Ecos de la Plenaria de primavera Aplausos para el Papa... y para Rouco

(J. B.).- Mucha expectación en la Plenaria de primavera. Por coincidir con el quinto aniversario del Pontificado de Benedicto XVI y por conocer cuál sería el contenido del discurso del cardenal de Madrid. Que no dejó a nadie indiferente, y fue mucho más claro -y ameno- de lo habitual, con un sentido recuerdo al fallecimiento de Bernardo Herráez. Sus palabras en defensa del Papa provocaron un prolongado aplauso entre los prelados, y su declaración sobre los casos de abusos sexuales dio buena muestra del cambio de "tono" y de "estilo" en Rouco Varela. Esperemos que dure.

Estaban los obispos de muy buen humor, y se notaba en las risas, los murmullos y los corrillos. Especialmente afectuosos los arzobispos de Oviedo y Santiago, Jesús Sanz y Julián Barrio, muy contentos por la repercusión del Año Jacobeo en sus diócesis, y "peleándose" por ver cuáles eran los rincones imprescindibles donde peregrinar. Todavía no hay nada cerrado, pero Barrio espera que el próximo 27 de abril, cuando visita Compostela el organizador de los viajes del Papa, quede cerrada la agenda de la visita de Ratzinger.

También estaba exultante el cardenal Sistach, sabedor de la relevancia de la visita de Benedicto XVI a inaugurar la Sagrada Familia de Barcelona. Y Osoro, siempre afable y cariñoso. Y José Mazuelos, obispo de Jerez, aficionado a las motos y que andaba preocupado por encontrar dos entradas para el Campeonato del Mundo que acogerá su ciudad el primer fin de semana de mayo, justo antes de que parta para Colombia a visitar a los misioneros de su diócesis. Corriendo también vino José Vilaplana, obispo de Huelva, quien antes abrió el Congreso sobre el Año Sacerdotal que organiza esta semana Comillas.

Demetrio Fernández mantuvo un discreto encuentro con María Encarnación González, la responsable de Causas de los Santos del Episcopado español. Se huelen nuevas beatificaciones de mártires en el horizonte. Y D. Carlos Amigo, sumamente cariñoso con los compañeros, atento al micrófono del señor Nuncio, y orgulloso por la repercusión que tuvo el reciente encuentro organizado por Religión Digital y ESIC sobre la Caritas in Veritate y la Empresa. Y es que no hay nada como estar en el mundo.

César Franco, a diferencia de muchos otros, conduce su propio coche. También lo hace Ricardo Blázquez, abrumado por las muestras de cariño y orgulloso por el éxito de la celebración de la beatificación del padre Hoyos.

José Ignacio Munilla vino acompañado de uno de sus flamantes vicarios. Tras el discurso, mantuvimos una serena, sincera e intensa discusión sobre los medios de comunicación y la Iglesia. Quedan muchos puentes que tender, y de ambos lados, no sólo del de los periodistas. Seguiremos hablando, desde la comunión y desde la libertad -no se puede entender la una sin la otra-. También, como él mismo dijo, desde la amistad, y desde la discrepancia.

Sorprendió el Nuncio con su declaración acerca de la Iglesia está perseguida en España. Unas declaraciones que escocieron en el Gobierno, pero que no harán mella en el "buen rollo" que, hoy por hoy, se respira en las relaciones Iglesia-Estado, una vez que ya se ha confirmado que la reforma de la Ley de Libertad Religiosa no afectará a los católicos, y que el Ejecutivo se volcará en los viajes del Papa a Compostela, Barcelona y Madrid. Hasta el último momento, se ha intentado que Ratzinger vaya a Caravaca, pero no va a ser posible.

Rouco buscó la ayuda de Braulio Rodríguez, el "cantante" oficial del Episcopado, para el canto inicial. También buscó a D. Elías Yanes en un momento de su discurso. Estuvo locuaz y dicharachero, a diferencia de Martínez Camino, curiosamente callado durante la primera sesión. Ya tendrá tiempo de hablar.

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