(Pablo 12). Mientras espera y sufre en Atenas.

En los dos días anteriores he presentado 1 Tes, desde la perspectiva del mensaje y esperanza de Pablo. Hoy y mañana quiero hace un paréntesis y hablar de Atenas. Tenemos dos versiones de lo sucedido en Atenas. la de Pablo, que sólo acentúa el silencio y la soledad, el dolor y el gozo de su estancia en la ciudad, sin referirse a su cultura.

Curiosamente, está en Atenas, pero sólo se preocupa de Tesalónica. Es como si Atenas en sí no le importara. Pues bien, la versión de Lucas ha introducido en ese contexto (en la estancia de Pablo a Atenas) una de las escenas más importantes del Nuevo Testamento y de la historia de la cultura de occidente: el Discurso de Areópago. Hoy trataré del contexto. Mañana del discurso estrictamente dicho. Éste es uno de los momentos centrales de la cultura de occidente: el Evangelio y Grecia van a encontrarse (separarse y unirse) en un proceso que aún (año 2009) no ha culminado.

Tema

Todo parece sencillo y comprensible, un episodio normal de la misión cristiana que había comenzado en Jerusalén y debía culminar en Roma (conforme al esquema general del libro de los Hechos). En medio queda Atenas, capital de la cultura, donde Lucas hace que Pablo exponga abiertamente su mensaje, ante los grandes filósofos de Grecia, como portador de la misión universal cristiana, que se abre a los extremos de la tierra, adaptando su discurso a cada situación y circunstancia. Atenas representa la cultura griega, relacionada con el mundo bíblico desde tiempos más antiguos, tal como muestra la fecunda labor exegética y filosófica que se ha ido desarrollando desde el siglo IV a. de C. en Alejandría.

En otro tiempo había sido Atenas la que quiso conquistar Jerusalén, tal como lo expresan de una forma intensa, dramática, los libros de los Macabeos. Ahora vienen los predicadores mesiánicos de Jerusalén, en nombre del Cristo Jesús para ofrecer en Atenas su visión de de Dios y de la realidad. En nombre de ellos habla Pablo, en una historia que podemos datar hacia el 50 a.C., cuando Pabla pasa por Atenas para establecerse en Corinto, desde donde probablemente escribe la carta. La versión de es posterior y la escribe hacia el año 95/100 c.C.

Esperar y sufrir en Atenas por lo que ha pasado en Tesalónica Versión de Pablo

Voy a presentar el hecho desde 1 Cor. Pablo ha estado hace poco tiempo en Tesalónica y recuerda no sólo su misión, sino lo que ha pasado después. Los cristianos de Tesalónica han sido perseguidos, como dije ayer

14 Porque vosotros, hermanos, llegasteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues también vosotros habéis padecido las mismas cosas de vuestros propios compatriotas, como ellos de los judíos. 15 Éstos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas; a nosotros nos han perseguido; no agradan a Dios y se oponen a todos los hombres, 16 prohibiéndonos hablar a los gentiles a fin de que sean salvos. Así colman siempre la medida de sus pecados. ¡Pero la ira de Dios viene sobre ellos hasta el extremo! (1 Tes 2, 14-16)


Mi amigo Ariel Álvarez me escribe recordando que estas palabras deben situarse quizá en el contexto de las dificultades que la misión cristiana acaba de encontrar en Roma, donde un año antes (el 49 d.C.) el emperador Claudio ha expulsado a los judíos por los “disturbios” sucedidos en torno a un tal Cresto (Cristo). Algunos judíos de Roma se han opuesto a los cristianos, lo mismo que ha pasado en Tesalónica. Pues bien, Pablo sigue diciendo, que ha querido ir a Tesalónica, apero que no ha podido (Satanás se lo ha impedido); por eso ha tenido que quedar sólo y triste en Atenas:


18 Por eso quisimos ir a vosotros (yo Pablo, una y otra vez), pero Satanás nos lo impidió. 19 Porque, ¿cuál es nuestra esperanza, gozo o corona de orgullo delante del Señor Jesucristo en su venida? ¿Acaso no lo sois vosotros? 20 En efecto, vosotros sois nuestra gloria y gozo. 3:1 Por lo cual, como no pudimos soportarlo más, nos pareció bien quedarnos solos en Atenas, 2 y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para afirmaros y animaros en vuestra fe; 3 para que nadie sea turbado en medio de estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que hemos sido puestos para esto.
4 Porque cuando aún estábamos con vosotros, os predecíamos que habríamos de sufrir tribulaciones. Y así ha acontecido, como bien lo sabéis. 5 Por esta razón, como yo tampoco pude soportarlo más, le envié para informarme de vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador y que nuestro gran esfuerzo haya sido en vano (1 Tes 2, 18-3, 5).


