La cultura fratriarcal (y Claves de la vida 79)

Amar al otro es preservar su extrañeza
(P. Bruckner y A. Finkielkraut).

La cultura es el cultivo de la naturaleza, la sublimación del instinto natural o animal en civilizado o humanizado. La filosofía contemporánea distingue entre una cultura más literaria o humanista, y una cultura más técnica o científica, aunque ambas configuran la plenaria cultura humana, la cual es una cultura a la vez de fines o finalidades y de medios o instrumentos. El hombre se caracteriza por su doble cultura, la primera es una cultura comprensiva de nuestra propia realidad, la segunda es una cultura explicativa de la realidad del mundo.

La antropología contemporánea distingue paralelamente entre una cultura tradicional de carácter matriarcal, y una cultura clásica de signo patriarcal. La cultura matriarcal representa el trasfondo arcaico de nuestra cultura, y se caracteriza por su naturalismo y comunalismo, cuyo símbolo máximo es la Diosa Madre. Por su parte, la cultural patriarcal se caracteriza por su abstracción e individualismo, y tiene como símbolo máximo al Dios Padre. Significativamente nuestra cultura clásica patriarcal sufre un quiebro con la aparición de la contracultura hippie, el feminismo y el ecologismo.

La lucha humana entre la antigua cultura matriarcal y la moderna cultura patriarcal, entre la Diosa Madre y el Dios Padre, tiene que dar paso a su mediación. Por eso la religión habla hoy del Dios madre y padre, y por lo mismo se habla políticamente de afirmar una tercera cultura del encuentro y el pacto, de la colaboración y la fraternidad. Pero la prédica de la fraternidad resulta fláccida o evanescente, de modo que preferimos hablar de fratriarcalismo o cultura fratriarcal, cuya divinidad es el Dios-hermano y cuya encarnación es la fratria o hermandad.

Sin embargo, en lugar de proyectar una hermandad abstracta, la cultura fratriarcal introyecta la mediación de lo matriarcal y lo patriarcal, de la madre y del padre, en la propia relación abierta del hijo-hermano o fratriarca. El fratriarca no es un hermano flotante, sino la Persona como intersección de la comunalidad o igualdad matriarcal y de la individualidad o libertad patriarcal, de la infrastructura matricial y de la suprastructura patricial. El fratriarca es un cofrade igual y diferente al otro, sea hombre o mujer.

El fratriarcado no es solo la relación horizontal entre hombres, sino entre el hombre y la mujer, una relación de igualdad y diferencia a un tiempo. Se trataría entonces de transitar de la lucha del amor propio al armisticio de la amistad propicia, del empoderamiento de eros a su potenciación cultural. Ello implica interceptar la regresión matriarcal y la agresión o competitividad patriarcal, en pro de una cultura de la intersección o colaboración implicativa. La fuerza de la amistad radica precisamente en la apertura del eros encerrado al otro liberador de nuestra encerrona.

Las alteridad del otro altera así nuestra estancia en este mundo. Cabe regredir a las cavernas matriarcales o progredir hacia un imperio o empíreo patriarcal. Ambos son aspectos de un escapismo y extremismo. La clave de nuestra cultura humana está en su mediación, en la intersección simbólica entre la matriz natural o destino matriarcal y la abstracción técnica o huida patriarcal. Pero el remedio está en el medio, y la remediación en su mediación: fratriarcal. Hay un hermanamiento o coimplicidad de todas las cosas, y el hombre es un hermano cómplice para el hombre. Caín, dónde está tu hermano: el hermano sigue siendo Abel.

CLAVES DE LA VIDA 79

---El hombre busca a Dios desesperadamente: porque busca un radical Tú inesperado.

---La gente ha dejado una religiosidad nefasta: yo sigo teniendo una religiosidad fasta.

---S.Weinberg considera el universo abrumadoramente hostil al hombre: cuanto más comprensible más sin sentido.

---El universo es hostil y amigable: sentido y sinsentido.

---La poesía como tiempo extemporáneo o tempo: palabra musicada y musitada.

---El mercado como mito contemporáneo: cuyo símbolo es el dinero.

---A cierta edad uno entiende menos y comprende más: a cierta edad uno no entiende casi nada y lo comprende casi todo.

---Este mundo no permanecerá siempre: menos mal.

---Soy un aragonauta: un argonauta en medio del desierto.

---En la cultura todo son taifas, todo tartufos, todo son humos: todos son hunos u hotros.

---El tema de la verdad resulta engañoso: porque la verdad engaña.

---La verdad sin libertad es dogmática: la verdad sin sentido es un error (convertible en terror.

---La verdad con sentido es la verdad consentida: y no meramente consensuada.

---Dime de qué presumes y te diré lo que no asumes.

---La presencia de judíos conversos en la Compañía de Jesús: eran los cristianos nuevos (gente “berria”).

---Qué hacer cuando se está feliz: nada más (por si acaso).

---Importa que la obra guste a su autor: así se realiza y no lo exige a los demás.

---Me pedían que cambiara y cambié: en su contra.

---En verano provoco, en invierno convoco.

---El héroe es de Marte y el dragón es de Saturno: elegimos a la Princesa cautiva entre ambos porque es de Venus (eros, sensus, sentido).

---El cuerpo pide goce: el alma quiere gozo.

---La realidad como fundamentalista: en ella se asienta la realeza, los propios reales y el ejército (aryal en árabe).

---La cultura como pseudonaturaleza.

---El Cristo enigmático del claustro de san Carlos: me mira mejor cuando estoy mejor (y viceversa).

---Mi filosofía hermenéutica no avanza buscando razones analíticas ni verdades objetivas, sino siguiendo la senda proyectada del sentido simbólico: el cual avanza subjetivamente a través de la interpretación de los contrarios, buscando la comprensión de su síntesis axiológica (el sentido como valor o lo valioso humano).
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