se hubiese podido incorporar a la familia”, la respuesta es: Sí pero si por la razón que fuere no lo hacía, “el foco del problema”, o sea, el hijo con genes de fuera de la familia, quedaba sin identificar, que es lo que podía preocupar a la tribu por razones eugenésicas.

¿Qué quiero decir con todo esto? Simplemente que pensemos en lo que decimos antes de decirlo. Que no seamos machistas ni feministas, que busquemos siempre la solución para hombres y mujeres que los haga más felices, pero que no vamos a lograr eso a base de slogans simplistas y simplones; porque, obviamente, hombres y mujeres tienen el mismo derecho a ser felices, a tener una familia e hijos y a que nadie los engañe ni les imponga una forma de vida por la fuerza. Pero para conseguir todo lo anterior hay que reflexionar primero para darse cuenta de en qué hombres y mujeres no están hechos de la misma forma, ni tienen los mismos deseos ni van a ser felices si se les obliga a hacer lo mismo, como si de seres idénticos se tratase.


(B) No- Argumentos

Cuando los cristianos hablan de la poligamia, no pueden ocultar que tanto la Historia como las Sagradas Escrituras están a favor de ella. Veamos si no:

La poligamia fue prohibida por los indoeuropeos 2.000 años antes de Cristo, cuando abandonaron su país de origen -el actual Kazakhastán- y emprendieron sus conquistas en Europa y Asia.

A diferencia de otros conquistadores, que se sirvieron de la poligamia para facilitar y afianzar sus conquistas, asimilando a los pueblos conquistados, prefirieron mantener a sus víctimas sometidas para siempre, de forma que les cerraron el acceso a sus familias. A este propósito, crearon también el sistema de castas en la India, prohibieron los matrimonios mixtos (por ejemplo, por largo tiempo en la España Visigótica), entre clases sociales en Persia, etc.

Las mujeres de los pueblos conquistados no podían ser esposas, de forma que eran utilizadas como presas sexuales. Ésta es la gran diferencia entre la esclavitud entre los pueblos semitas y la esclavitud greco-romana. En el primer caso, al final tenían que convertirse en esposas o concubinas o ser liberadas, por lo que la esclavitud era una especie de trabajo doméstico, mientras que, en el segundo, eran ganado y no personas.

Hay que dejar bien claro, en primer lugar, que la poligamia ni fue el Cristianismo el que la prohibió –sino 2.000 años antes; por ejemplo, los hititas que eran indoeuropeos y cuyo imperio desapareció el 1.200 antes de Cristo, no admitían la poligamia- ni se prohibió por razones “cristianas”, sino más bien por razones anticristianas.

En Segundo lugar, EN NINGÚN SITIO del Nuevo Testamento se prohíbe la poligamia. “Pero el Nuevo Testamento tampoco dice nada a favor”. No exactamente, pero, prestemos atención:

a.
Las cosas obvias no se dicen y si algo se dice, inmediatamente ello significa que no es obvio. La poligamia era algo obvio en el contexto judío, tan obvio que la palabra “poligamia” no existía en hebreo y es griega (porque en Grecia era una costumbre extranjera). Por ejemplo, cuando yo era un niño, al enumerar las cualidades de una mujer se decía: “Esta mujer es muy limpia”, lo que significaba que no era obvio. Hoy en día no se dice nunca. Se dice que una mujer es guapa o inteligente, pero nunca que es limpia y el decirlo levantaría la sospecha de que algo pasaba. O se anunciaba las habitaciones de un hotel, diciendo: “Agua corriente fría y caliente”, mientras que hoy se anuncian diciendo: “Aire acondicionado con frío y calor”. Si alguien pusiese en la entrada de un hotel o pensión que tiene “Agua caliente en el cuarto de baño”, la gente quedaría tan sorprendida como se hubiesen sorprendido los judíos si Jesús les hubiese dicho que era correcto tener más de una mujer. Tan obvio era, que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, se presenta a Dios como un marido bígamo de Judea y Samaria o de las iglesias y los fieles.

b.
Sabemos de la poligamia en el Antiguo Testamento, porque expone una religión legalista y describe la vida de sus personajes. El Nuevo Testamento no da una colección de leyes, ni casi habla de la vida de los personajes que aparecen. Parece que los apóstoles estaban casados por tres razones (1. Una alusión de San Pablo y 2. Los fariseos se lo habrían echado en cara si no lo hubiesen estado 3. Siendo unos hombres débiles, estando Jesús y ellos rodeados de mujeres, hubiese pasado de todo), pero sólo nos enteramos de que San Pedro estaba casado de rebote, porque su suegra se pone enferma. En el AT se incluye el matrimonio hasta con cuatro mujeres en sus leyes y Jesús dice: “No he venido a cambiar la Ley, sino a cumplirla y sólo cuando está en contra de una ley lo menciona, como en el caso de los alimentos, el lavado obligatorio o el repudio.

