VC 12. Clavado en tierra: La Cruz de la Troika, Nacimiento de Pascua

Nueva imagen del Via-Crucis de P. Esquivel. 11ª Estación. Clavado en la Cruz, sobre la la tierra, entre (por)los dos grandes "ladrones", que quieren destruirle para siempre, mientras se abre al fondo el "Huevo" (Nacimiento) de Pascua, que es la victoria de Dios sobre la muerte.

Éste es el signo de la gran Transformación Cristiana, centrada en el Jesús que muere en la cruz, dando la vida (haciendo que surja la vida), como seguirá viendo quien mire la imagen, quien lea la explicación, que no quiere resolver todos los problemas del mundo, sino ofrecer un camino de entendimiento, en medio (a través) de la muerte...

Le han desnudado, a los ojos de todos, le han quitado su dignidad. Ahora la clavan a la cruz, para explotarle, es decir, para chupar su sangre. Así está en el suelo, entre tres manchas de sangre... Es el hombre real, es la humanidad crucificada, los pueblos explotados, son los hombres y mujeres que sufren...

En esta imagen de Jesús crucificado ha visto Pablo, y han descrito los evangelios, todo el misterio de la muerte y de la vida, el "pecado original" (pecado real de la humanidad concreta) y el principio de la esperanza salvadora (el huevo de pascua que se abre, desde los pobres del munndo). Buen día a todos, buena "lectura" de la Cruz, con el VC de P. Esquivel, con el Evangelio.

Los que crucifican a Jesús:

‒ Los poderes que crucificaron a Jesús. No está Pilato, ni están Caifás y los sacerdotes, sino sus herederos, los nuevos poderes del mundo, que siguen crucificando a Jesús hasta el fin de los tiempos, como decían los Padre de la Iglesia. Éstos son los nuevos “ladrones”. Como sabía Pablo, a Jesús le han crucificado los “poderes cósmicos”. (Ésta es la sabiduría que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria: 1 Cor 2, 8);No sabían en realidad lo que hacían, pues al crucificarle se están condenando a sí mismos. Asesinan a Jesús, pero no pueden “matar a Dios”, no pueden destruir la Vida, como saben el Apocalipsis (Ap 12-14), se destruyen a sí mismos.

‒ A la izquierda están los altos edificios de los bancos… que se suceden sin fin en el horizonte… Son los tres poderes de la Trinidad Satánica, el Satán de este mundo del que hablaba Pablo y el Apocalipsis, BC, FMI, OMC: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio… Son los poderes reales de la Gran Mentira, de la Gran Manzana podrida del Falso Paraíso, la “Troika” vencedora del mundo, en contra de la Trinidad Cristiana (Troika es Trinidad…). Ya no hay Padre Dios, ni hay Hijo divino que ama, no hay Espíritu Santo.

Troika y Trinidad... Los poderes de la Troika convierten el trabajo y sufrimiento de los pobres del "sur" en oro para los ricos... como indica la parte superior de la imagen... Todo debe convertirse en oro, oro, oro. Pues bien, la imagen muestra que de esa forma se condenan a sí mismo, pues en la parte inferior del "huevo" de la vida está naciendo ya el Hijo Salvador. Pablo y sus discípulos (sobre todo en Colosenses u Efesios, afirmaron que al matar a Jesús los poderes de la Troika (podres cósmicos) se condenaron a sí mismos para siempre. Gal 3,13: “Cristo, empero nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose por nosotros maldición”… De esa manera destruyó la condena, el “jeirógrafo”, la gran ley con los “dogmas” monetarios y políticos que parecían sacrales, para abrirnos a la libertad (Col 2, 14)

‒ Al servicio de la Troika están los verdugos que clavan a Jesús en la cruz… Ya no son soldados. En un momento dado los militares desaparecen, quedan tres hombres, sólo tres, que son signo de totalidad, hombres normales, que podemos ser tú yo… clavando y clavando al condenado, para que no pueda levantarse, para que siga así por los siglos, dando su sangre para que se la chupen los parásitos del mundo… Estos tres son el mundo de los colaboradores, los que pasan de largo, los que se limitan a cumplir las órdenes… Crucifican a Jesús de mil maneras, pero no advierten que al hacerlo se destruyen a sí mismo. En un sentido “no saben lo que hacen”, como dice Jesús a su Padre, en el evangelio de Lucas (23, 34).

