La Providencia divina puede provocar hasta hilaridad.


La Providencia divina es otro de esos asuntos que, si no se piensa, llena de confianza; si se razona, puede sumir en la perplejidad y, si se deduce, hay que soltar la carcajada.

La manifestación más elevada, o al menos la más frecuente, de la Providencia es la que hace relación a la salud y sobre todo a la vida:

Ha sido providencial que no tomara ese vuelo... Un minuto antes y hubiera muerto: esto es un acto de la Providencia... No sé qué designios ocultos de la Providencia hicieron que yo en ese momento estuviera en la otra parte de la calle y me salvara...


¿Creen realmente lo que dicen? ¿Pueden sostener que “a ellos” sí les preservó la Providencia? ¿Y qué dicen o deducen de la Providencia respecto de los que murieron? .

Entre pensar que la Providencia se rige por "casualidades" y "fatalidades" o por "razones", bien que éstas sean divinas, es más honorable para Dios pensar que se rige por "razones", aunque sean distintas de las humanas. No cuadra la fatalidad, el sino, la fortuna o el azar en nuestro "concepto" de Dios. Es más, no sería Dios. O al menos es más "humano" pensar que Dios tiene sus "razones". Es aquello de "Dios no juega a los dados".

Convengamos en que Dios es providente: eso dicen los que creen y además se lo creen. Sus "razones" tendrán. Dios y su Providencia, con mayúsculas, que la gramática también tiene que someterse a la grandeza divina.

Razonemos: según tal Providencia providente, ¿qué designios especiales tenía reservados a los unos para dejarlos seguir penando en este mundo y qué méritos creen que esa misma Providencia vio en los otros para llevarlos a gozar de su presencia por toda la eternidad? Quizá pensara Dios que la loa de los primeros sería más vigorosa que la de los segundos. Igual ingresaban en "religión". Al menos es una razón.

Los designios de la Providencia son inescrutables. Y tan inescrutables, como que son ininteligibles si hay que suponer algo más que “destino”, “casualidad”, “accidente” o “fatalidad”.

Consulto mi vademecum teológico [en "Providencia"]: "...Esta proyección del mundo hacia su consumación (todavía pendiente), proyecto que es lo único que da sentido definitivo a la totalidad del mundo y en ella a todo lo particular, no se desvela propiamente a la criatura hasta la consumación. Únicamente por la fe adorativa en el Dios sabio, amoroso y santo, y por la entrega condicionada al misterio de la providencia, supera el hombre esa necesidad de seguridad que le angustia y le enorgullece, y en la que el hombre experimenta como víctima de las fuerzas mundanas antagónicas e irreductibles a una auténtica unidad". ¿Se entiende lo claro que es esto de "la Providencia"? Pues que nadie peque de hilaridad estentórea.


Siguiendo con el discurso primero, sería injusto decir que tal persona “merecía” ese castigo y la otra no; que tal persona “ya había vivido demasiado” y la otra tiene toda la vida por delante; que tal persona “goza” de la presencia de Dios mientras esta otra “todavía” tiene que purgar en este mundo...

Y ahora deduzcamos: decir que “no entendemos los designios de Dios” es volver a lo de siempre, que no entendemos nada de Dios.

Pero si no entendemos nada, ¿para qué mantener tal divinidad?

Y si recurrimos a las explicaciones del funcionario de turno o del Diccionario de Karl Rahner, las tonterías no dejan de ser tonterías aunque las diga un mitrado. Cuánta razón tiene el dicho castellano, esto no lo entiende ni Dios... ¡referido al mismo Dios!

Lo curioso es que consulto "providencia" en el Diccionario-Word de sinónimos y me topo con esto: "Providencia = destino, hado, estrella, sino, fatalidad, predestinación..." ¡Si es que los humanos todo lo tergiversamos y confundimos!
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