c.
Jesús (que nunca se corta a la hora de prohibir lo que le parece mal) se pierde unas maravillosas ocasiones de condenar la poligamia: Prohíbe el repudio, habla del levirato –que suponía poligamia- con los saduceos y aprueba la poligamia de la forma más clara en la Parábola de las 10 Vírgenes al comparar la Salvación Eterna a un esposo casándose con 5 vírgenes. No puedo comprender cómo el mismo Dios –el Esposo- podría haber cometido un pecado, si Jesús consideraba que lo era la poligamia. Diré aún más: si la Iglesia utilizase en este tema la lógica que utiliza en todos los demás casos, debería proclamar que la poligamia es algo santo.

d.
En ningún lugar vemos a Jesús ni a ningún Apóstol condenando a los polígamos. Ni siquiera a San Pablo, que venía del medio romano. Por ejemplo, cuando San Juan Bautista condena a Herodes haberse casado con la mujer de su hermano, no le reprocha tener concubinas.

De manera que ni la historia ni la Escritura pueden apoyar la condena eurocristiana de la poligamia y que su origen es exclusivamente que Grecia y Roma, como sociedades indoeuropeas, no la aceptaban. A este respecto hay un dato histórico que yo pienso es sintomático: En el año 212 (d. C.) la lex Antoniana de civitate hizo la monogamia obligatoria para los romanos, pero ¡exceptúa de modo específico a los judíos! (¡Qué curioso! ¿Quiénes eran esos nuevo polígamos que no eran judíos?, ¿No se estaría extendiendo la poligamia por los nuevos cristianos?). Más tarde, en el año 285, Diocleciano (el mayor perseguidor de los cristianos) consideró necesario rescindir la excepción. ¿Significaba eso que la poligamia se estaba extendiendo por el Imperio con la difusión del Cristianismo? Cuando, poco después, con Constantino, el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio, parece claro que los cristianos se verían obligados a renunciar a la poligamia, ocurriéndoles lo mismo que les pasaría a los mormones en el siglo XIX, como condición para que sus Estados entrasen en la Unión. Sin embargo, algún Papa la admitió en la Edad media, hubo incluso sacerdotes casados con más de una mujer y Carlomagno, Coronado por el Papa como Emperador el año 800, tenía tres mujeres y varias concubinas, por no citar la Iglesia de Irlanda que admitió la poligamia durante bastante tiempo y otros ejemplos. Concretamente, Carlomagno, recibe el culto de beato en la Catedral de Aquisgrán.

¿Por qué se fue desvaneciendo la poligamia en el mundo cristiano? Pues igual que se fueron extendiendo las demás costumbres romanas (y despareciendo las de los primeros cristianos), como la guerra, la desaparición de los “ágapes” o de la propiedad romana. Porque es más bien un mundo greco-romano que cristiano.

Como acabo de decir, al convertirse el Cristianismo en la religión oficial del Imperio romano, tuvo que acomodarse a él y perdió muchas de sus características. Para empezar, para los primeros cristianos la guerra era un pecado y no podían tomar parte en ellas, pero esto es algo que se vieron obligados a abandonar. El derecho de propiedad romano era desconocido para los primeros cristianos que, como dice la Escritura, “tenían todo en común”. Tuvieron que aceptar la esclavitud. De la misma forma, se impuso la ley matrimonial romana, como reconoce sinceramente San Agustín.

La consecuencia de todos estos hechos innegables es que cuando los autores cristianos tratan de demostrar lo indemostrable, a saber, que la poligamia no es cristiana, tienen que recurrir a salirse por los ceros de Úbeda, porque no pueden encontrar ningún argumento serio. Es patético como abandonan el sentido común y usan una lógica que, aplicada a cualquier otro campo, produciría los mismos resultados grotescamente fundamentalistas.


(C) Trataré de resumir estos intentos inútiles de demostrar que la poligamia no es cristiana
.

1.Argumentos desproporcionados


Estos argumentos dan un salto lógico, porque, por ejemplo, es advertir o no aconsejar algo en algunas circunstancias no significa prohibir y, menos aún, prohibir en cualesquiera circunstancias.

Por ejemplo, afirman que, como Dios dio a Adán solo una mujer, o como la Biblia cita algunos casos de poligamia conflictiva, la consecuencia es que la poligamia es absolutamente mala y lo es para siempre.

Para demostrar que esto no es lógicamente aceptable, “demostraré” un absurdo, utilizando la misma lógica (y, por cierto, muchos de los que repudian la poligamia se sentirían felices si mis argumentos valiesen).