‒ A la derecha una torre por la cual trepan hombres con pesadas cargas. Son los bienes y recursos de los países pobres del Sur que son transferidos a los ricos del Norte. Esa es la gran Torre de Babel que ahora parece “eterna”, para siempre. Suben los pobres la carga, suben y suben, bajo las órdenes del capataz que allí arriba parece dominar la escena. La escena recuerda la suerte de los hebreos de Egipto, construyendo las torres del gran Imperio… Son los pobres que edifican la Gran Torre de un mundo que quiere fundar su seguridad en mísiles de guerra, en bancos y seguros (seguros y más seguros que se demuestran al fin carentes de valor).

De la cruz al útero, más alto nacimiento

‒ De las torres a la esfera…. A los lados están las dos torres: La de los Bancos y la de la Empresa (el trabajo) al servicio de la Seguridad… Pero en el centro está La Esfera del Mundo, que es el huevo de la vida, maduro ya para la esperanza, el gran Nacimiento Pascual. Fijaos en el Globo, en el Huevo, que se rompe en dos, para que pueda surgir la Vida. Es un huevo dividido, en norte y sur, en riqueza y pobreza: Jesús es crucificado en ¨cumplimiento de la ley¨. Así también el hemisferio sur muere día a día en cumplimiento de la ley decretada por los países del Norte… Un Norte que es en parte geográfico, pero que es sobre todo social. La deuda externa y las soluciones impuestas afectan en primer lugar a los pobres.



El mundo de los pobres, el sur del sur, continúa oprimido a lo largo del mundo, desde Chipre hasta el resto de los “cerdos” (pigs) de Europa, pero sobre todo en América, en África… Ése es el mundo de los crucificados, que gime y grita cada día, pidiendo la liberación de los hijos de Dios, la gran “huiothesía” como dicen Pablo en Rom 8. Éste es el momento del gran silencio: Los crucificados del mundo, sobre todo en el hemisferio sur, oprimidos por la Ley (dice Pablo) piden la filiación, es decir, el reconocimiento, la fraternidad…

‒ Un hombre y dos mujeres miran. El Discípulo Amado, Magdalena, la Madre de Jesús… Miran con compartir lo que pasan, miran con amor a Jesús crucificado. Miran la gran transformación, van descubriendo el “útero” del nuevo nacimiento. Ellos son los nuevos teólogos, los que comprenden (van comprendiendo en silencio estremecido) aquello que pasa…

‒ Los testigos miran el útero del centro, que es la gran bola rota del mundo…, que se abre como un cascarón que está pronto a romperse. Por la parte de arriba no hay nada, todo se ha borrado en el dinero y el poder. En la parte de abajo donde está América del Sur, donde están los pobres, puede nacer y está naciendo una nueva humanidad… un hombre que grita como crucificado, acompañando con su dolor al dolor de la mujer que ha dado a luz y lleva en brazos al niño. Allí está el niño, la nueva humanidad, que a pesar de todo va a nacer, va salir del útero malo de un mundo que quiere destruirle… Así lo dice Pablo en Gal 4, 4: “Cuando llegó la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley… y crucificado”. Así lo dice de nuevo Ap 12, 1-2: La mujer perseguida, que parecía devorada por el Dragón Rojo y su Troika dio a luz al Niño que va a regir…

‒ El niño que va a nacer (¡que en esta imagen ya ya nacido, y que está en manos de su madre1), superando la esclavitud de Egipto es Moisés, liberado de las aguas en Egipto, liberado de la muerte del Faraón (Ex 1-2), ese niño es Jesús a quien matan, pero que va a resucitar… Así lo sabe, así lo dijo, Ap 12, cuando habla de la mujer en dolores de parto…

El Gran Dragón Rojo de la Troika de su tiempo (primera Bestia, segunda Bestia, gran Prostituta) no lograrán vencer a la Mujer de la Vida, ni el Niño (Hijo de Dios), y así comenzará una vida nueva de libertad (Ap 13-14).
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