María-Dios ¿El último dogma?

Me escribe Crispa (María Cristina Spat…) del Paraguay, que ha venido entrando con cierta frecuencia en el blog. Me dice:

«Este material es producto de mis meditaciones... ¡de años!, que ahora he tratado de condensar en este escrito, humilde y sin fundamentos de instrucción formal en documentos o Escrituras Sagradas. Y con la inspiración y aliento de la participación en el blog a su cargo. Diríamos que hago una suerte de estudios teológicos 'empíricos', que en guaraní (nuestra segunda lengua) se dice 'chae'».

Gracias Crispa. Voy a presentar tu trabajo, dejando que los lectores lo valoren. Yo he desarrollado el tema en varias ocasiones, desde una perspectiva distinta a la tuya, dialogando en especial con H. Urs von Balthasar y con Leonardo Boff. Ofrezco un amplio resumen de posturas en mi Enquiridion Trinitatis (Secretariado Trinitario, Salamanca 2005), donde los lectores podrán encontrar argumentos de diverso tipo para valorar las relaciones de María con Dios (y en especial con el Espíritu Santo) en los últimos decenios. El tema está relacionado con muchas experiencias y doctrinas:

La veneración mariana (parte del pueblo la mira como divina)
El dogma de la Theotokos o Madre de Dios
El carácter divino de lo femenino y lo materno (María como hipóstasis femenina de lo divino)
La apertura de la Trinidad a un tipo de Cuaternidad

Personalmente, creo que el tema es muycomplejo y que las formulaciones de Crispa deben quizá matizarse, de manera que al lado de un tipo de “divinizacion” de María tenemos que salvaguardar la trascendencia del único Dios (con el judaísmo) y la mediación especial de Jesús… Me parece bien que María quede asumida en el misterio divino del Espíritu Santo. Pero, en un primer momento, prefiero mantener la confesión (la diferencia) trinitaria, como principio hermenéutico y norma orante de la Iglesia... De todas maneras, en otro plano, concibo la Trinidad de una forma abierta, de manera que el Dios Espíritu Santo se abre y se expande en un tipo de divinización de los creyentes y en especial de María (según la tradición católica)

Por eso, a pesar de mis reservas, quiero publicar y publico gozosamente en mi blog este trabajo de Crispa, para que los lectores puedan valorarlo, preparando con María la fiesta de la Navidad. Gracias, Crispa, todo lo que sigue es tuyo.

Última cena

El lavatorio de los pies a los invitados a la última cena
“El enviado no es más que el que lo envía”
Juan 13, 2-17

En esa última cena, la que hoy celebramos diariamente como Eucaristía, según la versión de Juan, Jesús, en medio de la cena, se saca el manto, se hace de toalla y recipiente de agua y les lava los pies a todos los discípulos presentes.
Pedro se resiste… si no lo haces, no eres mi discípulo… le responde el Maestro.
Dice Jesús, que basta con el lavado de los pies, pues todos ya están bañados (en la Buena Nueva), pero recalca: ‘no todos están limpios’ (lo que no quita el gesto de lavarle los pies a Judas Iscariote).

“…Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros…”
“… les he dado el ejemplo… Porque en verdad les digo: El esclavo no es más que su amo y el que es enviado no es más que el que lo envía. Ahora que ustedes saben esto, serán felices si lo ponen en práctica…”

Dice la exégesis del comentario:

…Este acto nos recuerda… la Penitencia (el Sacramento)… En adelante los apóstoles harán lo que hizo su Señor una primera vez (en el Bautismo), pues él los envía en su nombre para esto. Pero no actuarán como jerarcas o jueces que conceden el perdón a culpables; ellos serán los que darán el primer paso para purificar a quienes se acercan a la Cena del Señor…

¡Vaya!... en la misma exégesis, se recalca que ‘no actuarán como jerarcas’.

¡¿Desde cuándo dejaron de actuar como enviados ‘esclavos’ de su Señor y Maestro, para convertirse en jerarcas de la Iglesia…?!

¡¿Dónde está esa ‘felicidad’ que promete Jesús a los que repitan su gesto absolutamente increíble, por humillante, en sus compañeros ‘iguales’?!


El esclavo no es más que su amo
el que es enviado no es más que el que lo envía



Este pasaje ‘empalma’ perfectamente con la lectura ‘mariana’ de hoy:
Lucas 1, 26-38

“…dijo María: Yo soy la esclava del Señor; que haga en mí……”

Y María, la virgen, la desposada con el descendiente de David, la que no tuvo relación…

María es la esclava
María es la enviada y elegida para ser el vientre de la Encarnación del Mesías.
María no es más que su ‘esposo’ de Encarnación
María no es más que su ‘hijo’ de encarnación
María se humilló en aceptar ser madre sin conocer varón, y para más un varón davídico, un buen ‘proyecto de matrimonio’, que ella echa por tierra al hacerse esclava del Señor (Padre e Hijo)… Diríamos como se dice hoy: ‘queda for export la paternidad davídica de José’

María es igual a su Señor

MARÍA NO ES MÁS QUE QUIEN LA ELIGE Y LA FAVORECE.
PERO, MARÍA, TAMPOCO ES ‘MENOS’ QUE QUIEN LA ELIGE
POR TANTO, PODEMOS DECIR, QUE:
MARÍA ES ‘IGUAL’ A SU SEÑOR ESPOSO (DIOS PADRE) Y
MARÍA ES ‘IGUAL’ A SU SEÑOR HIJO DE DIOS (JESÚS EL ENCARNADO EN SU VIENTRE VIRGINAL)

No quiero que se entienda un marianismo devocionario:
María es Dios, al igual que Dios Padre y al igual que el Hijo de Dios, Jesús
Y no sólo lo es por la ‘elección’ que hiciera Dios de Ella, sino, porque María acepta y ‘pone en práctica la Palabra de Dios’ hasta las últimas consecuencias; y es por eso su felicidad, y no porque haya tenido al Cristo en su seno y lo haya amamantado.