El matrimonio con un extranjero o persona de diferente cultura no estaba en el plan de Dios. Después de la caída, Dios lo toleró debido a la lujuria y malos instintos del hombre, pero Jesús, en su Nueva Alianza, lo ha prohibido.

Veamos: Dios no creó una mujer diferente o extranjera, sino, para dejar bien claro que uno debía casarse con alguien de su misma raza, nación o clase, tomó una costilla de Adán. Como solo creó una pareja, está claro que Dios quería que los hijos de Adán se casasen con sus hermanas.

En el Antiguo Testamento, aunque casarse con extranjeros está permitido debido a la maldad de los hombres, vemos bien claro que Dios no lo aprueba. Salomón se pervirtió por sus mujeres EXTRANJERAS y cierto momento, los israelitas tienen que repudiar y expulsar a sus esposas extranjeras, junto con sus hijos. De forma que se ve bien claro, que incluso en el Antiguo Testamento, donde Dios hace tantas concesiones a la lujuria y perversión humanas, Dios piensa que el matrimonio con extraños –raza, clase, nación- es algo conflictivo, no es lo que Dios realmente quiere, aunque pudiese permitirlo durante cierto tiempo. Es incluso peor que la poligamia, porque en ningún momento del Antiguo Testamento se ve israelita alguno a repudiar y expulsar a sus mujeres múltiples.

Finalmente, Jesús prohíbe casarse con extranjeros.

¿Dónde prohíbe Jesús eso? En primer lugar, Jesús nunca habla de que esté bien casarse con un extranjero y en el Nuevo Testamento no vemos un solo caso de matrimonios con extranjeros. En segundo, cuando Jesús prohíbe el repudio, por extensión, se deduce que si uno no puede despedir a su mujer, menos aún podrá casarse con una mujer que nos va a poner en grave tentación de repudiarla, ya que una mujer extranjera siempre ha de crear problemas (como se ve en el Antiguo Testamento). Finalmente, está claramente prohibido por Jesús en………. en………., bueno, en ese misterioso versículo del Evangelio en el que también prohíbe la poligamia y que nadie ha podido encontrar hasta ahora. La diferencia es que Jesús admite la implícitamente la poligamia, como he dicho varias veces, tanto al omitirla en el repudio (ocasión que venía como anillo al dedo), más claramente en el levirato y al compararla con la Gloria Eterna, en la Parábola de las diez Vírgenes. Otra diferencia es que JAMÁS en las Escrituras se obligue a los maridos polígamos a repudiar a sus mujeres, como SÍ que ocurre con las mujeres extranjeras en el Antiguo

De forma que si Vds. piensan que Jesús condena la poligamia, más habrá condenado el matrimonio con extranjeros.

¿Por qué digo que es un argumento desproporcionado?


Porque es cierto que el matrimonio con un extranjero crea conflictos, puede tener malos efectos y el matrimonio dentro de la misma cultura, nación y clase social es mucho más aconsejable (a nivel individual, porque a nivel social, lo que ocurre es justamente lo contrario). Estoy de acuerdo en que hay que señalar estos malos efectos si mucha gente que lo hace o se convierte en una moda el hacerlo. Pero es absolutamente desproporcionado el saltar de “no aconsejable”, potencialmente conflictivo”, “difícil” a un rotundo pecado o algo prohibido en la Nueva Alianza de Jesús.

Imaginémonos que alguien se enamora de un extranjero, por razones sexuales, romanticismo o algún tipo de atracción entre los dos caracteres. Podríamos decir que no lo aconsejamos, que el matrimonio dentro de una cultura se maneja mucho mejor, que la Escritura ha mostrado varios casos en los que estos matrimonies causan problemas. Pero prohibir el matrimonio con extranjeros y, lo que es pero, decir que esta es una de las grandes diferencias entre los cristianos y esos musulmanes que aprueban este tipo de matrimonios es ir demasiado lejos y hacer deducciones desproporcionadas.

En un mundo perfecto, en el Paraíso de Adán, las cosas siempre podían funcionar de la manera más fácil, pero en nuestro imperfecto mundo, potencialmente conflictivo, difícil, no equivale a pecaminoso.

Y lo que es más: las cosas simples tienen también consecuencias negativas: si todos los matrimonios son “nacionales, “raciales” o “clasistas”, nos encontraremos con una humanidad segmentada: los matrimonios “transnacionales” ayudan a integrar los pueblos, clases sociales y razas –al igual que la poligamia-. Si todos los matrimonios son tan “convenientes”, tendremos demasiados amores frustrados, lo que traerá consigo adulterios, divorcios, solteros y solteras frustrados, prostitución, madres solteras, lo que también son efectos de prohibir la poligamia. Las sociedades monógamas también están segmentadas en clases sociales, la poligamia evita genocidios en las guerras.

