La otra cara que hoy se oculta.


No me afectan las descalificaciones estólidas diarias de los que vienen por aquí a rellenar ocios haciéndose a la idea de que escriben algo. Hoy dirán que "siempre lo mismo, que a vueltas con el pasado, que esto ya huele". Ahórrense el escrito, ya lo he hecho yo.

Las reflexiones de hoy me vienen al socaire de una lectura que sobrecoge: "Por la religión y la patria. La Iglesia y el golpe militar de julio de 1936". Francisco Espinosa Maestre- José Mª García Márquez. Ed. Crítica.2014. Aunque es barato y apenas llega a las 200 págs. no se lo recomiendo porque hay muy malos ejemplos y podrían ver el próximo domingo a su amado pastor de almas de otra manera. Consigan una foto del Padre Juan Galán Bermejo, capellán de la XI Bandera de la Legión y verán lo que es "el otro rostro de la católica"...

La otra cara, la desechada por la sensiblería individualista y pietista actual, pero aceptada como criterio de acción por el "estamento clerical" de otros tiempos e incluso la que ha dejado su impronta en las relaciones sociales del mundo occidental, es una cara de lucha, enfrentamiento y fracción social.

No vine a traer la paz sino la guerra... vine a separar al hombre contra su padre... ¿Quién es madre y quiénes son mis hermanos? Quien hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos...


Palabras, quizá. Metáforas, quizá, pero muchos siglos han vivido de su interpretación literal. Enfrentamiento y división social, familiar por desgracia, ¡que los "consagrados" exhiben como timbre de gloria: El que ama a su padre o a su madre más que a mi, no es digno de mí.
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