Lo que nos faltaba: Apariciones en el Norte de Uganda

(JCR)
La Cuaresma no pudo empezar de forma más extravagante en Gulu este año. El Miércoles de Ceniza cientos de personas,

que después se convirtieron en miles, acudieron en esa ciudad, epicentro de la guerra, a una antena de telefonía móvil donde varias personas aseguraban haber visto una aparición de Jesucristo. Vaya por Dios, hace años las apariciones eran en una gruta o una montaña, pero los tiempos adelantan y ahora las figuras celestiales se manifiestan en los mástiles símbolos de la era tecnológica.

Eric Odongo, uno de los muchos que acudieron al lugar, dijo que primero vieron nubes en la cima de la antena y luego vieron a Jesucristo que bajaba de ellas: "Estaba de pie entre otros dos hombres que vestían de blanco radiante y sus cabellos relucían".

Curiosamente, el pasado lunes cuando me encontraba en un campo de desplazados internos a pocos kilómetros de Gulu me llamó uno de los miembros del equipo negociador de los rebeldes del LRA para decirme que habían oído que Jesús se había aparecido en Pajule, uno de los campos de refugiados donde la gente ha sufrido más durante la guerra a consecuencia de los ataques de la guerrilla. "Pues qué quieres que te diga –le contesté- yo en estos últimos 18 años por estas tierras he visto tanto Cristo crucificado en estas pobres gentes que no necesito ninguna aparición".

Servidor de Ustedes piensa que sería para tomárselo con un pelín de guasa si no fuera porque estamos hablando de un lugar que lleva veinte años de guerra, 40.000 niños han sido secuestrados y sigue habiendo 1.400.000 desplazados internos que viven en la más absoluta pobreza. Yo desde luego, creo que en esas personas sí está muy presente Jesucristo, el cual dejó bien claro dónde teníamos que encontrarle: "Lo que hagáis a uno de estos pequeños... a mí me lo hacéis".

La verdad es que en este tema de las apariciones yo siempre he sido bastante escéptico y si acaso algo de respeto le tengo a las de Lourdes y Fátima, por aquellos de "doctores tiene la Iglesia". A mí me parece que ya tenemos más que suficientes con la palabra de Dios, la Eucaristía, los demás sacramentos, los signos de los tiempos y muy especialmente los pobres para vivir en la presencia de Dios.

No sé por qué será que en lugares donde han ocurrido grandes masacres en determinados momentos surge gente que dice ver apariciones. Ocurrió en Kibeho (Ruanda) en 1989 y poco después ocurrió el genocidio. De lo de Medjugorge, en Croacia, nunca he tenido interés en saber qué decía o qué dejaba de decir el supuesto mensaje de la Virgen. Mucho más me han interesado los miles de personas inocentes que fueron asesinadas en aquella zona por Serbios y Croatas.

En el Norte de Uganda he visto a demasiado Cristos crucificados, expoliados, flagelados y escupidos como para estar interesados en otro tipo de fenómenos supuestamente milagrosos. Poco me puede atraer un Cristo que se aparece. Y además en una antena de telefonía móvil. A este paso acabaremos viendo a San Pascasito en una gasolinera de la Shell y a Santa Emerenciana a la puerta de un McDonalds. Por Dios, qué mal gusto.
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