Divinidad de María

Esa `percepción’ de la divinidad de María, es por la que, a través de los siglos, los cristianos han ido buscándole atributos que la hicieran divinidad. Quizá de ahí provienen los evangelios apócrifos referentes a María y su concepción ‘virginal’ en su madre Ana (dogma de la Inmaculada Concepción de María).
Dogma éste, que tiene mucha más difusión y devoción que la fijada para ‘la Inmaculada Concepción de Jesús’ (25 de marzo).

Quizá de ahí provienen los Autos de Elche, referentes a la Asunción de María a los Cielos, aunque el ‘dogma de la Asunción’, se haya tardado casi dos milenios.
De ahí provienen todos los adjetivos fastuosos que se le aplican, y que no he de citar aquí.

Esa ‘amistad’ de María con su Señor (Yahvé) la pone en un mismo plano de igualdad con Dios.
Esa igualdad o semejanza que una vez tuviera Eva, la de Adán, y que se perdió en el trajín de la búsqueda de realidades más terrenales.

Divinidad de María, mujer imagen de Dios

Pero, como somos duros en el patriarcado, a la usanza judía, la divinidad de María, mujer imagen de Dios, es que tenemos que pasar dos milenios, para empezar a planteárnoslo.
Aunque ya en el siglo XIII, San Ignacio de Loyola, el fundador de la ‘Compañía de Jesús’, en sus Ejercicios Espirituales, ubica a María en el lugar, que nosotros, dogmatizados en extremo, ubicamos al Espíritu Santo.
Y no es que quiera quitarle mérito al Espíritu Santo, como se interpreta ‘católicamente’: miembro de la ‘Familia divina’.

Se dice que Dios es FAMILIA
Dios Padre
Dios Hijo
Dios Espíritu Santo

¡¿Qué pasa con María?!
¿Por qué se le quita su parte o participación en esa FAMILIA?

Sin María, no hubiese sido posible el Dios Hijo en la tierra, el Dios Hijo Encarnado.

España y María-Dios

He leído alguna vez, que en España, hay una celebración del Espíritu Santo, que lo refiere a María, o por lo menos al género femenino. Lastimosamente, en este momento no recuerdo la advocación.

Es también notable, la vinculación de España con la veneración de María, o veneración mariana… ¿quizá por eso el apóstol Pablo, pretendió visitarla? Pues, no debemos olvidar, que el evangelista que ha resaltado la figura de María, ha sido Lucas, el discípulo más sobresaliente de Pablo.
¿Será que Pablo, el apóstol y papa por antonomasia de su gestión evangelizadora, y de su visión ‘apocalíptica’, discernió (vislumbró en éxtasis revelador) que de España saldría el CONCEPTO (FE) DE MARÍA DIOS?

Asunción del Paraguay y María Dios

De cualquier manera, aquí, en la Asunción del Paraguay, hemos mantenido la fe de los conquistadores y fundadores. Una fe fundada en tradiciones y conciencia colectiva con origen en Elche, de que María fue Asunta a los Cielos. Se mantuvo la fe y la acción histórica terrenal, porque la ciudad de Asunción es considerada ‘Madre de Ciudades’, pues fue el centro, desde donde partieron las expediciones de conquista y fundación de decenas de ciudades ‘cristianas y católicas’.

Y sin embargo, el ‘dogma’, es tan reciente: 1950, por el papa Pío XII, del que se dice que tenía ‘visiones de giros de la Tierra’, y que también se dice que no hizo ‘todo lo necesario’ para ‘oponerse al máximo genocidio de la descendencia de Jacob’: el extermino nazi. Y que hoy en día, se cuestiona seriamente la pretensión de ‘elevarlo a los altares de la santidad católica’.

Lo que quiero resaltar es la ‘acción’ de Dios en su pueblo, que permite que se tenga una conciencia de una realidad superior, y que esa conciencia se manifieste en tradiciones y prácticas y devociones, que son tan extensas, que terminan por llamar la atención de los jerarcas vaticanos, y hacer lo que ellos tenían que hacer: ‘REVELAR LOS MISTERIOS (o voluntad) DE DIOS’; expresados convenientemente en los documentos conciliares o dogmas papales. En definitiva, el pueblo creyente, y humilde, ve más que los jerarcas, por la Gracia que se derrama en ellos (el pueblo)


María Dios y el milenio de María


No se sabe cronológicamente la fecha de la muerte (dormición) de María, y su correspondiente Ascensión a los Cielos, pero nos estaríamos acercando a la fecha de memoración, que cumpliría 2000 años en éste tercer milenio.

¿Será que para esas fechas, la jerarquía eclesiástica o papal, dejará de ser ‘cúpula’ (cabeza visible) de la Iglesia y volverá a ser ‘cimiento’, como se lo tenía mandado Nuestro Señor Jesucristo?
¿Será que para esas fechas, tan solemnes, se reconocerá definitivamente la identidad divina de María?... y por ende, de la Mujer, de esa que habla el Apocalipsis, en su capítulo 12 y que se titula: ‘El porvenir de la Iglesia’

Pero, quizá antes, porque corresponde cronológicamente, tengamos que memorar los 2000 años de la Resurrección y Ascensión de Jesucristo… Quizá entonces, luego de dos milenios, se nos abran la mente y el corazón, para entender las Escrituras y los Hechos y Signos de Redención.
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