¿Qué es un católico no practicante?


Interesante por demás es la encuesta del CIS de julio de 2009 (1) sobre la religiosidad en España. Ver un análisis de la misma "aquí". Los datos son más o menos conocidos de todos. A grandes rasgos:
se declaran católicos el 76% de los españoles: 36,5 millones (engloba a los que creen en Dios, 59%, y a los que creen en algún espíritu o fuerza vital que nos rige y gobierna, 21%)
• 13% “no creyente": 6.25 millones
• 7,3% “ateos": 3,5 millones
• 2,1% creyentes de otra religión: 1 millón.


Para nuestro propósito, nos centramos en ese 76% de españoles, cajón de sastre donde caben las más diversas opciones y, sobre todo, opiniones.

No hace falta acudir “demasiado” al CIS para darse cuenta de algo que todos perciben. De ese número, pocos pueden decirse católicos practicantes a carta cabal. Porque si de algo se lamenta la Jerarquía, es de que la sociedad “pasa” de lo que sobre moral, práctica religiosa, presencia social… digan los dirigentes eclesiásticos. Y añadimos más aún: la gente “pasa” de la religión en general. Lo contrario sería pensar en una religiosidad oculta, vivida en privado, y sabemos que no es el caso.

De esos 36,5 millones que creen “en algo”, “en Dios” y dicen ser católicos, declaran

• no pisar la iglesia nunca o casi nunca, el 58,2%, es decir, 21.250.000

• alguna vez al mes o varias veces al año, 26,1, lo que da un número de 9.500.000 católicos

• “casi” todos los domingos y festivos, el 15,3%, es decir, 5.585.000 católicos.


Añadamos un dato sintomático: dejando aparte el amorfo montón de “católicos no practicantes”, fue en la encuesta de 2004 cuando el número de “ateos” o “no creyentes” --es decir, de personas normales-- superó al de “católicos creyentes practicantes asiduos”. En 2009 la diferencia comienza a ser apreciable: 13% + 7,3%. Y para no confundir opciones políticas, fue en el periodo de gobierno del PP cuando el crecimiento –o el decaimiento de las prácticas— fue mayor y significativamente más acusado.

Estudios complementarios al informe del CIS de lo que piensan sobre su creencia o sobre su fe unos y otros, lleva a conclusiones pasmosas (2). Incluso entre aquellos que se declaran asiduos del rito. No creen verdades esenciales, admiten fenómenos paranormales, dudan de lo que practican… Unos ejemplos extractados de lo que dice ese 79% que se declara católico:


Jesús era hijo de Dios: SÍ - 47% NO - 25% DUDA – 26%


Nació de una virgen: SÍ - 41% NO - 41% DUDA –16%

Resucitó después de muerto: SÍ - 43% NO - 38% DUDA – 17%

Existen los ángeles: SÍ - 32% NO- 52% DUDA – 15%

Existe el demonio: SÍ - 29% NO - 56% DUDA – 13%


Un número significativo de creyentes practicantes manifiestan creer en la astrología, el mal de ojo, la reencarnación, los fantasmas, la videncia, la comunicación con los muertos y la existencia de personas con poderes maléficos, como las brujas. En pura lógica administrativa, debieran ser considerados herejes y expulsados.

Pero a lo que venimos aquí: ¿puede en conciencia –o en ciencia estadística— la Jerarquía católica considerar “de los suyos” a aquellos que no pisan la iglesia nunca o casi nunca, que no conocen la fe que deberían conocer, que niegan las verdades más elementales y que se dejan llevar por creencias mistificadoras, sincréticas, esotéricas o eclécticas?

En otras palabras, ¿qué es un católico no practicante? ¿Qué implicaciones tiene esa ausencia de práctica religiosa en el conocimiento y vivencia de la fe?

Difícil de definir o catalogar pero fácilmente identificable. Católico no practicante es aquel que tiene un vago presentimiento de que "existe algo" --pero lo afirma sólo si le preguntan--, es el asistente esporádico a bodas, bautizos, comuniones, entierros (no suele haber otro rito para celebrar esos acontecimientos); es el que dice que cree en Dios “pero no en los curas”; es el que discute cualquier afirmación de la Jerarquía…

Pero es también aquél que, proprio motu, no acudirá jamás a una iglesia: es decir, es un “no creyente que en la encuesta, por decir algo, ha dicho que es católico”. Más que nada, porque “ateo” es casi insultante y porque --dice-- “hay que creer en algo, ¿no?”.

Entraremos otro día en más consideraciones respecto a esta encuesta, pero dos cosas quedan claras a la vista del proceso vital de la religión católica en España, con sólo observar las curvas o frecuencias de 1970 a 2010. Una, el descenso en picado de la religión en España, proceso imparable que llevará a la religión católica a ser una sociedad marginal de aquí a unas generaciones.

La otra se refiere al "estado de opinión" de los creyentes: los que dicen que creen constituyen una masa informe que aúna sincretismo, esoterismo, creencias que no tienen la más mínima virtualidad en su vida y que de vez en cuando asoman en conversaciones o haciendo bulto en ceremonias religiosas.
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(1)Estudio nº 2.811 del Centro de Investigaciones Sociológicas (barómetro de julio de 2009) sobre población española mayor de edad, de ambos sexos. Compuesto por 2.482 entrevistas personales a domicilio en 237 municipios y 49 provincias; polietápico, proporcional, estratificado por conglomerados, margen de error: 2%. Accesible en
http://www.cis.es/cis/opencms/-Archivos/Marginales/2800_2819/2811/es2811.pdf

(2)Muestra agregada de los Publiscopios elaborados por el Obradoiro de Socioloxia entre septiembre y diciembre de 2008, con 12.800 entrevistas realizadas mediante sistema CATIA. Margen de error: 0,7%.
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