Los polígamos se casan con sus niñeras, sirvientas, viudas, madres solteras. ¿Saben Vdes. por qué los países musulmanes fueron inmunes al comunismo? Justamente, porque los hombres ricos, en lugar de utilizar a las mujeres pobres como prostitutas o amantes, las tienen como esposas y, por la misma razón no tienen millones de niños en las calles (como, por ejemplo en Brasil). ¿Saben Vds. por qué las sociedades europeas sufren periódicamente revoluciones comunistas? Por la misma razón. ¿Saben Vds. por qué las revoluciones en Occidente se hacen contra las iglesias, mientras que en un país musulmán jamás nadie ha atacado a la ninguna mezquita? Por lo mismo.

Por supuesto que esto no ocurriría en el Paraíso, pero es de locos pensar que tenemos que actuar como si estuviésemos en el paraíso, porque no estamos.

Pero una vez que aceptamos el principio de que cuando la Escritura cita que algo es difícil o puede crear conflictos, automáticamente lo está prohibiendo o condenando, podríamos dar otro paso con esta insensatez y decir lo que sigue:

En la Escritura se ve claramente que a Dios no le gusta que las parejas casadas tengan varios hijos: La Escritura sólo muestra ejemplos de hermanos peleándose y teniendo celos unos de otros.

Dios permitió la “polihijia” en el Antiguo Testamento por la lujuria de las parejas, pero a lo largo de la Escritura se ve que no era algo que estuviese en los planes de Dios, y ello puede verse en el hecho del resultado que trae el primer caso de polihijia de la Biblia: Adán y Eva se dejan llevar por los instintos de su naturaleza caída y tienen un segundo hijo, pero la polihijia es algo tan malo, que ya ven Vdes. el resultado: el primer hijo mata al segundo, porque la polihijia sólo sirve para dar celos y producir malos efectos. Jesús también nos advierte contra el tener más de un hijo en la Parábola del Hijos Pródigo, en la que se ve que el hijo mayor tiene celos del pequeño y no le gusta que su padre le perdone y celebre una fiesta. Lógicamente prefería la situación de “monohijia”, cuando el hijo pródigo se va. Finalmente, Jesús prohibe también el tener más de un hijo, lo que pasa es que no sabemos en que versículo del Evangelio lo hace, pero seguro que lo prohibe. ¿Quieren que se lo demuestre con argumentos traídos por los pelos, como se hace contra la poligamia? Pues allá va: una vez que hemos sentado el principio de que es “una ofensa” el que una mujer tenga que soportar a una co-esposa –a la que llamamos “rival”-, o sea que establecemos que es lógico que TODAS las que se casen, deban dejar a las demás sin familia, marido ni hijos, porque los celos y la envidia son más cristianos que la convivencia y el amor por una familia más grande, lógicamente, esto también se aplica a los hijos, que tampoco tienen hermanos, sino “rivales” y a los que se ofende teniendo un segundo hijo. Es mayor el daño de destruir la vida de una mujer, no dejándole que tenga familia, que el que se hace a un segundo hijo, que, al fin y al cabo, no ha nacido.

¿Cómo podría haber evolucionado la familia en el Paraíso con sólo un hijo? Evidentemente, obteniendo las esposas a partir de costillas, como hizo Dios con Adán, para mostrarnos “cuáles eran Sus planes”. Una vez fuera del Paraíso, la gente empezó a tener más hijos, por culpa de su naturaleza caída, lo que puede permitirse por razones estrictas de supervivencia de la especie humana –exactamente lo que dicen las iglesias eurocristianas de la poligamia-; pero es algo que debe evitarse en lo posible, porque las Escrituras nos han advertido que la polihijia produce celos y conflictos familiares.

2.Anécdotas transformadas en argumentos

Otra razón de la maldad de la poligamia sería que el primer polígamo citado en la Biblia es Lamech, que era un tras-tataranieto de Caín y que mató a un hombre que le había herido, de forma que era una persona “abusiva”. Sólo que en el Antiguo Testamento hay tantas personas que utilizan la violencia en legítima defensa (lo que también hace San Pedro en el Nuevo Testamento), aparte de que deducir de eso que la poligamia es mala por sí misma y hay que prohibirla para todos y para siempre, es bastante más que un salto con pértiga lógico. (vuelvo a insistir en lo mala que es la polihijia, porque el primer “polihijo” esa Caín mismo y pregunto si el Papado es malo en sí mismo por los pecados que cometió San Pedro (quiero decir que es un santo por el que siento gran devoción).

