Oña y Las "Edades del Hombre"

El 14 de noviembre se clausura el Oña la última edición de “Las Edades el Hombre”. La celebración de esta exposición, con carácter y repercusiones internacionales, en este pueblo burgalés, se relaciona con el milenio de la fundación del monasterio benedictino de San Salvador –año 1011-, con la intervención y ayuda de Sancho García, tercer conde de Castilla y nieto de Fernán González. El título y lema de ”Monacatus” es vivo, histórico, teológico, artístico y piadoso homenaje al monacato, orden o congregación religiosa, en la que sus miembros se comprometen con votos solemnes, y generalmente sometidos a clausura.

. Castilla y León fueron ejemplos de esta modalidad de vida y consagración religiosas dentro de la Iglesia, a la búsqueda de la santidad personal, del culto a Dios y a sus santos y evangelización de pueblos y ciudades en los que se asentaron. Por lo que respecta a Oña, hay que destacar que su monasterio es de colosales y artísticas proporciones, con templo, sacristía, sala capitular y claustros construidos en el siglo XVI bajo la dirección de Simón de Colonia. Ante obras como esta es de justicia lamentar las ruinas y desaparición de tantos monasterios a los que la desidia, el anticlericalismo y la falta de cultura y de sensibilidad artística borraron de los mapas del tesoro nacional y, a veces, internacional.

. “Las Edades del Hombre” en esta su nueva edición, al igual que en las anteriores, han pretendido y logrado con generosidad, reunir y exponer obras de arte existentes en templos, ermitas, museos y aún de propiedad privada en Oña y en los pueblos cercanos, de cuya existencia y riqueza apenas si tenían noticia los expertos en arte. Su exposición al público ha facilitado la restauración de algunas obras, con admiración de los visitantes, asombrados ante tanta belleza, con desgarrados reproches a cuantas se hicieron desaparecer en tiempos pasados, y no tan pasados, algunas de las cuales hasta alcanzaron la categoría de vecindad en Estados Unidos y en otros países.

. De entre tantas y grandiosas obras de arte que se hicieron presentes en Oña, son sus autores Fray Alonso de Zamora, Francisco de Goya, Lucas Jordán, Francisco de Zurbarán, Pedro Berruguete, José de Ribera. Mateo Cerezo “el joven”, Damián Forment, El Greco, Felipe de Bigarny, Santiago Rusiñol, Cuadrado de Lomas, Ramón Bayeu, Vela Zanetti, Gregorio Fernández, Juan de Roelas, Ortiz de Echagüe, y muchos anónimos. La exposición la enriquecen también, y en idéntica proporción, mapas, códices, cartularios, capiteles, pilas bautismales, crismones, sepulcros, retablos, cruces procesionales, cartas topográficas y fundacionales, báculos abaciales, arquetas- relicarios, biblias, cálices… que completan el tesoro de la exposición, siempre con el emocionado recuerdo y añoranza de las obras perdidas, pero con la explícita esperanza de que, las que no lo fueron perdurarán para siempre.

. “Las Edades del Hombre”, con reciente y emocionada mención para la de Oña, constituyen también un testimonio de evangelización y de historia de la Iglesia en los pueblos y lugares en los que se hallaron. No es solo el arte el valor supremo de las obras sino su acendrada capacidad de educación en la fe. Si el turismo, religioso o no tanto, acompaña estas visitas, mejor que mejor.

. Ante hechos de dimensión internacional como los que encarnan, y de los que son fieles mensajeros “Las Edades del Hombre”, es obligado sugerir que en otras Comunidades Autónomas, y con las correspondientes ayudas, programen otras similares, con el convencimiento de que en todas ellas se encuentran obras merecedoras de la admiración, emoción, arte y piedad de sus habitantes y de quienes las visiten.
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