¿Importa la verdad?


Sábana santa de Turín.

En lenguaje coloquial, el término "verdad" no tiene sentido si no hace relación directa con la realidad. Situados en el mundo de la credulidad, tal aserción deja de tener sentido: la verdad está en lo que se cree, no en la realidad de lo creído.

Parece que, sobre todo a los Jerarcas que manipulan lo que se debe creer, lo que importa es que el creyente tenga fe, crea, sin tener en cuenta si el objeto del credo es verdadero o falso.

En el subsuelo o preconsciente de la religión anida la sensación de que lo relevante no es la historicidad de determinados hechos sino que esos supuestos hechos inciten o no a elevarse a Dios.

Tres ejemplos esclarecedores:

a)La Sábana Santa de Turín es un lienzo, parece ser, del siglo XIII ó XIV; aún así, sigue atrayendo turistas y sirviendo de pretexto para crédulos. ¿Y qué importa, dirán, si el "recuerdo" de Jesús se mantiene a través de una pequeña mentira? No, esto no es nuevo:¡ya lo decía Pablo de Tarso... si por mi mentira puede ser Dios glorificado...!

b)La polémica sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe y la existencia o no de Juan Diego. Dijo el Arzobispo de México: No es importante el hecho de si Juan Diego existió o no; lo importante es que la gente lo cree así y esto es lo que se debe preservar.

c)Santiago de Compostela es una ciudad nacida de la leyenda que, al socaire del turismo, se retroalimenta con miles de peregrinos-turistas(Se podría decir lo mismo de los milagros de Lourdes, Fátima, Medjugorje… como centros de lucro de lo sacro). ¿Importa que en Iria Flavia no haya enterrado ningún Santiago? Es lo de menos. La realidad no existe, pero se crea con creerla.

Estos hechos “sin importancia”, que no lo son tanto por lo que de indicativos resultan, llevan a plantear algo más sustancial: idéntico viaje que Juan Diego y por la misma lógica que se desprende de las palabras de tal arzobispo, deberían realizar la Virgen, Cristo, los Apóstoles... todos y todo. El mismo viaje que la Sábana Santa debería hacer el “Corpus Christi” presente en un trozo de oblea.

¿Por qué la "historicidad" de éstos es relevante y la de aquéllos no?

No se puede sustentar una creencia en mitos, en superstición, en magias y a la vez afirmar categórica y rotundamente que todo es verdad.

Así pues, todos los ritos, unos de forma más descarada --visita a santuarios, besos, bendiciones diversas, jaculatorias, signos de la cruz al salir de casa o al comenzar el partido, ofrendas con petición incluida--, otros de forma más refinada --misa, ritual sacramental-- todos los ritos, todos, están teñidos de superstición o magia.

No hay más que asomarse de manera desapasionada a santuarios como Fátima o Lourdes para comprobarlo. La cercanía de "lo santo" produce temor o eso dicen; la cercanía de "lo numinoso", cuando es reconocido, repugnancia. El único sustento de todo eso es el interés crematístico y folklórico con que algunos crédulos que sí se creen todo eso, lo justifican.
Volver arriba