En lo referente a la descendencia de Caín, veamos esto:

“Adah –la primera mujer de Lamech- dio a luz a Jabal, que fue el padre de los que viven en tiendas y tienen Ganado. 21: El nombre de su hermano era Jubal, padre de los que tocan la lira y la pipa. 22: Zillah –segunda mujer- dio a luz a Tubal-cain, que fue el que forjó todos los instrumentos de bronce y hierro”.

De forma que ya sabemos: en la Nueva Alianza de Jesús, vivir en tiendas, tener ganado, tocar la lira y la pipa y forjar instrumentos de bronce y hierro está prohibido. Todo esto no estaba en el Paraíso, por lo que no figuran en los planes de Dios y la Biblia cita que los primeros que lo hicieron eran de la descendencia de Caín. Por ello, Dios lo permitió por un tiempo, debido a la maldad del hombre; pero ahora, se han convertido en terribles pecados.

¿Piensan Vdes. que son argumentos serios? ¿Y qué decir de todos los hombres santos, desde Abraham a David, que eran polígamos?.

3.Argumentos Fundamentalistas

En el Paraíso, Adán y Eva caminaban desnudos. Al ser expulsados del Paraíso tuvieron que vestirse, como concesión a su vergüenza, pero con la Nueva alianza de Jesús, debemos ir todos otra vez desnudos, porque ésos eran claramente los planes de Dios para la humanidad.

Ya podemos prepararnos para que una secta nudista formule este argumento.


¿Dónde está la falacia? De nuevo en lo que los matemáticos llaman “Teorema del Segundo Óptimo”: lo que es el primer óptimo, cuando se cumplen todas las condiciones ideales, ya no lo es, cuando algunas condiciones no pueden cumplirse. Como dice el refrán: “Lo mejor es enemigo de lo bueno”.

En un mundo fuera del Paraíso, ya no podemos andar desnudos, no sólo por rezones sexuales, sino porque no podríamos realizar muchos trabajos (industria, minas…). Incluso, en una playa nudista, las mujeres corren el riesgo de coger infecciones genitales y los hombres podrían sufrir heridas genitales, por ejemplo, al practicar el surfing.

Todos estos inconvenientes no existían en el Paraíso.

Los fundamentalistas son los que tratan de hacer cumplir es situaciones no ideales lo que sería lo mejor en situaciones ideales: en el Paraíso no había dinero, luego hay que prohibir el dinero. En el Paraíso no hay propiedad privada, luego hay que imponer el comunismo y así sucesivamente.

El fundamentalismo u olvidar que las recetas ideales ya no tienen sentido cuando no estamos en un mundo perfecto, lleva a todo tipo de disparates. Es curioso que critiquemos el fundamentalismo en todos los aspectos de la vida, pero que en el tema de la poligamia se argumente así: como en el paraíso no existía la poligamia, hay que prohibirla en todas las situaciones posibles.

4.Interpretaciones dudosas de paradigmas

El principal argumento contra la poligamia parece ser el que estaba contra los planes originales de Dios, ya que dio a Adán solo una mujer. Sólo, después de la caída Dios lo toleró “durante un tiempo” (¿Por qué sólo durante un tiempo? ¿Hemos vuelto al Paraíso?)


La primera incongruencia es el que los católicos –que presentan al celibato como un ideal- se sientan a gusto con el argumento de que sólo es admisible la monogamia, “porque Dios quiso establecer que el supuesto ejemplo de Adán es obligatorio en la Nueva Alianza de Jesús, ya que eran los planes originales de Dios”. Si se excluye a la poligamia por ello, también habría que excluir al celibato, porque Dios dice claramente “No es bueno que el hombre esté solo”. Si el Paraíso no ha vuelto con Jesús para dejarle un sitio al celibato, por tanto esto se aplica con mayor fuerza a la poligamia, porque aunque Dios sólo crea a una mujer, Eva, no dice “No es bueno que el hombre tenga la compañía de dos mujeres”. Algo tienen que haber cambiado después del Paraíso, si se puede uno saltar los planes originales de Dios y el celibato VOLUNTARIO se ha convertido en una especie de ideal.

Ya he dicho que este argumento fundamentalista se podría aplicar a innumerables aspectos de la vida (nudismo, incesto, dinero, comunismo, policía, prisiones, ejércitos……), con el resultado de provocar un caos total, pero, antes de todo, quiero manifestar mi duda de que el paradigma de Adán y Eva se refiriese a la monogamia, sino más bien al monogenismo (todos los hombres descienden de una pareja, o sea, que tienen un origen común).