No sabemos la razón por la que él (Pablo) no puede ir… y en cambio puede enviar a Timoteo. Algo ha pasado en Atenas: ¿le persiguen a él de un modo especial? ¿se encuentra bajo algún peligro). Pablo ha querido hacer el viaje de Atenas a Tesalónica (algo más de 500 klm), en 15 días de marcha rápida o en un día o dos de navegación… Pero no ha podido…Sin embargo, ha podido enviar a Timoteo. Después de unas semana, Timoteo vuelve con buenas noticas…

6 Pero ahora Timoteo ha vuelto de vosotros a nosotros y nos ha dado buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de que siempre tenéis buenos recuerdos de nosotros, deseando vernos, tal como nosotros también a vosotros (1 Tes 3, 6).


No sabemos dónde vuelve Timoteo. ¿Sigue Pablo en Atenas? Da la impresión de que no. Da la impresión de que para cuando Timoteo vuelve de Tesalónica Pablo se encuentra ya en Corinto, que está cerca de Atenas.

Versión de Lucas. Un escenario para el gran discurso.

Es un poco distinta. Supone que la persecución en Tesalónica (o en Berea, que está cerca) ha comenzado ya cuando estaba allí Pablo, que ha tenido que huir… Él se va sólo y deja en Tesalónica a Silvano (Silas) y a Timoteo, y queda sólo en Atenas, esperándoles. Ésta es la diferencia: En su carta, Pablo dice que envió a Timoteo a Tesalónica desde Atenas. Lucas, en cambio, afirma que Timoteo quedó un tiempo más en Tesalónica, quizá dando los últimos toques a la misión cristiana. Mientras tanto, Pablo llega a solas a Atenas donde tiene que esperar… Y en medio de la espera sucede el gran encuentro con la cultura griega.. Esto es lo que cuenta. Veamos el texto.


13 Pero cuando supieron los judíos de Tesalónica que la palabra de Dios era anunciada por Pablo también en Berea, fueron allá para incitar y perturbar a las multitudes. 14 Entonces los hermanos hicieron salir inmediatamente a Pablo para que se fuese hasta el mar, mientras Silas y Timoteo se quedaron allí.
15 Los que conducían a Pablo le llevaron hasta Atenas; y después de recibir órdenes para Silas y Timoteo de que fuesen a reunirse con él lo más pronto posible, partieron de regreso.

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía dentro de él al ver que la ciudad estaba entregada a la idolatría.
17 Por lo tanto, discutía en la sinagoga con los judíos y los piadosos, y todos los días en la plaza mayor, con los que concurrían allí.Mientras Pablo les esperaba en Atenas se consumía su espíritu dentro de sí, viendo la ciudad llena de ídolos. Así pues dialogaba en la sinagoga con los judíos y adoradores y en el ágora con los que solían ir por allí todos los día. Y, por su parte, algunos filósofos epícureos y estóicos establaban relación con él.
Algunos preguntaban: ¿qué querrá decir este charlatán? (spermologos). Pero otros (añadían): parece ser anunciador de divinidades extranjeras (porque evangelizaba sobre Jesús y la resurrección). Entonces lo agarraron y lo llevaron al Areópago, diciendo: ¿podemos saber qué es esta nueva doctrina de que hablas? Pues nos haces oír cosas extrañas y queremos saber lo que ellas significan. (Es que todos los atenienses y los extranjeros que allí residen no se dedican a otra cosa si no a decir y escuchar la última novedad). Pablo, estando en pié en medio del Areópago, dijo: (Hch 17, 13-22a)



a. Impaciencia de Pablo (17,16-17).
Ésta es la introducción de Lucas al gran discurso de Atenas. Sabemos por el mismo Pablo que él estuvo en Atenas, pero no tenemos constancia de que pronunciara ningún discurso como éste. Lo único cierto es que Pablo no quiso establecerse en Atenas o no pudo, sino que se estableció por un largo tiempo (casi dos años y después más, con idas y venidas) en Corinto, ciudad con puerto, de vida mezclada… No se estableció en Atenas, no fundó allí ninguna escuela filosófica, como habrían hecho otros. ¿Por qué fracasó en su intento? ¿Porque su manera de misionar era distinta? Pero sigamos la lógica del texto, muy bien escrito por Lucas, desde su propia perspectiva (más de cuarenta años después que sucedieron los hechos).

