Sentido homenaje en Jaén al presidente de Edad Dorada-Mensajeros de la Paz de Andalucía Julio Millán: “He querido y me he dejado querer”

Julio Millán y el Padre Ángel en el auditorio de Jaén
Julio Millán y el Padre Ángel en el auditorio de Jaén

Padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz: “Julio, eres todo un campeón y nos sentimos orgullosos de ti”

Amadeo Rodríguez: "Julio es uno de esos curas que nunca dan problemas al obispo y, sobre todo, una persona con una calidad humana excepcional"

Sembró amor y una Iglesia inculturada, defensora de los pobres durante más de una década en Ecuador

Betty García: "Julio ha sabido conjugar el verbo amar en todos los tiempos y con todas las personas. Gracias a nuestro padrecito que ha sido la voz de los que no la tienen"

Juan José Romero: "Eres un fiel reflejo de lo que mamaste de tu madre. No olvides que tu pueblo se siente orgulloso de ti y de tu defensa de los más desprotegidos”

Julio Millán: "Hay dos palabras en mi vida en las que creo profundamente: gracias y perdón. Pero hoy, dando las gracias, me quedo corto. No me merezco todo esto"

Una ovación de más de un minuto a un hombre bueno y ejemplar, un cura entregado, una persona que va por la vida repartiendo bondad, un icono de la solidaridad y un orgullo para Jaén

En Jaén, bondad y solidaridad se conjugan con el nombre de un cura: Julio Millán Medina, presidente de Edad Dorada-Mensajeros de la Paz Andalucía. Lo demostraron el pasado fin de semana más de 500 personas, que llenaron por completo el aforo del salón de actos del Ifeja, para rendir el homenaje de la sociedad civil jiennense a un “hacedor de buenas personas”.

Fiel seguidor del Padre Ángel desde que era un joven seminarista, Julio Millán fue por la vida siempre fiel a esta divisa: “Querer y dejarse querer”. Con ese lema por montera era lógico esperar que se convirtiese en una buena persona. Y así se lo dijo por activa y por pasiva, de todas las formas posibles, la gente que se reunió junto a él, en un acto organizado y desarrollado por el Diario de Jaén.

El acto, presentado por el director del periódico, Juan Espejo, tenía una disculpa: la presentación de un libro coral escrito por sus amigos y, precisamente, titulado 'Entre amigos'. Pero ése fue sólo un alibí, para tributarle un sentido homenaje al cura Millán por parte del pueblo y de las autoridades.

En primera fila, el obispo de la diócesis, Amadeo Rodríguez, el Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, el alcalde de la ciudad y sobrino del homenajeado, que también se llama Julio Millán, el presidente del diario Jaén, Eleuterio Muñoz, o el alcalde de Bedmar, la localidad donde nació el sacerdote.

Amadeo Rodríguez y Julio Millán

La ceremonia comenzó con la voz metálica y envolvente de Alexa, describiendo a Julio Millán como lo que es: 

“Un cura de la cabeza a los pies, hijo de Dolores y Fernando, un padre que no tuvo hijos, pero fue capaz de criar a multitud de criaturas, tanto en Ecuador como en España, un sacerdote sin alzacuello pero con una entrega incondicional por los más pobres, y una buena persona, que tiene el don natural de exudar bondad y contagiarla a todo lo que toca”.

Tras Alexa, se sucedieron un buen puñado de intervenciones de amigos de Julio de toda la vida, cantando sus alabanzas, y una serie de sorpresas para el propio cura. Como la que le dio el obispo de la diócesis, al nombrarle allí mismo, en vivo y en directo, capellán del Real Jaén. Aunque, como el propio Amadeo Rodríguez destacaba, Julio es un “acérrimo del Madrid”. Tanto que le regaló al prelado un despertador que despierta con el himno madridista.

Salón de actos en el homenaje a Julio Millán
Salón de actos en el homenaje a Julio Millán

“El obispo tiene que querer siempre a sus curas. Algo que, con Julio, es muy fácil, porque eres sencillo y cordial. Uno de esos curas que nunca dan problemas al obispo y, sobre todo, una persona con una calidad humana excepcional”, sentenció Don Amadeo.

Después del prelado, fueron desfilando videos y pequeñas dedicatorias de gente de todo tipo y condición. Como la de Cecilia Mejía, catedrática de la Universidad de Ecuador en Cuenca, que conoció a Julio en su etapa de misionero en la sierra ecuatoriana, jugándose el tipo por los indios y los pobres. “Allí le llamábamos padrecito Julio y dejó entre nosotros una huella importante e imborrable”.

Y así sucesivamente, en una ceremonia que duró dos horas y que estuvo salpicada de emoción, de risas y de alguna lágrima de amor. Ramón Carpena, presidente del Colegio de ingenieros de Camino, le definió como “un puerto seguro y un excelente médico del alma”.