Dudo seriamente que el matrimonio de Adán fuese un ejemplo para todos los matrimonios del futuro, porque es un matrimonio incestuoso –quizá nada malo en la situación del Paraíso- y da lugar a una familia incestuosa. Lo maravilloso del sexo y matrimonio es que se encuentra uno con un extraño y por medio del sexo y del matrimonio, este extraño se convierte en “tu carne”, como dice la Biblia. Si uno obtiene una mujer de su costilla –los genes propios, o sea, la hermana gemela- no hay necesidad de hacerla “tu carne”, porque ya lo era. Si además los hijos se casan con sus hermanas, toda la familia es un puro incesto. No parece fácil que Dios quisiese poner esto como ejemplo. O sea que: o bien Adán eran “los hombres” y Eva “las mujeres” de una tribu (y se está diciendo que “los hombres se casaron con las mujeres, haciéndose una sola carne” sin especificar cuántos con cuántas), o el ejemplo es simplemente una lección de que “todos los hombres tienen el mismo origen” y no el ejemplo de lo que deberían ser los matrimonios en el futuro.

Dicho con más detalle:

En mi opinión, Dios quería dejar claro que TODOS los seres humanos tienen un origen común y nada más, porque:

a.(Especialmente, después de saber que los seres humanos son el resultado de la evolución –diseño inteligente, si se quiere- y no fueron creados directamente) lo que tiene que haber evolucionado es una tribu de pre-humanos y no un individuo que se casó son su propia costilla (¿Qué sentido tiene la costilla de Adán, si no es decir que todos tenemos absolutamente el mismo origen?).
Por ello, Adán, quiere decir “hombres” y Eva, “mujeres”, sin especificar cuántos hombres se casaron con cuántas mujeres. Y ello, especialmente, porque si dice que Adán se casó, por ejemplo, con dos mujeres, estaba poniendo un ejemplo imposible para el 90% de los hombres, porque normalmente no hay tantas mujeres, aparte de que estamos suponiendo sin fundamento que Dios quería que siempre todos los hombres se casasen de la misma forma.

b. Ahora, imaginemos que Adán y Eva eran realmente un hombre y una mujer y que Dios quería sentar un paradigma para todos y cada uno de los matrimonies futuros. No lo veo probable, porque ello hubiese querido decir que Dios quería que todos los matrimonios del futuro fuesen incestuosos y que los no incestuosos eran un pecado.

c. Si dios hubiese querido establecer un patrón OBLIGATORIO para el matrimonio, hubiese creado DOS parejas monógamas, para que los hijos de una pareja se hubiesen casado con las hijas de la otra……..PERO entonces se habría roto el monogenismo u origen común de toda la humanidad.


d. ¿Por qué suponemos que Dios quería que TODOS de los matrimonios fuesen monógamos y no que LA MAYOR PARTE de ellos fuesen monógamos y una minoría polígamos (de hecho, eso es lo que significa la poligamia, porque el ratio mujeres/hombres no permite otra cosa y, si Dios ha creado al hombre, es Él el que le ha dado ese ratio, que obliga, en general, a un 10% de las mujeres a casarse en poligamia)?. Si hubiese querido subrayar que TODOS los matrimonies fuesen monógamos, hubiese creado 100 parejas monógamas (eliminando de esta forma el riesgo de incesto). Ahí se ve lo insensatez de decir que si la poligamia hubiese estado en los planes de Dios, le habría dado DOS mujeres a Adán. En este caso, alguien hubiese deducido que Dios quería que TODOS los hombres tuviesen dos mujeres y que la monogamia –o la trigamia- sería un pecado. Si la cosa va de aplicar al pie de la letra lo que sucedió en la creación, Dios hubiese dicho: “No es bueno que el hombre esté solo, pero un 10% de las mujeres deben estar solas, porque la poligamia no me gusta”

e. Si Adán y Eva eran un hombre y una mujer, se podría explicar el incesto de su familia de dos formas: O bien el incesto no era malo en el Paraíso –los genes no degeneraban-, pero sí lo es fuera del Paraíso y, entonces se puede contestar que, por las mismas, la poligamia sería mala en el paraíso, pero buena después, cuando otros problemas la hacen necesaria (por ejemplo, lo de que no es bueno que un 10% de las mujeres se vean OBLIGADAS a estar solas). O bien Dios consintió el incesto de los hijos de Adán –malo en principio- porque pensaba que era un mal menor que había que admitir para que la humanidad tuviese un origen común. Pero entonces esto se aplica también ala poligamia, si es que es mala en principio: debe admitirse para evitar males mayores: prostitución, la soledad forzosa de millones de mujeres, fomentar la fusión de razas y clases sociales, evitar las madres solteras y los hijos sin padre, la pobreza de las viudas, etc.