Lucas sitúa cuidadosamente el discurso, colocándolo en la parte central de la misión de Pablo. Sigue así la técnica de los historiadores helenistas que apenas comentan la acción, pero introducen un discurso en los lugares apropiados.

Pablo está sólo y cercano al paroxismo (parôxyneto) viendo la abundancia de ídolos de la ciudad (kateidôlon). La sabiduría de este mundo, condensada en la ciudad de la cultura (Atenas), le parece necedad. No hay salvación por el conocimiento: no existe una ciencia que venza a los ídolos; quedamos siempre en manos de aquello que nosotros mismos inventamos. Sobre ese fondo expone Pablo su palabra, dialogando en dos lugares que conoce. Como judío puede entrar en la sinagoga para hablar a sus connacionales y a los sebomenoi o adoradores que, sin hacerse prosélitos estrictos, toman ciertos rasgos de la religión judía: monoteísmo, austeridad moral etc. Como ser humano, dotado de palabra, puede hablar y habla en la plaza pública (en el ágora), no sólo los sábados y días de asamblea sino en cualquier ocasión, pues siempre hay gente dispuesta a conversar en el mercado de palabras curiosas de Atenas.

b) Curiosidad de los filósofos (17,18-20).
Habla en la plaza, lugar de paso y venta, y le encuentran los cazadores de palabras, que aparecen como partidarios de dos famosas escuelas: los epicúreos, más centrados en los valores estéticos del mundo; y los estóicos, abiertos a la unión sacral del cosmos, con su ética exigente. Ellos llaman a Pablo spermologos: alguien que siembra (vomita) palabras. Pero sienten curiosidad y le buscan pues anuncia cosas nuevas, nuevos dioses (que serían Jesús y Resurrección); ellos quieren conocer su anuncio. Una novedad es Jesús; otra la resurrección: ella define lo más propio de Jesús. Ellas centran el discurso que tendrá la virtud de dividir a los oyentes. Como buen narrador, Lucas ha sabido ponernos desde el principio en el lugar justo, ofreciéndonos la pista de todo lo que sigue.

c) Los atenienses: buscadores de novedades (17,21).
Este verso forma un paréntesis explicativo, como un aparte que utiliza el narrador para ayudar a sus lectores. Quizá algunos ignoran el “genio” del lugar. Quizá no le han dado importancia suficiente. Por eso, el mismo Lucas detiene un momento la trama narrativa y lo recuerda: todo lo que sigue ha de entenderse a partir de la actividad de los atenienses que suelen pasar el tiempo escuchando las últimas novedades (ti kainoteron). Así distingue la sabiduría (que buscan los griegos de 1Cor 1,22) y el afán de novedad (propio de estos atenienses). Estos oyentes no buscan la verdad sino la novedad; no se juntan ante Pablo para profundizar en su experiencia radical de Dios sino que “pasan de lado”, simplemente interesados en sus curiosidades.

d) Pablo en el Areópago (17,22a).

Antes hablaba en medio de la plaza (17,17), como Sócrates antaño. Pero los filósofos le llevan aparte al Areo-pago o Montaña (Pagus) de Ares (Marte), Sede superior de un famoso Tribunal ateniense. Es buen escenario: Pablo alza y toma la palabra en el lugar básico de la sabiduría pagana. La escena puede conservar un fondo histórico. Pero más que un posible dato del pasado el texto expone una actitud central del cristianismo: los discípulos del Cristo, habiendo surgido de un lugar estrecho (y conservando una Escritura peculiar, la BH), han decidido abrirse al mundo entero. Pablo se vuelve griego entre los griegos. Así toma la palabra y habla en el Areópago, anunciando el mensaje de Jesús en clave universal, sin referirse en modo alguno a la historia peculiar judía ni a sus leyes de tipo sacral, social o alimenticio. Mañana seguimos
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