Portada del Diario de Jaén sobre Julio Millán
Portada del Diario de Jaén sobre Julio Millán

También intervinieron otras dos ecuatorianas, que compartieron la vida con Julio en las sierras ecuatorianas hace ya 30 años y que le siguen recordando con cariño. Como Aleja Ventilla, experta en marketing, que le dijo: “Julio, eres una parte importante de mi corazón, porque eres un ser maravilloso”. O Betty Mejía, profesora de la Universidad:

“Las palabras palidecen y el alma titubea frente al resplandor de una vida que habla del amor límite. Y Julio ha sabido conjugar el verbo amar en todos los tiempos y con todas las personas. Gracias a nuestro padrecito que ha sido la voz de los que no la tienen”

Y, de hecho, levantar la voz por los indios y los más pobres, condujo al entonces joven Julio Millán a ser tachado por el régimen derechista de León Febres de “cura peligroso”. Y, en un video, una india anciana recordaba que los seguidores del político iban a tirarle piedras por la noche a la casita de madera donde dormía, a amenazarlo y a llamarle de todo. Hasta que la comunidad decidió turnarse toda la noche, para que el padrecito que los defendía pudiese dormir y recuperar fuerzas.

Capellán del Real Jaén

Sembró amor y una Iglesia inculturada, defensora de los pobres durante más de una década en Ecuador. Y, cuando por una enfermedad tuvo que regresar a Jaén, siguió haciendo lo mismo. Desde su patria chica hasta la capital de la provincia. “Tu pueblo natal te quiere”, dijo Juan José Romero, presidente de la Cofradía de la Virgen de Cuadros del pueblo que vio nacer al Padre Julio. Y añadió: “Eres un fiel reflejo de lo que mamaste de tu madre. No olvides que tu pueblo se siente orgulloso de ti y de tu defensa de los más desprotegidos”.

Desde la capital le recordó Osama El-Eubaidi, gerente del complejo hospitalario de la ciudad: “Hablar de Julio es hablar de un buen hombre, del mejor hombre que jamás he conocido”. O la juez de violencia de género, Isabel Moreno, que recordó como Julio la invitó a formar parte de la junta directiva de Edad Dorada de Jaén. “Me siendo muy dichosa de estar ahí, no sólo por la labor que se hace, sino también por compartir con Julio momentos muy significativos en la vida de una persona de gran bondad y generosidad”.

Sobrino y tío

Tras varios videos de la actividad de Julio en Jordania o en Haití, intervino el Padre Ángel, para abrir su corazón en público: “Hoy es un día feliz y gozoso para mí, porque, en medio de las penas y alegrías de la vida, tuve la suerte de encontrarme con Julio, que es una persona que anima e impulsa”.

Recordó que lo conoció siendo muy joven seminarista y que se unió a Mensajeros, cuando regresó de Ecuador, con la salud un poco rota, pero pronto se recuperó y se convirtió en los pies de Mensajeros de la Paz. “Julio, eres un campeón. Ha sido un privilegio conocerte, quererte y dejarme querer por ti. Y, aunque me llamas hermano, creo que, en el fondo, me sientes como un padre o como un abuelo. Eres como un Cristo que ha ido por la vida tocando, besando, abrazando y queriendo a la gente. Y un orgullo para Mensajeros de la Paz”.

Julio Millán

Para concluir el acto, Ana Gómez y Manuel García por parte del diario de Jaén y Paqui Fuentes y Sonia Balarezo por parte de Mensajeros de la Paz, le entregaron a Julio el primer ejemplar de su libro. Después, Eleuterio Muñoz puso entre sus manos una gran botella de plástico repleta de los mensajes de cariño de muchos de los asistentes al acto.

Por último, sonó en un video uno de los poemas que compuso para su madre y Julio Millán subió al escenario. Al igual que suele hacer el Papa Francisco, al que admira, el sacerdote dejó en el bolsillo los papeles que llevaba preparados y, humilde y espontáneo como siempre, habló desde el corazón.

Poema de Julio Millán a su madre

“Os confieso que soy el primero asombrado por este acto, del que no sabía prácticamente nada. Pensaba que era una simple presentación de un libro. Hay dos palabras en mi vida en las que creo profundamente: gracias y perdón. Pero hoy, dando las gracias, me quedo corto. No me merezco todo esto. Con el corazón en la mano os puedo decir que me siento el tío más normal del mundo. Simplemente, he hecho lo que tenía que hacer y lo que Dios me ha dado a entender. No ha sido gran cosa: sólo querer y dejarme querer, porque la ternura, el cariño, la gracia y el beso son la mejor terapia”.

Y añadía, emocionado: “No conozco el rencor o el odio y, sin demasiados méritos, puedo decir que no le puedo pedir más a la vida, porque me siento querido y abrazado. Y, al final de mi vida, cuando el Señor me pregunte si he amado, le contestaré con las palabras del profeta Casaldáliga, que tiene parkinson como yo, y abriré mi corazón lleno de nombres y ahí estaréis todos vosotros. Gracias”.

Y los presentes, puestos en pie, rubricaron el acto con una ovación de más de un minuto a un hombre bueno y ejemplar, un cura entregado, una persona que va por la vida repartiendo bondad, un icono de la solidaridad y un orgullo para Jaén.

Libro sobre Julio Millán

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