A vueltas con la fe para no saber qué es la fe.

La fe es un complejo de ideas-fuerza, que, como en otros ámbitos de la psicología, son las más difíciles de quebrar o erradicar. El hombre dominado por los pensamientos que él mismo genera. La fe que se hace fortaleza.
La fe brinda seguridad, porque presupone un padre bondadoso en el cielo; porque genera la seguridad de que la justicia se impondrá; porque cree en valores inmutables.
La fe presupone también compañía, la fe es un hecho social compartido, es la casa común donde todos pueden hablar de lo mismo sin posibilidad de réplica
La fe es también cultura, conformadora de pueblos.
La fe presupone también respuestas fáciles, unas veces en forma de plegarias prefabricadas, otras en forma de acciones puntuales, como la limosna que exonera de “vida continuada” y de compromiso mantenido.
La fe, por otra parte, implica un componente de amenaza, tanto hacia el propio individuo ya que genera complejo de culpabilidad --de ahí su estabilidad y consistencia, por residir en el subconsciente--, como hacia la sociedad, porque el rechazo de la duda ajena puede realizarse con violencia extrema.
La vida religiosa como acto que co-rresponde a un Dios que interpela es, en esencia, fe, es creer. Pero se parte de la "fe instalada", olvidando las consecuencias lógicas de lo que es doctrina secular consolidada: que la fe es “un don de Dios” y no es fruto de una acción mental humana, de un convencimiento, ni de un quiero creer ni de un arrastrar lo que “nuestros padres legaron”.
Sin embargo el sustento de la creencia está en esos elementos tomados a la inversa: vivencias personales más íntimas, que trascienden a la sociología y recorren o apelan incluso la cosmología.
--Creo porque siempre ha sido así en mi casa;
--creo porque soy fiel a las enseñanzas de mi niñez;
--creo porque eso me produce bien;
--creo porque, si no, yo me sentiría “desfondado”;
--creo porque, si no, qué sería de mí;
--creo porque me encanta asistir a las ceremonias de mi parroquia;
--creo porque mis hijos tienen que tomar ejemplo;
--creo porque hay que preservar nuestras esencias sociales...
En definitiva, que la fe también puede ser pura sensiblería --sentimiento vivido o padecido-- de carencias.
La verdadera fe sólo podría decir: “Gracias, Señor, porque me has dado la fe que me salva y a la que debo responder con mi conducta”.
¿Pero esto no es puro protestantismo? Bueno, he aquí el ecumenismo y la unión de las Iglesias.