A los doctores de la ley



El papa Francisco abrió una puerta grande para que la comunidad cristiana discute abiertamente y sin temor de todos los problemas que viven las familias de hoy. Se puede discutir de divorcio, de comunión a divorciados vuelto a casar, de casamiento de personas de mismo sexo etc. No puso limites a la libre expresión de cada uno con tal que todo se haga con serenidad y con clarida.

El Sínodo recién concluido nos ofreció un espectáculo en que vimos a los defensores de la doctrina católica alzar la voz para denunciar pensamientos expresados que se alejaban de la doctrina de la Iglesia. No faltaron reclamarse de las palabras de Jesús para fundamentar de forma definitiva sus puntos de vista. Lo hicieron como si toda su vida estuviera sido dedicada al cumplimiento de las palabras de Jesús y de sus evangelios.


A estos doctores de la ley y a estos escribes y fariseos que les acompañan, les pregunto ¿que hacen de las directivas dadas por Jesús a sus discípulos y seguidores de los cuales son?

Sanen a los enfermos. Devuélvanles la vida a los muertos. Sanen a los leprosos, y libren de los demonios a la gente. ¡No cobren nada por hacerlo, pues el poder que Dios les ha dado a ustedes tampoco les costó nada!

Y no lleven dinero ni provisiones para el camino. Tampoco lleven bastón ni otro par de zapatos, ni otra muda de ropa. Porque todo el que trabaja tiene derecho a ser alimentado.

Cuando lleguen a un pueblo o a una ciudad, busquen a alguien que merezca su confianza, y quédense a vivir en su casa hasta que se vayan del lugar. Cuando entren en esa casa, saluden ofreciendo la paz a todos los que vivan en ella. 13 Si merecen la paz, la tendrán. Si no la merecen, no la tendrán.
Mt. 10,9-13

¿Hasta que punto cumplen, ustedes, con esas directivas de Jesús? Cuando se miran en el espejo o que se ven en las fotos oficiales, todo envueltos de ropas finas, viviendo en palacios o en casas donde se les sirven como si fueran príncipes, ¿Qué piensan de lo que piensa Jesús de ustedes? Pues, son ustedes que no cumplen con las directivas de Jesus quienes condenan en nombre de la ley a los que no logran asumirla perfectamente.

He aquí lo que Jesús dijo de ustedes a los pueblos

Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y los Fariseos:

Así que, todo lo que os dijeren que guardéis, guardad lo y haced lo; mas no hagáis conforme á sus obras: porque dicen, y no hacen.

atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; mas ni aun con su dedo las quieren mover.

Antes, todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;

Y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas;

Y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí

Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.

Mas ¡ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; que ni vosotros entráis, ni á los que están entrando dejáis entrar.

¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo que es lo más grave de la ley, es á saber, el juicio y la misericordia y la fe: esto era menester hacer, y no dejar lo otro.

Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo que está de fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.

¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque sois semejantes á sepulcros blanqueados, que de fuera, á la verdad, se muestran hermosos, mas de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.


Así también vosotros de fuera, á la verdad, os mostráis justos á los hombres; mas de dentro, llenos estáis de hipocresía é iniquidad.

¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos.

Por tanto, he aquí, yo envío á vosotros profetas, y sabios, y escribas: y de ellos, á unos mataréis y crucificaréis, y á otros de ellos azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad.


Conclusión

Todos y todas somos pecadores y todos y todas vivimos de esperanza gracias a la misericordia que llega a los de corazones humildes. Nadie puede justificarse por el cumplimiento de la ley que nadie logra cumplir en perfección sino por la fe que lleva misericordia, compasión, humildad, solidaridad, justicia, verdad etc.

Lo que se nos pide como creyentes es que esta misericordia que tiene el Señor para cada uno de nosotros que se refleje en nuestra misericordia para con los demás.

Seamos pueblos del Reino de Dios, liberados del fanatismos y del legalismo y vivamos libres en la fe que hace de cada uno de nosotros seres nuevos.

El papa Francisco tiene toda la razón al recordarnos esta misericordia que no juzga a nadie sino que da vida y esperanza a todos.


Oscar Fortin
El 14 de octubre 2014

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