¿Qué es la mística? Díselo tú

J. M. Sarrionandia (JMS), la persona.
Todos los habituales de este blog le conocéis por sus observaciones cariñosas y profundas, precisando perfiles y abriendo preguntas. Él me manda una página preciosa sobre la mística entendida como luz oscura y me pide que se la “comente y la corrija”, si hace falta. Corregirla no puedo: lo que él dice es perfecto. Comentarla sí puedo, pero quiero hacerlo con vosotros. ¿Por qué no le decís y nos decimos unos a los otros) lo que es la mística?
José María tiene un blog, titulado Egrupos: http://www.egrupos.net/userProfile/1155891, donde escribe sus bellísimas reflexiones sobre temas de antropología y cristianismo. Publicaré mañana dos de sus Reflexiones Cristianas, en las que escribe con el nombre entrañable de Txirimbolo (http://txirimbolo.zoomblog.com/). Hoy presento su reflexión sobre la mística, titulada: Luz Oscura.
JMS: definiciónd e la mística
La expresión «Luz Oscura» se debe a Ruysbroek, místico flamenco del siglo XIII. La mística quiere ser la instancia suprema de la vida religiosa en que el hombre se une a Dios. La unión mística es vital pero no es racional, porque Dios es inaccesible a la razón y, precisamente de ahí, brota su carácter paradójico.
Humanamente se quiere lo que ya se conoce, es decir, la voluntad sigue a la razón. Pero en la mística se opera a la inversa: el amor a Dios prescinde de las luces de la razón y, como enseña el gran místico castellano san Juan de la Cruz, es preciso avanzar por la «noche oscura» del espíritu. Ruysbroek refuerza la paradoja entendiendo la noche oscura como «luz oscura». En ambos casos la oscuridad alude a la prescindencia del entendimiento: la noche implica la necesidad de seguir por el camino elegido y la luz oscura la iluminación contraria a la naturaleza humana.
Los místicos tienen que luchar denodadamente apagando todas las luces racionales para poder seguir avanzando en la unión con Dios, lucha tan intensa que termina en catalepsia física y síquica, en forma de estigmas, levitaciones, arrobamientos y otros fenómenos no menos extraños.Con mucha frecuencia suelen tomarse estos fenómenos como signos del arrebato místico pero la medicina moderna ya ha descubierto que se deben más bien a deficiencias de salud corporal o espiritual. Jesucristo, místico por excelencia, viviendo en perfecta unidad con el Padre, nunca experimentó ninguno de esos fenómenos extraordinarios.
La mayor dificultad de los místicos es acallar y destruir las racionalizaciones con que tratamos de explicar el fenómeno de la unión divina y esta dificultad cobra tal intensidad que para superarla ha de ser a costa de la salud, de la salud temporal, por cierto, ya que la salud del amor va in crescendo.
Todos los religiosos, especialmente los cristianos, deberíamos cultivar la mística, la unión en Cristo con Dios Padre, sin importarnos por fenómenos colaterales, porque lo importante es el amor a Dios, encarnado en el amor a los hermanos. Noche oscura iluminada por la luz oscura
Xabier Pikaza, reflexión abierta
Vuelvo a tomar la palabras, tras las palabras hermosa de JMS. En este blog he venido publicando bastantes temas sobre la mística, desde la perspectiva del judaísmo y del Islam. Hoy abro un abanico o serie de intervenciones. Me gustaría que le contestaran a Josemaria: que algunos de vosotros, amigos, os pusiéramos a pensar y le dijerais lo que pensáis sobre ella. Podéis escribir en el blog, aunque con la limitación de los caracteres, me podéis escribir también a mí e introduzco yo el tema con vuestras propuestas. Tengo varias cosas que decir, entre otras la posible afirmación de que la mística en sí no es cristiana y que no “pega” del todo con el cristianismo. Pero eso lo dejo para la posible discusión que siga. Por ahora me limito a ofrecer una visión introductoria, distinguiendo dos tipos de mística.
(a) En tradición oriental, básicamente representada por las tendencias de la India, el proceso místico de apertura a lo divino se interpreta a partir de un modelo de identificación con el absoluto. Amar a Dios implica penetrar en un misterio de fusión con lo divino.
(b) La tradición occidental, fundada en Israel y reflejada en el Islam y el cristianismo, entiende la apertura a Dios en términos de encuentro entre personas. Por eso, su ideal no está el fundirse en lo divino, sino en relacionarse con Dios, en actitud de diálogo amistoso.
La tradición oriental se expresa en un tipo de experiencia más inmersiva: amar a Dios implica superar las condiciones de la historia, desligarse de este mundo y penetrar en un misterio más alto y verdadero. En contra de eso, la tradición cristiana, derivada de Israel, pero recreada poderosamente por un tipo de espiritualidad helenista, con rasgos platónicos, ha interpretado la mística a manera de proceso de encuentro personal del hombre con Dios, conforme a un camino que los grandes maestros (de Filóna a Gregorio de Nisa, de Dionisio Areppagita a Juan de la Cruz) han ido precisando.
Algunos han llegado a decir que toda la mística cristiana "no es cristiana", sino simplemente platónica, añadiendo que el platonismo es una versión occidentalizada del mejor hinduísmo... Pero de eso habrá que hablar. Me me decís ¿qué es la mística? El blog está abierto.