Y finalmente, si la poligamia no estaba en los planes de Dios y la admitió solamente “por un tiempo”, ¿Por qué Jesús no dijo una palabra de ella, citando a Adán y Eva, igual que los citó para cancelar la prohibición del repudio y diciendo que el matrimonio era indisoluble? Jesús no era nada de tímido ni olvidadizo.

Otro símbolo sacado de quicio es que la poligamia es mala, porque en el matromonio “se hacen los dos una carne” y no “los tres” y/o no se puede hacer uno “una carne” con más de una persona. Lo de “hacerse una carne los tres” hubiese sido una frase muy tonta si figurase en la Escritura, porque, vamos a decirlo así de claro, físicamente no se hacen una carne más que dos, luego el hombre con la siguiente, si así sucede, pero siempre de dos en dos.

Lo de que no se puede hacer uno una carne con más de una persona dar por demostrado lo que se quiere demostrar. ¿Por qué no? Especialmente si nos fijamos que la Biblia habla varias veces de hacerse una carne refiriéndose a crear un parentesco o entrar en una familia (con lo que quiere decir que el que uno se hagan una carne con su mujer es que ha pasado a ser de su familia, por lo que nos e la puede repudiar, como no se puede abandonar a un hijo o a un padre). De forma que este argumento o es una simpleza (el coito es siempre de dos en dos) o una mala traducción. De paso señalaremos que San Pablo dice que “fornicar con una prostituta” es un pecado contra el propio cuerpo, porque “se hace uno una carne con ella”. Por lo tanto, no se puede hacer uno una carne de tres en tres, pero también, si se realiza el coito –sucesivamente- con varias mujeres, se hace uno una carne con todas ellas. Y está claro donde está el pecado: si se realiza el coito con una prostituta con la intención de tenerla como mujer para toda la vida, eso ya no es fornicación, sino amor y matrimonio, es decir, una cosa maravillosa en lugar de un pecado. El pecado reside en que se ha hecho uno una carne con una persona sin ninguna intención de seguir por ese maravilloso camino que uno ha empezado en vano.

5. Argumentos Circulares

Otros argumentos son “circulares”, por ejemplo: “En la Nueva Alianza de Jesús”, se exige estándares más altos y por eso se prohíbe la poligamia.


Por supuesto, si la poligamia sea algo malo, el suprimirla aumenta los estándares, pero primero hay que probar que sea algo malo y, después de ello, ya no hace falta decir que se eleve los estándares. Si no es nada malo, ¿Por qué se eleva los estándares al prohibir la poligamia?

“Es mala, porque es el resultado de la lujuria. ¿De verdad?. Entonces la monogamia también es mala, porque es el resultado de la lujuria.

“No, porque se casa uno por amor”. Y también se casa uno con más de una mujer por amor. ¿Iría Vd. a Arabia Saudí para divertirse? No, para divertirse se va uno a un país monógamo, donde encuentra uno millones de mujeres para pasarlo bien, precisamente porque no se pueden casar, debido a la monogamia (Justamente eso dijo San Pablo: “Que el que esté abrasado de pasión y las viudas si no pueden refrenarse, se casen, porque mejor es casarse que abrasarse” ¿No sabía San Pablo aritmética e ignoraba que, especialmente en su tiempo, sin poligamia las viudas no se iban a poder casar? Porque mientras recomienda casarse a todo el que no puede contenerse, no dice en ningún momento: “Viudas, si no hay hombres suficientes, abrasaos mejor que casaros en poligamia”). Recuerdo a un joven sirio diciendo: “En mi país no te puedes divertir, como en Occidente, porque todas las mujeres lo que quieren es casarse”. Ergo, para fomentar la lujuria, prohíbase la poligamia.

Y por cierto que la poligamia eleva varios estándares: solidaridad entre mujeres, superación de los cellos, convertir a una criada en esposa, dar una nueva familia a una viuda, suprimir la prostitución, acabar con las madres solteras, acabar con el sexo a salto de mata, acabar con los engaños, redistribuir la riqueza en las herencias entre más mujeres e hijos…..

7. Curiosas Incongruencias

Como hemos visto, los argumentos contra la poligamia se basan en que es algo “imperfecto”, que no existía en el Paraíso y que Jesús suprimió (nadie sabe si en el Evangelio o dónde).

Pero sigamos esta línea de pensamiento: en la Nueva Alianza de Jesús se puede vivir con una mujer y una criada, que se ocupe de los niños y añadir al hogar otras mujeres como sirvientas. Durante XIX siglos nadie objetó que se tuviese, además, mujeres como esclavas.

Pero si alguien quisiese convertir a la sirvienta o a la esclava en una segunda esposa –esto era incluso una obligación en la Ley de Moisés, ya que, tras un cierto tiempo, el amo tenía que casarse con la esclava o liberarla-, esto no lo permite Jesús, porque hay que restaurar “la monogamia original del Paraíso”.

