GRACIAS, SEÑOR, POR EL COCHE Y EL BOLÍGRAFO

GRACIAS, SEÑOR, POR EL COCHE Y EL BOLÍGRAFO

Gracias, Señor, por el coche que nos hace sentir que las distancias no son motivo para no conocer las maravillas de la naturaleza y la grandeza de los mejores hijos de ayer que dejaron plasmados su ingenio y su arte en Iglesias, museos, palacios, plazas y calles.
Gracias, Dios mío, por el coche, invento del hombre para el hombre, que a pesar de la contaminación y el ruido nos hace comprender que sin él la vida nuestra sería impensable.
Gracias, Señor, por las carreteras, arterias vivas por donde caminamos, a veces sin sorprendernos de las grandezas de la creación, pero que ellas nos ponen en contacto con otras culturas, con otros pueblos y nos hacen sentir que las distancias en el espacio no son impedimentos para saborear la vida.
Gracias, Señor, por el bolígrafo que pone figura a los sentimientos y pensamientos del hombre y deja enmudecido al vacío.
Gracias, Señor, por el bolígrafo, ese compañero diminuto en el bolsillo de la camisa pero que sin él un momento de inspiración o el miedo al olvido serían terribles.
Gracias, Señor, por el bolígrafo que hace comprender a los humanos que somos diferentes del resto de los animales, precisamente por ser gastadores de cultura, creadores de la escritura….

¡Ay, Dios mío, Señor mío, no te quedes lejos de nuestra vida y haznos capaces de amar a los demás, haciendo del tiempo una oportunidad para “hacer del bien”!

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