Ideas sin sustento generan ideologías para justificarse.

Genética, conducta, ciencia: los tres niveles de la naturaleza; también del hombre.

En cada esfera se da adaptación, asunción, exploración. También investigación, formulación, defensa o rectificación.

Todo esto forma parte de la vida.

Las tres funciones van implícitas en el nivel genético, no así en la conducta y en la ciencia: su racionalización y ejercicio activo darán la talla de la personalidad.

Vivir es formular, pero también es dejar morir muchas ideas.

Los que tienen una fe excesiva en sus ideas no están bien preparados para realizar descubrimientos.

Y una fe excesiva en las propias ideas, si arrastra a otros, se puede convertir en “ideología sin sustrato real”, atractiva pero perversa por lo que de secuestro de la mente comporta.

Una ideología, en la medida que es científica, no es perversa ni para el individuo ni para la sociedad; es fructífera porque supone el destronamiento de falacias científicas a las que suplanta y derrumba.

Estas mismas “verdades” falsas suelen ser los flecos científicos aprovechados por las creencias teológicas para adquirir visos de no contradicción.

Por lo general, ningún conocimiento científico verdadero suele derivar en ideología. Por conceder una, quizá estemos en los albores de la única ideología válida, la que viene a sustituir a todas, la que entroniza al hombre en todo su poder y la que lo incrusta en lo que es, un elemento natural más, evolucionado.

Así pues, una revolución científica puede ser o puede no ser revolución ideológica, pero en nuestro caso la verdadera revolución ideológica camina por la senda de “las” revoluciones científicas habidas en los últimos tiempos, anclados en la seguridad de que “nuestra” revolución marcará el camino del nuevo renacimiento y se verá en los siglos futuros como ahora vemos el “nacimiento” griego y el agostado Renacimiento del siglo XV.

Tres hitos en nuestra breve historia: la “anzrópeia” griega, la “humánitas” renacentista y la ¿“globalización”? que nace con el nuevo milenio. Preferiría hablar del “discernimiento de lo humano” (human reasoning).
Volver arriba