Un Sísifo de ida y vuelta.

Previo y para ahorrar consultas: Sísifo. Fundador de Corinto, es el prototipo de los mortales “astutos” que “se pasan de la raya” con hombres y dioses. Los engaños, los fraudes y la impiedad tanto contra los dioses uranos (Zeus) como infernales (Hades) fueron causa de su castigo, que no fue otro que verse condenado a subir una gan roca a la cima de una montaña para luego ver cómo caía de nuevo y tenerla que subir otra vez.
No otra cosa le sucede a la credulidad europea. Se pasó de la raya respecto a otros pueblos y los nuevos dioses de los lares patrios no admiten su avejentado rostro.
Europa entró a saco en dos continentes, América y Africa. Hoy son el relevo de la credulidad, ésa que desaparece en la “madre patria”. Les entregó credos destruyendo su pasado y ahora, como venganza, son ellos los que tienen que adoctrinar nuestro suelo. Necesario sería ahora hacer ver a tales pueblos que las recetas crédulas no valen para nada.
La religión cristiana se refugia en América o Africa. El catolicismo, en los pueblos “evangelizados” por España; el protestantismo --aparte de la patria de todo, también de la credulidad, USA-- tiene una gran reserva espiritual en África: Nigeria como modelo.
Y supuestamente, de esos pueblos ha de provenir la regeneración pastoral europea. Tarea imposible: la mente de Europa ya está vacunada; crearán mayor rechazo.
Por una parte los jóvenes han desistido de escuchar a propios y a ajenos. Los mayores, los que nutren las asambleas dominicales, sienten un rechazo algo así como visceral cuando ven un indígena aceintunado dando explicaciones de algo que sobradamente conoce.
El anciano creyente admite cualquier cosa de los “padres de siempre”, los del suelo patrio, pero no de los “hijos de ahora”. A un ciudadano de la “City de Londres” la sonará culturalmente falso –y la cultura es un elemento de la fe-- que un negro otrora colonizado por él, inicie la ceremonia y dirija el sermón: oirá la lluvia del pasado.
No, no será por xenofobia, porque en otras circustancias respeta, oye o sigue los consejos de tal “negro”, persona a quien hasta venera y trata con consideración [una de mis doctaras es magrebí y reconozco su altura profesional, por encima de sus colegas; muchos odontólogos sudamericanos ejercen una impagable labor en España. No sucede lo mismo con vírgenes y padrecitos].
Es porque la religión es cultura y todo lo que diga el antes adoctrinado sonará a falso, sonará a eco, campana que suena y címbalo que repica, eco de un sonido ajado y rajado.
En paralelo y buscando curas sanitarias, la Iglesia católica central intentará remedios que la protestante lleva cinco siglos olvidando, como concentrar su administración, reforzar el papel de los laicos, dar acceso de la mujer a tareas directivas, suprimir el celibato obligatorio... Inútil.
La gangrena anticredos se ha detenido de momento en un “non credo in unum Deum”. También está llegado al “et in unam, sanctam, catholicam...”.