¡Qué curioso! ¿Había sirvientas o esclavas en el Paraíso? ¿A diferencia de la poligamia, estaba esto en los “planes de Dios”? ¿Hay que restablecer solo el paraíso suprimiendo la poligamia, pero no suprimiendo la esclavitud o las criadas?

O sea que poligamia no, pero esclavitud o criadas sí. De forma que Jesús estaba en contra de la poligamia, que favorece a los pobres, pero a favor de las esclavas y criadas, lo que favorece a los ricos. Jesús no quería que criadas y esclavas se convirtiesen en esposas, ni que se dividiese la herencia de los ricos entre varias esposas y sus hijos. Desde luego todo esto no encaja muy bien con el Jesús del Evangelio, al que vemos condenando a los ricos y defendiendo a los pobres.

Es magnífico: hay que volver a los estándares del Paraíso prohibiendo la poligamia, pero NO prohibiendo la esclavitud y las criadas (con lo que llegamos a unos estándares más bajos que los del Antiguo Testamente, como hemos visto). ¡¡¡Qué “paraíso” más conveniente para los ricos!!! Tan conveniente, que este “Nuevo Paraíso” sin poligamia, pero con esclavas, sirvientes y niñeras, recuerda demasiado a lo que había venido siendo el paraíso greco-romano-indoeuropeo, desde 2.000 años antes de Cristo y empeora la esclavitud del Antiguo Testamento hasta bajarla al estándar greco-romano.

Si alguien objeta que el matrimonio es un sacramento, con solo una esposa como condición prefijada -¿Dónde dice eso el Evangelio?-, la respuesta es clara: el mismo Jesús rompió el sagrado Sabbath a propósito, diciendo: “Se hizo el Sabbath para el hombre y no el hombre para el Sabbath”. Es decir: no se tome a las cosas sagradas como excusa para hacer daño a la gente (dejar a millones de mujeres sin marido, familia e hijos; mantenerlas como criadas y no poder hacerlas esposas): el matrimonio se hizo para el hombre y no el hombre para el matrimonio.

La conclusión final es que se nos quiere ocultar lo que ocurrió: no es la Escritura ni Jesús los que prohíben la poligamia, sino los indoeuropeos 2.000 años antes de Jesús. Las iglesias se vieron obligadas a aceptarlo, igual que les ocurrió a los mormones en el siglo XIX. Y cuando vieron que o la prohibían también ellos o no los aceptaba la sociedad (romana en un caso, norteamericana en otro), se agarraron a argumentos evanescentes, que no resisten el menor análisis.

Pero el error más esencial es que –a diferencia de lo que ocurre en otros temas- cuando se habla de poligamia, se olvida cuál es la gran diferencia entre el Cristianismo y todas las otras religiones –excepto el budismo-: es una religión de ética y no de mandamientos : no comer esto, no casarse de esta forma, etc. Jesús venera el Sabbath, pero lo quebranta a propósito para enseñarnos que “Se hizo el Sabbath para el hombre y no el hombre para el Sabbath”-. Por ello, no tiene sentido –sentido cristiano- preguntar si la poligamia está bien o mal en abstracto. Es como todo lo demás: está bien cuando ayuda a los seres humanos y mal cuando les hace daño.

El Cristianismo, a diferencia de las demás religiones, se ha estado liberando de todos los mandamientos concretos y solo así se puede adaptar a todos los tiempos y culturas, cosa que no han podido hacer las demás religiones (que están llenas de prohibiciones culturales, por ejemplo, en la comida). Sólo en el terreno del sexo y del matrimonio el Cristianismo sigue hoy atada al mundo greco-romano-indoeuropeo, y ésta es la razón por la que no ha sido aceptado por las demás culturas, ni tampoco por las clases inferiores de la cultura europea (que son las que sufren más por la prohibición de la poligamia), de forma que estas clases inferiores se han alejado del Cristianismo, atraídas por las ideologías ateas y comunistas. Y vamos a decir algo más: repetidas veces ha ocurrido en la historia el que, al no ser aceptado el Cristianismo por rechazar la poligamia, otras culturas no han podido ser cristianizadas, lo que ha provocado que, con la aprobación o el consentimiento de las iglesias, Occidente haya intentado cristianizarlas por medio de la guerra. Buena parte del genocidio de los indios en América se ha debido a eso. De esta forma, la prohibición de la poligamia ha ocasionado guerras, matanzas y genocidios, no sólo por haber suprimido su efecto integrador entre pueblos, sino también por el intento de las iglesias de suprimir violentamente otras culturas que no se dejaban imponer la prohibición de la poligamia.
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